Ganan autores exiliados premios Goncourt y Renaudot
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Los galardones de literatura francesa fueron destinados a Atiq Rahimi y Tierno Monénembo, de origen afgano y guineano, respectivamente
París, Francia.- Dos autores francófonos exiliados, Atiq Rahimi, de origen afgano, y Tierno Monénembo, guineano, conquistaron hoy, respectivamente, el más prestigioso premio literario francés, el Goncourt, y el Renaudot, marcados ambos por las ansias de libertad de sus protagonistas.
Actualmente en La Habana, el autor guineano, de 61 años, dejó su país a finales de la década de los años 60, huyendo de la dictadura, mientras que Atiq Rahimi, nacido en Kabul en 1962, se exilió de Afganistán en 1984, primero en Pakistán, luego en Francia, donde estudió comunicación audiovisual en la Universidad de la Sorbona.
Bernard Pivot, uno de los 10 miembros del jurado Goncourt, subrayó la dimensión política de la novela de Atiq Rahimi, Syngué sabour, protagonizada por una mujer que se libera de sus yugos, conyugales, sociales y religiosos mediante la palabra.
El Goncourt 2008, recordó Pivot, es algo más que un premio literario, tiene "una dimensión política, una dimensión de hoy", desde luego francófona y "perturbadora", pues con muchas probabilidades será un libro "polémico", anunció.
Es un escritor con "mucho valor" pero sobre todo "con mucho talento", que dice "lo que piensa de la condición femenina en algunos países del islám", añadió.
La protagonista de su cuarta novela, la primera que Atiq Rahimi escribe en francés, convertida en el Goncourt 2008 por 7 votos contra 3 en la segunda vuelta de las votaciones, es una mujer de cierta edad que cuida y habla a su marido, con graves daños cerebrales por una bala.
En sus primeras declaraciones a la prensa, el también autor de "Le Retour imaginaire" (2005), consideró "extraordinario" que por ser afgano los lectores relacionen con Afganistán la historia de esa mujer que cuenta sus penas, sueños y frustraciones a un esposo en coma, sin saber si puede escucharle, pues ni el país ni los personajes ni la guerra evocada son nombrados como afganos.
De hecho, el escritor, que publicó Syngué Sabour, en la editorial POL, precisó que no hace diferencia "entre la mujer afgana humillada bajo su burka y las otras mujeres del mundo", pues todas "tienen deseos, sueños y esperanzas, con sus fuerzas y sus debilidades".
De acuerdo con Atiq Rahimi, el ministerio francés de Asuntos Exteriores, rindió homenaje en un comunicado a esta "historia universal de pudor y sufrimiento", homenaje al combate "por la emancipación y la dignidad" de las mujeres, que, además, ilustra "la diversidad, el prestigio y el resplandor del idioma francés".
El principal contrincante del escritor y también cineasta franco-afgano fue Michel Le Bris, con su libro La beauté du monde, mientras otros aspirantes eran Jean-Baptiste Del Amo, autor de Une éducation libertine y Jean-Marie Blas de Roblès, con Là où les tigres son chez eux.
No menos político y francófono resultará al lector el nuevo Renaudot, conquistado por Le roi de Kahel, de Tierno Monénembo, autor de una docena de novelas, entre ellas Il faut citer L`Aîné des orphelins (2000) y La saga Peuls (2004), en las que evoca la delicada situación del continente africano.
En la novela galardonada, Monénembo noveló la biografía y prodigiosa epopeya solitaria de Aimé Victor Olivier, futuro Vizconde de Sanderval, quien hacia 1880 intentó construir en la actual Guinea un reino a la medida de sus sueños, contra los deseos de las autoridades coloniales del momento, francesas e inglesas, tras hacerse con la confianza del gran jefe "peul" local.
Con esta novela editada por Le Seuil, el jurado Renaudot quiso celebrar a "un escritor africano absolutamente fundamental" y de renombre internacional, que necesitó, no obstante, once rondas de votación para lograr el premio, por cinco a favor y cuatro, en contra, en detrimento del Premio Nobel de la Paz Elie Wiesel y su libro Le cas Sonderberg.