CRONICA l Allá rodeado de montañas, escondido por la niebla
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Aquel año, aquel mes no paró de llover en Xico debido los temporales.
Los ancianos comentaron en las charlas frente a una taza de bebida caliente que la patrona estaba enojada por algo que no sabían. Lo decían en las noches, en las mañanas frescas y en los atardeceres cuando las nubes cerraban ocultando los rayos solares. Aún así la fe de aquel lugar siguió su curso como lo ha hecho durante varios años en que empezó todo eso que nadie define cuándo fue, sólo que tiene mucho tiempo y se ha transmitido por generaciones a través de relatos.
Al deambular por las calles empedradas de ese lugar que apenas hace sesenta años (1956) fue declarado cabecera municipal aún se percibía ese ambiente campirano que proporciona un toque nostálgico cuando de historias varias se trata a la hora del recuerdo. Por la calle Hidalgo (principal) todavía era común observar señores machete a la cintura arreando burros con tercios de madera y pencas de plátano al lomo.
Es que la gente no deja morir la tradición y el pasado que nutre su fe. Porque lo único cierto es el ahínco con el que celebran a Santa María Magdalena durante el mes de julio. Todo se transforma: calles, comercios y vida social son diferentes durante esos momentos en los cuales son anfitriones de quien guste visitarlos.
Xico está ubicado en el estado de Veracruz, a 19 kilómetros de Xalapa, ciudad capital.
Adornado por plantaciones de café, árboles frutales y caídas de agua es delicia de la naturaleza; desde cualquier lado que se le mire se imponen como vigías El Cofre de Perote, Pico de Orizaba y Acamalín, por sus cañadas corren ríos como Xoloapan y Huhueyapan.
El clima durante gran parte del año oscila entre los 10 y 19 grados centígrados; en las mañanas despierta con un olor a humedad, a café de grano; lo cubre una neblina que afantasma a las personas y por temporadas cae una ligera llovizna a la cual llaman "pelo de gato". Las tardes son interrumpidas por algún motor de automóvil, música de helados y oscurece matizado por el silencio de provincia.
Para entender parte de su idiosincrasia es necesario charlar con los ancianos del lugar, quienes tienen en su memoria la tradición oral que nutre de creencias y tradiciones toda actividad social.
En Xico, los viejos, a quienes llaman "tíos", añoran el pasado que se niega a desaparecer. Los jóvenes sueñan con huir, regresar un día, hacer una vida plena y contar sus aventuras; por las ventanas de las casas, siempre abiertas, la vida transcurre fotográficamente.
Xico fue ruta de Hernán Cortés tras el dominio español, por eso hay tradiciones arraigadas como la fiesta brava; es común escuchar por las calles música taurina y expresiones como "bastimento" para nombrar las raciones de comida llevadas al trabajo, casi siempre en el campo.
El fervor a la imagen de Santa María Magdalena nadie sabe cuándo comenzó, no hay registros en la mente de nadie, mucho menos en documentos. Durante la revolución el pueblo fue tomado por los maderistas: la parroquia saqueada y el archivo histórico incendiado. Se dice esto, se dice aquello acerca del origen de las festividades: nada concreto.
Las actividades religiosas durante el mes de julio consisten en la traída del bejuco y la flor para adornar el arco de la iglesia, la subida de este, distintas procesiones, bailes y mañanitas en honor a Santa María Magdalena. Las no religiosas son la elaboración de tapetes de aserrín, actividades culturales, musicales y la Xiqueñada: una variante de la Pamplonada donde sueltan 12 toros por las calles.
Todo es tan tranquilo que el grupo de paramédicos Brujos de Xico, llamado así porque antes el lugar era famoso por sus hechiceros y su fama de naguales, sólo atiende casos leves como cortaduras o traslados. Dentro de sus instalaciones recuerdan hechos aislados en años pasados mostrando fotografías y documentos para avalar la veracidad. Lo más fuerte que registran es un calcinado por rayo y una suicida en la cascada de Texolo, principal sitio turístico.
Cuando alguien o algo llega de improviso los susurros vuelan por las calles, en las cuales los "adioses" como saludo son ofrecidos, siempre con una sonrisa y aperitivos para sazonar el momento. Nunca faltan los frijoles negros, café o bebidas de aguardiente de caña para departir.
Durante la noche no hay mucha actividad por las calles, únicamente un silencio interrumpido por los grillos y murmullos en las esquinas. No hay gente; no hay nada que hacer en Xico, como casi siempre; sólo escuchar relatos y tomar bebidas con pan hasta que el sueño diga lo contrario.
La catedral de Xico se impone como el corazón del pueblo, ella alimenta todos los cauces que desembocan en la fe de los habitantes y sus 21 capillas, cada una con un Santo a quien celebrar. "En Xico las procesiones nunca terminan", dijo por allí alguien. Está rodeada de parques arbolados que adornan sus detalles arquitectónicos del siglo XVI y su presencia de acabados barrocos y neoclásicos de los siglos XVIII y XIX.
Dentro de los muros de la catedral se encuentra la figura de la Santa que yace acostada sobre flores y pasto, sus dimensiones son de aproximadamente un metro con veinticinco centímetros, de la cual nadie sabe su origen. Se cuentan relatos acerca de su aparición, ninguno específica fechas, menos nombres.
A decir del profesor José Luis Zacarías Cuavichi, encargado desde hace 19 años del diseño del arco de la iglesia, la tradición oral explica que antaño celebraban en el pueblo a San Miguel; entonces un día sin fecha ni año en que preparaban lo concerniente para la festividad, unas personas observaron unas mulas sin dueño cerca de donde ahora es el parque y les pareció extraño.
"Antes ese lugar era un monte donde crecían árboles frutales y flores de colores. Ahí dicen que aparecieron las mulas donde venía la Santa. Me contó gente anciana cuando era chico, a ellos les contaron sus abuelos", agregó al relato Juan Yoval Tepetla, 60 años, Mayordomo de mayordomos.
Desde que amaneció hasta al anochecer las mulas estuvieron allí, eran 4 cargadas con bultos al lomo; hubo personas del pueblo que les dieron de comer y beber. Al otro día seguían en el mismo sitio, entonces el párroco ordenó que fueran llevadas a los patios de la catedral para darles descanso y comida.
Al quitarles la carga se dieron cuenta que en uno de los paquetes venía la figura de la Santa, se cree que ella buscó en Xico la fe y desde ese entonces que nadie sabe cuándo sucedió la celebran. Para usos prácticos de las festividades y así evitar el deterioro de la imagen se mandó esculpir una figura de María Magdalena, la cual es paseada por el pueblo en días de fiesta por un grupo de jóvenes a quienes les llaman Magdalenas, se cree que esa imagen viene de España; nadie lo puede corroborar.
La gente platicó que alrededor de la figura de la Santa es mucho el amor que sienten. El llanto no puede ser contenido al verla y notar todo el clima de devoción que rodea esa mirada triste que desde los hombros de una comunidad es paseada, aplaudida y venerada por las calles.
Es tanta la creencia en ella que gente de otros lugares del estado -incluso del país- la veneran y van a pedirle favores; algunos dejan ofrendas, otros tantos obsequian vestidos. Los lugareños aseguran que es "la mujer mejor vestida de México", hasta un museo donde exhiben gran parte de sus piezas existe en el pueblo, dicen que hay más de 500.
José Luis Guevara Córdoba, extitular de la Secretaría de Turismo y creador de una guía turística del municipio, manifestó en unas palabras la importancia de sus tradiciones: "El día que falte Santa María Magdalena no sé qué vaya a pasar, no lo quiero imaginar. Dios no lo quiera, la vida del pueblo gira en torno a ella, en su creencia y en sus milagros".
Para efectuar la fiesta se recurre a los mayordomos, los cuales son ocho en total y el grupo Mayordomos de mayordomos los elige, quienes deben reunir ciertos requisitos como ser personas de fe inquebrantable, respetables y contar con una buena solvencia económica; debe cubrir por 3 años todos los gastos y el día de la clausura dar de comer a todo aquel que desee ser parte de la fiesta; es decir, a cientos de personas.
Abraham Miranda Zacarías, mayordomo principal (de novena) periodo 2005 - 2007, explicó algunos aspectos de la celebración y manifestó su devoción a la Santa; para estar en las festividades tuvo que pedir permiso en su trabajo, agregó que es un honor estar al frente de la mayordomía; María Magdalena le ha dado mucho en la vida; espera que a la postre lo siga protegiendo, su fe es a prueba de adversidades.
Abraham Miranda dijo que hay gente que obsequia vestidos a la Santa para cumplir alguna promesa, muchos de ellos esperan años para que la imagen visite su casa; en toda la festividad María Magdalena es llevada de casa en casa donde primero se vela al vestido con oraciones, después lo utiliza. Durante la velada los anfitriones ofrecen refrigerios, lo más tradicional es el champurrado acompañado de pan, casi siempre pambazos.
Miranda Zacarías comentó que hay gente que un año antes va ahorrando dinero para la noche de la velada, hay hogares tan pobres que lo poco que ofrecen lo obsequian con el corazón, viene de muy adentro de sus sentimientos.
Efectivamente, ofrecer un vaso de bebida en una de esas noches es sincero, no recibirlo provocaría un gran vacío dentro.