Gustavo Adolfo Bécquer, de los mayores exponentes del romanticismo

Círculo
/ 2 marzo 2016

    México.- "Volverán las oscuras golondrinas/ en tu balcón sus nidos a colgar,/ y, otra vez, con el ala a sus cristales/ jugando llamarán", son algunos de los versos que inmortalizaron al escritor español Gustavo Adolfo Bécquer, quien será recordado este lunes, al cumplirse 138 años de su muerte.

    Muerto el 22 de diciembre de 1870, Becker dejó su obra romántica contenida en el libro "Rimas y leyendas", donde se observan las característcias de su trabajo: amor, magia y sentimentalismo exagerado.

    "...pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar,/ aquéllas que aprendieron nuestros nombres.../ ésas... no volverán!", sentencia el bardo en uno de sus más importantes textos.

    Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, su nombre original, nació el 17 de febrero de 1836, en Sevilla, España. Su madre fue Joaquina Bastida de Vargas y su padre un pintor sevillano que descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco.

    En 1846 murió su padre, por lo que ingresó en un internado para huérfanos de familias nobles sin recursos económicos. A los 10 años inició estudios de Náutica en el Colegio de San Telmo, en Sevilla, pero pronto los abandonó.

    Se fue a vivir con su madrina, Manuela Monahay, acomodada y de cierta sensibilidad literaria, en cuya biblioteca comenzó a interesarse por las letras.

    No obstante, su interés por la pintura lo llevó a reclutarse como aprendiz en los talleres de Cabral y Joaquín Domínguez Bécquer, tío suyo, pero no tuvo éxito, aunque sí acogió el apellido Bécker.

    En 1854 se marchó a Madrid con el deseo de triunfar en la literatura y para sobrevivir escribía comedias y zarzuelas, como "La novia y el pantalón" (1856), en que satiriza el ambiente burgués que le rodea, y "La venta encantada", basada en Don Quijote.

    Por esas fechas le fue diagnosticada la tuberculosis y en 1857 tuvo un modesto empleo dentro de la Dirección de Bienes Nacionales de España, el cual perdió, según se cuenta, porque su jefe le sorprendió dibujando.

    Consiguió entonces trabajo como redactor en el periódico "El contemporáneo", para el cual hizo todo tipo de colaboraciones: crónica de salones, política y literatura, hasta su desaparición, en 1865.

    Bécquer pasó tiempos de pobreza y nunca logró un éxito financiero en su vida. En 1864 consiguió un puesto gubernamental como censor de novelas, que ocupó entre 1864 y 1865, y luego entre 1866 y 1868, que alivió un poco su situación económica.

    Ese año viajó a Toledo a vivir en la casa de su hermano, pues se enteró de la infidelidad de su esposa, Casta Esteban Navarro, con quien se había casado siete años antes y procreado dos hijos.

    Para 1964 comenzó a escribir las "Cartas desde mi celda", durante una estancia de reposo en el monasterio de Veruela, donde el poeta se había refugiado para reponerse después de un ataque de tuberculosis.

    En los años siguientes, Bécquer publicó varias de sus rimas y leyendas. De las primeras llegó a escribir 86, publicadas al inicio en varias revistas y luego recopiladas en un manuscrito que se perdió durante la Revolución de 1868.

    Sin embargo, volvió a reunirlas en un cuaderno bajo el título de "El libro de los gorriones, poesías que recuerdo del libro perdido", que aún se conserva en la Biblioteca Nacional en Madrid.

    Llegó a ser director de la "Ilustración", de Madrid, en 1870, puesto que ocupó durante poco tiempo, pues el 22 de diciembre de ese mismo año murió de la llamada "enfermedad romántica", la tuberculosis, a los 34 años.

    Entre sus obras más conocidas se encuentran "Las Rimas", que aparecieron publicadas en periódicos de la época después de su muerte, además de "Leyendas", obras de teatro y cartas en las que se ocupa de temas como el amor imposible, la soledad y la miseria.

    Pero la edición más conocida es "Rimas y Leyendas", que fue editada póstumamente por sus amigos. Destacan en este volumen "Historia de los templos de España" (1857), "Cartas literarias a una mujer" (1861) y "El libro de los gorriones" (1868).

    TEMAS

    COMENTARIOS