En el marco del Día del Niño, mujeres saltillenses exponen ‘explotación maternal’

Este domingo 30 de abril se celebra en México el Día del Niño, donde se celebra la comprensión a las infancias y reafirmar los derechos de las niñas y los niños, así como el compromiso de un desarrollo integral feliz rodeado de paz.

Esta fecha fue establecida por el expresidente Álvaro Obregón en 1924, no obstante, el 20 de noviembre de 1959, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó la celebración de forma internacional, aunque cada país escogió un día especial para celebrar.

En México, aunque no es un día de asueto, sí es una festividad nacional donde cada escuela primaria e institución dedicada a la formación y cuidado de los infantes realiza actividades culturales y artísticas para la promoción del bienestar y esparcimiento de los menores, tales como festivales, salidas, bailes, kermeses, etcétera.

Durante estas fechas los niños suelen tener “semana loca” en sus escuelas, donde cada día es dedicado a una actividad o juego diferente, así como la temática.

Algunos pueden ser peinados o sombreros locos (fuera de lo común y adornados exageradamente), profesiones, caja fuerte (descombinados), deportistas, algún color, vaqueros o cualquier otro, por lo que muchas de las familias se esmeran para que sus hijas e hijos acudan de la mejor manera posible para garantizar la convivencia y diversión de los pequeños.

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Sin embargo, en redes sociales, varias saltillenses expresaron que, si bien las actividades son fundamentales para el desarrollo pleno de los menores, la mayor carga laboral sobre la elaboración de los disfraces y peinados recaen en las madres, pues son quienes normalmente se esfuerzan en conseguir los materiales necesarios para cumplir con lo solicitado.

Además, algunas mujeres comentan que muchas veces no tienen dinero suficiente para realizar todos los vestuarios de sus hijos, porque son varios días en los que se realizan las actividades.

“Yo no doy crédito de esa m*m*d*. Como si no bastara con tener uniformes limpios y la cartulina a tiempo”, expresó una mujer.

“No soy mamá, pero, ¿Qué necesidad de volver estresante algo como el día del niño? En vez de utilizar la semana para crear consciencia o campañas en favor de las infancias (ya si van a hacer actividades que involucran a los padres), tienen que volver todo una ocasión de mucha explotación, cansancio y, además, promover que los niños cuyos padres no pueden ayudarlos a hacer eso, se sientan mal”, dijo una usuaria.

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“Y el estrés de las mamás que están ya casi a finales de quincena, en donde tu dinero está destinado para ciertas cosas, y así fueran 30 pesos hay muchas que esos 30 los usan para comer.

Son actividades que para muchas sale de su presupuesto y que hacen de todo para cumplirla. Y que la realidad es que no todas pueden y si lo hacen es con un gran sacrificio.

Pero muchas piensan que visibilizar las realidades fuera de nuestro mundito está mal, y que somos malas madres las que hacemos este análisis que si bien incomoda, pero es real”, son algunos de los comentarios que se pudieron observar en una de las publicaciones hechas a través de Facebook.

Por otro lado, otros comentarios mencionaban que el uso del disfraz y peinado no era obligatorio, por lo que no debería suponer un sacrificio.

“Cada quien debe ser responsable de sus hijos, y si eres padre o madre sabes que es una friega cumplir con esa responsabilidad que dura de por vida. Los niños no se pueden poner a jalar para tener dinero y comprar lo que necesitan, es responsabilidad de ambos padres cumplir con eso, así que no, no es obligatorio cumplir con lo que piden, lo que es obligatorio es amar, respetar y acompañar a tus hijos en su curso escolar y cumplir con lo poco que se les pide una vez al año... nadie exige comprar, hay muchos medios en donde buscar para hacer cosas sencillas y bonitas. El que quiere puede y cada quien decide como quiere que sus hijos se sientan”, rezaba uno de los comentarios.

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“Discúlpenme, pero detrás de todos los eventos escolares hay maestras que economizamos absolutamente todo, hacemos planes para conseguir dinero y hacer que las madres de familia adquieran el menor gasto posible aparte que siempre aportamos desde nuestros bolsillos (no solo en este tipo de eventos, invertimos casi siempre una parte importante de nuestro sueldo en el día a día) aparte no están pensados para perder clases sin más, todas las actividades que se hacen tienen intenciones educativas y están encaminadas a desarrollar experiencias positivas en las infancias.

Entonces me parece que los términos de ‘innecesariamente’ y ‘explotada’ caen en lo absurdo, ya que esto sería el mínimo que padres y madres deberían hacer por sus infantes”, fue lo que una cibernauta, identificada como docente, explicó.

Estas declaraciones han generado un fuerte debate sobre los roles de las madres y las implicaciones económicas y de estrés que se generan sobre ellas, pues otro de los puntos que exponen es la falta de tiempo por la carga laboral profesional y doméstica que también, muchas de ellas, tienen que realizar en su día a día.

No obstante, hace unos días VANGUARDIA le informó sobre las actividades realizadas en las escuelas de Saltillo, donde se llevó a cabo la actividad de sombreros y peinados locos. En dicho artículo, una de las madres entrevistadas declaró que ella ofreció sus servicios para realizar el sombrero de varios estudiantes, comercializándolos entre 150 y 250 cada uno, dependiendo del diseño.

Otras madres externaron que ellas elaboraron sus sombreros con materiales económicos y mucha creatividad, pero que reconocen que las celebraciones de Navidad y el Día del Niño representan “gastos fuertes”, además de que deben poner mucho esmero en la creación de los disfraces.

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¿Y LOS PAPÁS?

Por otro lado, aunque muchas cibernautas expresaron que durante el proceso de la elaboración de peinados, sombreros y disfraces, tuvieron el apoyo de su pareja o figura paterna de sus hijos, es una realidad que en México, a pesar de que son varios quienes eligen hacer un lado el modelo tradicional de la paternidad como figura de autoridad y proveedor, esta aún permanece en nuestros días.

Pues, muchos de los roles adjudicados a la maternidad establecen que son las mujeres quienes deben encargarse del cuidado del hogar y los hijos, así como la responsabilidad de la atención, salud y educación de los menores, mientras que el padre es quien se encarga de administrar dinero y las autorizaciones.

Además, de acuerdo con la Encuesta Demográfica Retrospectiva (EDER) publicada por el INEGI en 2010, se estimó que al menos en cuatro de cada 10 hogares no vivía el padre con la familia y en 11.4 millones de domicilios faltaba la figura paterna.