Nik Wallenda conquista rascacielos en Chicago

Círculo
/ 28 septiembre 2015

Nik Wallenda volvió a hacer que el mundo entero contuviera la respiración mientras él completaba dos caminatas.

Chicago, EU.- El equilibrista Nik Wallenda dejó pasmados a Chicago y el mundo al efectuar el domingo dos caminatas a gran altura sobre cables fijados entre rascacielos, sin red ni arnés de seguridad.

Miles de admiradores llenaron las calles alrededor de las torres del complejo residencial Marina City en la ciudad para ver al acróbata y heredero de 35 años del circo familiar los Flying Wallendas completar las dos hazañas consecutivas, una con los ojos vendados.

Cuando se bajó del cable una vez que terminó la segunda caminata sobre la cuerda floja, Wallenda se quitó de un golpe la venda y saludó con la mano a la multitud que lo ovacionaba desde abajo por ambas acrobacias.

El Discovery Channel transmitió el espectáculo con retraso de algunos segundos para que los productores pudieran cortar las imágenes en caso de una caída de Wallenda.

El equilibrista, vestido con una chaqueta roja, probó la tensión del primer cable. Wallenda cruzó en seis minutos y medio el trayecto de 138.5 metros (454 pies) desde la torre oeste del complejo Marina City hasta la azotea de otro edificio ubicado en el otro lado del río.

El cable tenía una inclinación de 19 grados; comenzaba a 179 metros (588 pies) de altura y concluía a 179,22 metros (671 pies) de altura.

"Adoro Chicago y Chicago definitivamente me adora", declaró Wallenda mientras caminaba sobre el cable en el sentido de ascenso, ante miles de personas que lo animaban a gritos desde abajo. "¡Que estruendo tan sorprendente!", apuntó.

Wallenda efectuó su segunda acrobacia con los ojos vendados, un trayecto de 28,65 meteros (94 pies) a 165,51 metros (543 pies) de altura, entre las dos torres del complejo Marina City, sitios importantes que han salido en películas de Hollywood.

El especialista en caminatas sobre la cuerda floja a gran altura completó el segundo trayecto en poco más de un minuto.

Alrededor de las 6:40 de la tarde, pocos minutos antes del inicio programado de las acrobacias, Wallenda, que vive en Florida, había dicho que las condiciones de frío en Chicago no le impedirían la realización de las acrobacias.

"Sí, hay algo de viento, está frío, pero no es insoportable", afirmó.

Durante los meses de preparativos para las acrobacias, helicópteros subieron los cables hasta las azoteas, se cerraron vías de tránsito y se consiguieron permisos de la Administración Federal de Aviación y la Guardia Costera de Estados Unidos.

Se pidió a los vecinos de los edificios del complejo Marina City que no utilicen señalizadores láser, flashes de cámaras ni drones que pudieran interferir en el acto. Incluso se prohibió hacer parrilladas.

Las autoridades de la ciudad de Chicago ignoraron la ley estatal que prevé el uso obligatorio de redes de seguridad para actos acrobáticos a más de seis metros (seis pies) de altura, con el argumento de que la normativa no aplicaba a especialistas de "élite" como Wallenda.

Dos de sus caminatas previas sobre cables a gran altura fueron televisadas, una sobre las cataratas del Niágara en 2012 y otra por la garganta del río Little Colorado en 2013. Cada una atrajo 13 millones de espectadores.

Un año antes de que naciera Nik Wallenda su bisabuelo Karl Wallenda se mató a los 73 años al caer desde las alturas durante una caminata sobre cable en Puerto Rico.

¿Qué sigue? Wallenda dijo que desea recrear una caminata a gran altura de 365,76 metros (1.200 pies) de largo que hizo famosa su bisabuelo.

Karl Wallenda realizó esta acrobacia sobre la garganta de las cataratas de Tallulah, en Georgia. Karl Wallenda se paró de cabeza sobre el cable en dos ocasiones aquella vez.

"El es mi inspiración de todo lo que hago", declaró Wallenda el viernes a la prensa.

"Quiero hacer esa caminata con él. Con la tecnología, pues toda la acrobacia está filmada y así podré cubrir el trayecto en las alturas con mi bisabuelo. Me da escalofríos la idea", afirmó.

"Si me caigo, estoy muerto"

Lo consiguió: el funambulista Nik Wallenda volvió a hacer que el mundo entero contuviera la respiración mientras él completaba dos caminatas por la cuerda floja entre los rascacielos de Chicago.

Primero, el equilibrista de 35 años ascendió por un cable hasta el tejado de un rascacielos, desde donde con los ojos cerrados y siguiendo las instrucciones de su padre, cruzó hasta el tejado de otro. En total, 200 metros de altura separaban sus pies del suelo.

"Tuve que controlarme, porque en mi cabeza estaba ya en la segunda caminata", contó. "Tuve que concentrarme mucho para completar la primera caminata. En algún momento me dije: 'Nik, concéntrate y lleva tu trasero ahí arriba'".

Todo estaba preparado al milímetro. El cable de acero, de unos dos centímetros de grosor, estaba tensado con decenas de cuerdas, y un recubrimiento especial hacía imposible que se formara hielo. Wallenda había entrenado durante meses, aunque en la cálida Florida. Pero en Chicago, las temperaturas en la noche del domingo apenas superaban los cero grados.

Además, está el factor viento, pues desde el enorme lago Míchigan llegaban gélidas y repentinas ráfagas. "Me atraía este título de 'ciudad del viento'. Una ciudad con viento es perfecta para un funambulista", declaró Wallenda al término de su hazaña. "Luego leí que el apodo de 'ciudad del viento' se debió a motivos políticos. Qué decepción. ¡Pero un título es un título!"

Wallenda lleva subiéndose a la cuerda floja desde que tiene dos años. En realidad, desde antes, porque su madre siguió haciendo equilibrios hasta los seis meses de embarazo. Hace dos años, el funambulista cruzó las cataratas del Niágara y en 2013, una parte del Gran Cañón.

Pero además, este artista del equilibrio domina también otro arte: el del marketing. No era la primera vez que se completaba una hazaña como la suya, pero nunca se había hecho a tanta altura y con tales condiciones climáticas. Además, todo ello sin seguridad alguna.

Y es que esta vez no había trabilla a sus espaldas como la que tenía en las cataratas del Niágara, y a 200 metros de altura si algo fallaba no tenía opción alguna de sobrevivir. La caída apenas habría durado cinco segundos.

"Qué tal, prensa mundial", saludó tras las caminatas a los periodistas. "Sin ustedes no sería quien soy", añadió dirigiéndose a los reporteros y disfrutando de los flashes tanto como antes había hecho estrechando la mano a la multitud de gente que lo esperaba. Y es que Wallenda es un artista circense y necesita público.

Y eso es algo de familia: "Somos artistas desde hace 200 años, siete generaciones, ocho contando a mis tres hijos. Quince familiares son funambulistas", contó. Lo que no dijo fue que siete Wallenda murieron debido a caídas, entre ellos su bisabuelo Karl. Tenía 73 años cuando en 1978 se cayó intentando cruzar entre dos rascacielos.

"Cuando mi mujer me diga que pare, pararé. ¡De inmediato!", dijo a dpa. Aunque sigue soñando con completar un recorrido de 300 metros por la cuerda floja a 200 metros de altura, como su bisabuelo en 1973. "Pero en el fondo, este tipo de retos son iguales", señaló. "Da lo mismo si el lugar es espectacular o no, si son 100 pies o 10,000 de altura. Si me caigo, estoy muerto."

Por Carla K. Johnson/AP

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