Rinde homenaje el INBA a Dolores Olmedo en su centenario

Círculo
/ 2 marzo 2016

    Además, a partir del día de mañana y hasta el 4 de enero se podrá visitar en el Palacio de Bellas Artes la exposición Dolores Olmedo. Historia de una colección, conformada por piezas de la colección permanente del Museo Dolores Olmedo Patiño, que resguarda la colección más amplia del mundo de trabajos de Diego Rivera y Frida Khalo.

    México, D.F..- El día de hoy, el Instituto Nacional de Bellas Artes rinde homenaje a Dolores Olmedo Patiño, en el centenario de su nacimiento, con una mesa redonda donde participarán Carlos Monsiváis, Juan Coronel Rivera, Gerardo Estrada y Carlos Phillips Olmedo, hijo menor de la homenajeada y actual director del Museo Dolores Olmedo Patiño, a las 19 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

    Además, a partir del día de mañana y hasta el 4 de enero se podrá visitar en el Palacio de Bellas Artes la exposición Dolores Olmedo. Historia de una colección, conformada por piezas de la colección permanente del Museo Dolores Olmedo Patiño, que resguarda la colección más amplia del mundo de trabajos de Diego Rivera y Frida Khalo.

    Carlos Phillips Olmedo es quien preside la fundación que administra los bienes y las colecciones de Dolores Olmedo, quien a su muerte, en honor a la consigna aprendida de su madre María Patiño Suárez, una de las primeras maestras mexicanas, de "todo lo que tengas, compártelo con tus semejantes", donó su colección de arte al Pueblo de México.

    El Museo Dolores Olmedo Patiño se ubica en un rincón de Xochimilico. Hasta aquí llegan los turistas atraídos no sólo por las pinturas, sino también por los amplios jardines de la antigua hacienda por donde se pasean en libertad pavo reales y xoloizcuintles, las criaturas preferidas de Dolores Olmedo, quien mantuvo siempre a uno de estos perros cerca luego de que su mejor amigo, Diego Rivera, le regalara al primero de nombre Citlalli.

    Carlos Olmedo Phillips dirige este museo y resguarda no sólo las colecciones que su madre legó sino también los pasajes íntimos de la leyenda propia de una mujer que reunió en torno a sí a prominentes figuras del arte y la política mexicana.

    El hijo menor de Dolores Olmedo advierte que este año se publicó una biografía con los datos públicos de la vida de su madre; de lo otro, "hay muchas cosas que ninguno de los hermanos diremos hasta que no nos pongamos de acuerdo en qué decir y qué no.

    Diego Rivera, Carlos Hank González, José Clemente Orozco, Miguel Alemán, Chabela Vargas, Rufino Tamayo, Adolfo López Mateos. "tu nombra a un personaje de esa época y mi madre era su amiga", refiere Carlos Phillips en su oficina del museo, cuyo ventanal deja ver el enorme patio que separa su oficinas de las salas de exposiciones.

    Fortuna en la construcción

    El hijo menor de Dolores Olmedo explica que la gente acudía a su madre porque "estaba llena de energía. su personalidad era consolidada y bien definida. ella solía decir que era la perfecta amiga y la mejor enemiga".

    Nacida en Tacubaya en los albores de la revolución mexicana, Dolores Olmedo estudió en la escuela Normal donde trabó amistad con el grupo de José Vasconcelos. Muy joven se casaría con el escritor norteamericano Howard S. Phillips. Tal como narra su hijo, "era una mujer ambiciosa y decidida, que hizo una fortuna en el negocio de la construcción"; adquirió una tabiquera de manejo manual y luego se asoció con un judío alemán, Heriberto Pagelson, en esa primera incursión a una industria generalmente vetada para las mujeres.

    Fue así que conoció a Bernardo Quintana, con quien fundaría la Industria Cerámica Armada (ICA); la compañía que cambió su nombre pero conservó sus siglas y que en el periodo del presidente Miguel Alemán se encargaría de construir unidades habitacionales donde irían a vivir los trabajadores afiliados a los sindicatos petroleros y electricistas. En las fotografías que documentan las inauguraciones de la época, Dolores Olmedo aparece como la única mujer  cercana al presidente en turno.

    En 1963, durante el periodo del presidente Adolfo López Mateos, fue nombrada Coordinadora General del Consejo Nacional del Turismo, época en que realizó importantes exhibiciones de arte mexicano en Europa.

    Lealtad incondicional

    De esa lealtad a sus amigos es que surge el legado más importante de Dolores Olmedo: A la muerte de Frida Khalo en 1955, permaneció como incondicional de Diego Rivera, quien se refugió en la casa de Acapulco de su amiga y continuó pintando retratos de ella y su familia hasta el momento de su muerte, dos años después. Entonces, Dolores Olmedo se convirtió en mecenas y custodia de la pareja de artistas mexicanos.

    Aunque mantuvo una relación distante con Frida, a Dolores Olmedo se le debe mantener viva su imagen mucho antes de que Salma Hayek inaugurara la fridamanía mundial. Las 25 pinturas que forman la colección Frida Khalo del Museo Dolores Olmedo Patiño (que está en constante préstamo viajando por el mundo) ofrecen una revisión de toda la carrera de la artista e incluye obras tan emblemáticas como Autoretrato con mono pequeño y La columna rota.

    Dolores Olmedo se hizo de la colección más grande de pinturas de Diego y Frida; fue Presidenta del Comité Técnico del Fondo de Diego Rivera establecido por el Banco de México; se encargó de custodiar la Casa Azul y convertirla en museo y fue quien solicitó a otro de sus amigos, el entonces presidente Adolfo López Mateos, considerar las obra de Diego y José Clemente Orozco como monumentos históricos.

    Fue también la responsable de culminar el proyecto que el muralista mexicano había imaginado para legar al pueblo de México su colección de arte prehispánico: el Museo Diego Rivera Anahuacalli, una construcción de piedra volcánica diseñada por el propio artista, cuya arquitectura se inspira en la forma de talud y tablero de la geometría teotihuacana y que imita un teocalli (casa de energía).

    En 1962, Dolores Olmedo adquirió La Noria, una propiedad en Xochimilco que serviría como su hogar y eventualmente, como recuerda su hijo "con la consigna de devolver al país lo que el país le había dado", lo convirtió en 1994 en su museo y en 2002, a su muerte, en un fideicomiso a través del cual donó sus colecciones de Diego, Frida y Angelina Beloff, 6 mil piezas arqueológicas precolombinas y muebles de la época colonial, al pueblo de México.

    Luego de que el Museo Dolores Olmedo Patiño abriera sus puertas en septiembre de 1994, la figura de Dolores Olmedo apareció constantemente en las actividades culturales de nuestro país y el mundo hasta su muerte, en esa misma casa de Xochimilco, a los 94 años de edad.

    El día de su muerte, Paco Ignacio Taibo I publicó junto a su Gato culto: "Hoy me pongo de pie para dedicarle un minuto de silencio a la Sra. Olmedo, a la que nunca conocí pero supe de ella tantas cosas que podría escribir un anecdotario de treinta tomos. fue amiga de gente bien.. fue mujer de buen gusto.. no es habitual en México que los ricos regalen al Pueblo las obras de arte que fueron adquiriendo. Gracias señora Olmedo..".

    Ahora, en el centenario de su nacimiento, el INBA ofrece en recuerdo a su trabajo de custodia y fomento al arte mexicano, una mesa en que se recordará la figura de Dolores Olmedo Patiño y se podrá apreciar una muestra significativa de la colección que heredó a todos los mexicanos.

    TEMAS

    COMENTARIOS