Fallece el artista plástico Ricardo Martínez de Hoyos
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Tenía 90 años y su obra se caracterizó por recuperar el pasado prehispánico de nuestro país.
Ciudad de México.- El destacado artista plástico Ricardo Martínez de Hoyos, a quien el año pasado se rindieron diversos tributos, entre ellos la entrega de las medallas Bellas Artes y Ciudad de México, murió en esta capital.
La noticia fue dada a conocer por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), institución que lamentó profundamente el deceso de quien es considerado uno de los más importante artistas de la plástica mexicana.
Sin entrar en detalles sobre el fallecimiento del nonagenario artista mexicano, el INBA se unió al pesar de la familia, amigos y admiradores del creador, e hizo votos "porque su obra quede como un ejemplo virtuoso en el recuerdo de los mexicanos".
Considerado un pintor excepcional, al maestro Martínez se le reconocen sus aportaciones estéticas que contribuyeron a reformular el concepto pictórico de la segunda mitad del siglo XX mexicano y a recuperar el pasado prehispánico, en el que gran parte sus obras afincó sus raíces.
Nació el 28 de octubre de 1918 en la Ciudad de México, en el seno de una familia numerosa, que constaba de 16 hermanos, de los cuales cinco se dedicarían a las artes: el arquitecto Oliverio, quien contribuyó a su formación, el actor Jorge, los arquitectos Enrico y Homero, y el mismo Ricardo.
Se sabe que entre los nueve y los 14 años de edad, Ricardo Martínez de Hoyos, por su nombre completo, vivió en San Antonio, Texas, durante los primeros años de la Gran Depresión, y al regresar a México encontró dificultades para expresarse en castellano, pero su dominio del idioma inglés le permitió ser un gran lector de autores como Jane Austen, Charles Dickens, Herman Melville, William Faulkner, John Dos Passos y Walt Whitman, entre otros.
Su formación en la pintura fue autodidacta, aprendiendo de libros de investigación, entre los que destacó The materials of the artist de Max Doerner, en la versión en inglés de 1934, el cual le reveló los secretos de la técnica.
Ricardo Martínez de Hoyos tuvo el apoyo del pintor Federico Cantú, vecino del lugar donde trabajaba Martínez, quien le llevó a la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor, donde vendió pinturas y aprendió técnicas hacia 1940. Estudió derecho y se casó con Zarina Lacy. Sus primeras obras fueron bodegones, seguido de figuras monumentales no narrativas, sugestivas a la escultura pre-colombina. Según sus datos biográficos, su primera exposición fue en Guadalajara, Jalisco, en 1942. Luego, sus obras formaron parte de la exposición Obras maestras del arte mexicano, enviada a lo largo de varios países de Europa y a los Estados Unidos entre 1961 y 1963.
A finales de la década de 1960 creó atmósferas irreales en sus obras al usar juegos de luz y condensaciones de pintura. En 1971 recibió el Premio Moinho Santista en la Bienal de SÆo Paulo. Entre las exposiciones más relevantes destacan las realizadas en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México en 1969 y 1974, así como en el Museo del Palacio de Bellas Artes en 1984 y 1994.
Además de pinturas de caballete, creó diseños de escenario para el baile Xochipili Macuilxoxhitl de Carlos Chávez e iustró los libros Muerte sin fin, de José Gorostiza; Junta de sombras, de Alfonso Reyes; Poemas mexicanos, de Francisco Giner de los Ríos, y Epigramas Americanos, de Enrique Diez Cañedo, y Pedro Páramo, de Juan Rulfo, entre otros.
En noviembre pasado, Martínez recibió la Medalla Bellas Artes y presenció la presentación del libro Atmósferas, una coedición del INBA y Siglo XXI Editores, con la que se le hizo un homenaje a su trayectoria.
El volumen contiene ensayos de Ramón Xirau, Luis Cardoza y Aragón, Fernando Benítez, Rubén Bonifaz Nuño, Ricardo Garibay, Alaíde Foppa, José Joaquín Blanco, Marta Traba, Octavio G. Barreda, Francisco Giner de los Ríos y Miguel Angel Muñoz.
En el mismo mes, el creador recibió la Medalla de la Ciudad de México y el pergamino que lo avaló como "Ciudadano distinguido", de manos del jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
Cabe recordar que el autor decidió donar a la Ciudad de México uno de los más importantes acervos sobre su obra, acto de generosidad que será correspondido con la creación de un Centro Cultural que llevará su nombre y que se ubicará en avenida Juárez, donde alguna vez estuvo el Cine Variedades.
La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México promueve este proyecto como parte de las obras que serán inauguradas en 2010, año en que se celebra el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, y su propósito es difundir y resguardar la obra de Martínez, considerado una de las principales figuras latinoamericanas de la pintura.