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Los osos llegaron primero y nosotros los invadimos

Hoy hay 3 veces más avistamientos de osos negros en centros poblados que hace 10 años, principalmente, en la región sureste de estado. Sequías e incendios desplazan a estos poderosos animales, pero también invadimos su hábitat con el crecimiento de la mancha urbana. Aún es tiempo de tomar medidas preventivas, antes de que humanos y osos resulten perjudicados

  • 07 noviembre 2022

El que primero llegó con esta oleada de osos negros que sobrevino en la región desde hace cosa de cuatro meses fue “Tito”.

Lo trajeron del ejido Cuauhtémoc, municipio de Arteaga, el 8 de agosto.

“Tito”, bautizado así por sus cuidadores, es un macho de 120 días de nacido, que estaba desnutrido, deshidratado y aparentemente ciego.

Al parecer tuvo una contusión, resultado, posiblemente, no se sabe bien a bien, de un atropellamiento, un golpe... se desconoce.

$!Los oseznos, es decir, los cachorros, han sido los más afectados por las actividades humanas.

Durante la evaluación visual que hizo el equipo de Fauna del Museo de Desierto se detectó que caminaba raro, con las patas como chuecas, como muy abiertas.

De inmediato pusieron a “Tito” en un área de cuarentena a la que sólo sus cuidadores tienen acceso y nadie más.

Le dieron medicamento y hoy parece que “Tito” ha evolucionado bien, ha recobrado la vista y su caminar ya es el de un oso normal.

Luego, el 12 de agosto arribó aquí “Chabelo”, otro macho de ocho meses.

Lo encontraron en el ejido Huachichil, también del municipio de Arteaga.

Venía atropellado, con una fractura de cadera que, pronosticaron sus cuidadores, ameritaba una cirugía crítica, complicada.

Afortunadamente no necesitó operación. “Chabelo” se curó con medicinas y reposo forzado.

Tuvieron que inmovilizarlo para reducir sus movimientos y que sanara. Y sanó.

A “Las Huérfanas”, tres oseznas de cuatro meses, las pusieron acá a finales de agosto, después de que su madre fuera atropellada por el tren, en las inmediaciones del ejido Las Colonias, al sur de Saltillo, falleciera y ellas quedaran desamparadas.

Por eso sus cuidadores les llamaron así, “La Huérfanas”.

El veterinario del Mude comprobó que las crías no presentaban daños en su cuerpo. Y que se encontraban en condiciones óptimas de salud.

Sin embargo, es fecha que aún se ignora cuál será su futuro, si quedarán bajo el resguardo del área de Fauna del Museo del Desierto o serán llevadas de vuelta a su hogar, en el bosque. No se sabe.

Cuando lo del accidente, los pobladores del ejido “Las Colonias” contaron a las autoridades que era frecuente ver a la madre con sus tres oseznas bajar al rancho a comer basura y granos que caían del ferrocarril a las vías.

Y el tren la atropelló.

Los osos no bajan, la urbe sube

Cada vez se vuelven más frecuentes los avistamientos de osos que bajen de las montañas a las rancherías y al área urbana y suburbana de la región en busca de nuevos territorios donde alimentarse y vivir.

“No es tanto que estén bajando, es que nosotros cada vez vamos más para allá”, aclara Alejandro Argüelles, director de Apoya tu Bosque local.

De acuerdo con información de la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila, en los últimos 10 años el número de avistamientos de oso negro en los centros de población pasó de 19 en 2012 a 80 en lo que va de 2022.

Estos avistamientos han tenido lugar, principalmente, en la región sureste de estado.

“Es el año que tenemos más alto de registros de oso negro”, dice Jorge Guerrero Salcedo, director de Recursos Forestales y Vida Silvestre de la SMA.

Del mismo modo las estadísticas de la SMA indican que la cantidad de osos capturados creció de 22 en 2012 a 32 hasta finales de octubre de este año.

El libro Los Grandes Depredadores, editado por la Universidad Autónoma del Estado de México, (UAEM), dice sobre algunas de las consecuencias que puede acarrear este fenómeno:

“El contacto de los osos con las comunidades ha provocado (...) que sean atropellados o mueran por consumir desperdicios y plásticos en contenedores de basura”.

Al respecto, la SMA había reporta do de enero a la fecha 15 muertes de oso negro, causadas por atropellamiento, contra 7 de 2012.

“La carretera es una vía de muerte para los animales. Encontramos a los que mueren a un lado de la carretera, posiblemente sean más, no sabemos cuántas”, declara Jorge Guerrero Salcedo, director de Recursos Forestales y Vida Silvestre de la SEMA.

$!Los osos llegaron primero y nosotros los invadimos

Se ven más osos, se desvanece el financiamiento para su protección

Para colmo de males, el libro Situación Actual de los Grandes Depredadores devela que desde 2015 no existe en México financiamiento para proyectos de conservación y manejo, no solo del oso negro, sino de otras especies prioritarias y su hábitat.

Según el documento, el último esfuerzo que se realizó fue entre 2013 y 2015 cuando la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a través del Programa de Conservación de Especies en Riesgo (Procer), inició el financiamiento de proyectos específicos para realizar acciones de conservación del oso negro y otros animales.

Este financiamiento, dirigido a instituciones académicas y asociaciones que trabajan en pro del medio ambiente, benefició, principalmente, a los estados de Chihuahua, Sonora, Coahuila y Nuevo León.

Pero en 2016 la subvención se recortó y solo se ejecutó un proyecto en Chihuahua y Sonora.

En 2017 los fondos desaparecieron.

Con base en información abierta de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, entre 2013 y 2016 se ejercieron, a través del Programa de Conservación de Especies en Riesgo (Procer), recursos por 319 millones 201 mil 154 pesos con 7 centavos para proyectos relacionados con la conservación y manejo de oso negro en estados como Chihuahua, Nuevo León y Coahuila.

En los Informes de Avance Físico Financiero del programa se incluye también 2018, año en el que se invirtió en subsidios para la conservación y manejo del ursus americanus y otras especies un monto de 52 millones 496 mil 865 pesos.

Por lo que se refiere a Coahuila, según la información de la Conanp entre 2013 y 2015 se destinaron subsidios por un millón 960 mil pesos para acciones de manejo y conservación del osos negro en distintas regiones del estado.

De 2019, 2020 y 2022, la página de la Conanp no dice nada.

“Si bien es cierto que durante el 2013 y 2015 se realizaron proyectos de conservación del oso negro en México, que por primera vez en el país ayudaron a implementar acciones en campo, la cobertura geográfica de dichos proyectos fue reducida. Asimismo, los avances se vieron detenidos por la falta de continuidad en el financiamiento”, observa el citado libro.

$!Tan sólo en las semanas recientes, el Museo del Desierto de Coahuila ha recibido a ocho oseznos que llegaron en malas condiciones.

Oleada de cachorros; los más afectados

“Vela” es una hembra de cuatro o cinco meses de edad que fue mordida, según parece, por una jauría de perros.

Fue capturada el 10 de septiembre en el ejido Jamé, de Arteaga, y traída al Museo del Desierto.

La osezna presentaba abscesos en las extremidades y una lesión grave en la oreja.

Estuvo en tratamiento hasta que la infección cedió. Ahora evoluciona positivamente.

“Lola” es otra osezna que fue encontrada en el ejido La Victoria, en Cuatrociénegas. Cuando la trajeron estaba desnutrida.

Se ignora su historia, lo qué pasó antes de su captura. Sus cuidadores piensan que posiblemente la tenían en cautiverio, porque llegó con una desnutrición severa y una deshidratación fuerte.

Pero ya se curó y está en condiciones de rehacer su vida en el mundo silvestre.

Apenas el 19 de octubre llegó al Mude otra hembra, también se desconoce lo qué le ocurrió.

Llevaba una mano rígida, tiesa, como levantada, dicen sus cuidadores, tal vez por una posible fractura o luxación.

Le dieron tratamiento para el dolor y desinflamatorios.

Ya está bien.

Tan sólo en las semanas recientes, el Museo del Desierto de Coahuila ha recibido a ocho oseznos que llegaron en malas condiciones.

“En la mayoría de los casos por atropellamientos, son animales que son atropellados, son animales que llegan muy pequeños, que por x, y o z alguien captura los oseznos y tienen que recibir nuestro cuidado,” dice Fernando Toledo, el responsable de Fauna y del Proyecto Desierto Viviente del Mude.

Y añade que nunca, en la historia de esta institución, le había tocado recibir a tantos osos, a excepción de 2011 cuando llegaron “Capi”, “Camila”, “Bebeleche”, “Bombero” y “Zambo”, cinco ejemplares sobrevivientes de los incendios de aquel año en Múzquiz, Sabinas y la Sierra de Arteaga.

Habían arribado al Museo siendo cachorros.

Registros de la Comisión Nacional Forestal indican que 2011 fue el año más catastrófico de los últimos tiempos en Coahuila, con 162 incendios que devoraron 424 mil 540. 70 hectáreas de árboles y matorrales.

Los oseznos llegaron deshidratados, desnutridos, pesando dos y tres kilogramos.

Hoy son animales adultos sanos de 200 kilos.

Y uno de los principales atractivos del Desierto Viviente del Mude.

$!La sequía y los incendios forestales provocan el desplazamiento de osos. Al destruir su comida, buscan alimento en las poblaciones.

“Cuando son animales lastimados hay que recibirlos porque son animales que están sufriendo y que no se pueden reintegrar a la vida libre. Si un osezno de 2, 3, 4 meses se regresa a vida silvestre lo más seguro es que lo maten otros osos, los osos son territoriales. Los perros ferales son un problema para los osos”, explica Toledo.

“Es el deber ser del Museo del Desierto, tenemos el área de conservación y tenemos que hacer conservación. Estos animales amolados, lastimados, se reciben, y se les da el tratamiento necesario”.

Y comenta que el Mude es el único centro de rescate de fauna que hay en el noreste y la única institución con capacidad para recibir ejemplares.

Aunque actualmente ya no tiene espacio.

Atrapados entre los humanos y el cambio climático

A decir de los expertos entrevistados por Semanario, la invasión de las áreas naturales, en este caso la Sierra de Arteaga y la Sierra de Zapalinamé, con la construcción de fraccionamientos campestres y urbanizaciones de alta densidad, es uno de los principales factores que ha propiciado la irrupción de osos en las rancherías y la zona periurbana de ciudades como Saltillo.

Un artículo de la revista Botanical Sciences publicado en 2019 evidenció que la Sierra Zapalinamé redujo, entre 1998 y 2017, el 69.2 por ciento de su bosque de pinos y oyameles, en contraste con un crecimiento en los asentamientos humanos del 78 por ciento.

El documento advierte que en dicho periodo se aprecia una diferencia negativa en comunidades como el bosque de pino, que disminuyó casi el 69.2 por ciento de su cobertura, así como el bosque de oyamel que se redujo en un 50 por ciento. Lo anterior debido principalmente a la ocurrencia de incendios forestales, mismos que a través de los años han fragmentado estas comunidades.

“Toda la falda de Zapalinamé se perdió. Toda esa pérdida de vegetación, esos bosques eran el hogar de muchos animales y de uno muy representativo: el oso negro”, lamenta Alejandro Argüelles, director de Apoya Tu Bosque Local.

Los casi tres años de sequía que han azotado a la región, refieren especialistas, terminaron por arrasar con la vegetación que era alimento del ursus americanus, cuya dieta omnívora es 70 por ciento vegetal y 30 por ciento carne.

Y al no encontrar bayas, bellotas, piñones, tejocotes, capulines, tunas, raíces ni pastos en su entorno, el oso se vio desplazado.

“La vegetación no ha podido producir los frutos necesarios. El encinín no ha podido producir sus bellotas, los piñoneros sus piñones... Por ende los animales no tienen la suficiente cantidad de alimento”, explica Argüelles.

$!En el encuentro entre osos y humanos, los primeros son los que han sufrido. Se han encontrado atropellados en carreteras.

En los resúmenes Mensuales de Temperaturas y Lluvia de la Conagua de los últimos 30 años se han reflejado los efectos del cambio climático en Coahuila con la disminución de las precipitaciones y el incremento cada vez mayor de las temperaturas máximas.

Así, mientas que en mayo de 1992 se registró una caída de 116.6 milímetros de lluvia, para el mismo mes, pero de este año se precipitaron solamente 22.0 milímetros.

El 12 de julio Vanguardia publicó que Coahuila es el estado más afectado por la sequía en el país, ya que el 31.4 por ciento de su territorio ha registrado niveles excepcionales y extremos por la falta de agua, esto de acuerdo con reportes del Servicio Meteorológico Nacional.

Asimismo Saltillo se ubicó entre los nueve municipios, junto con Parras, que arrancaron el 2022 en condiciones anormalmente secas.

Por lo que se refiere a la temperatura, mientras que en julio de 1992 la temperatura máxima promedio en el estado fue de 33.3 grados, en julio, pero de este año el termómetro marcó 37.1 y más de 40 grados centígrados, sobre todo en la región sureste de Coahuila, que hace unas cuatro décadas años era conocida como la ciudad del clima ideal.

“El calor y la sequía mataron muchos árboles y estos árboles eran alimentos de oso, entonces disminuyó la comida en campo, por eso tenemos una alta presencia de osos”, dice Sergio Marines, director de Profauna.

Y encima, los incendios

Otros ecologistas piensan que los tres últimos incendios en la Sierra Zapalinamé, que fueron causados por una tormenta eléctrica y devastaron 2 mil 500 hectáreas de matorrales y arbolado, fueron determinantes en el desplazamiento del oso negro.

Aunque parece que este fenómeno tiene sus antecedentes desde más atrás.

Al respecto, datos de la Comisión Nacional Forestal arrojan que en los últimos 11 años se han presentado en Coahuila 994 incendios que han consumido 531 mil 232,15 hectáreas de montaña.

Los incendios, ya sean naturales o antropogénicos, son el principal disturbio en el área protegida y es posible que su ocurrencia se incremente con el aumento de la presión por espacios urbanos aledaños a la sierra.

“El hecho de que estemos viendo cada vez más osos a cada rato, es porque, literal, fueron desplazados por el incendio. Ahorita ya no hay nada en ese lugar de donde puedan alimentarse y entonces están buscando nuevos territorios. Esto que estamos viendo ahorita no es nada para lo que se viene”, prevé Alejandro Argüelles, director de Apoya Tu Bosque Local.

¿Cuántos osos hay?

Algunos conservacionistas piensan que el posible aumento en Coahuila de la población de oso negro, especie que se encuentra incluida en la lista de la Norma Oficial Mexicana 059, que identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo en la República Mexicana, ha influido en los cada vez más frecuentes avistamientos de este animal en ejidos y la periferia de ciudades como Saltillo.

“Cada vez es más frecuente el avistamiento, por lo tanto asumimos que hay una mayor población”, dice Sergio Marines, el director de Profauna A.C.

Sin embargo, ninguna institución cuenta con un registro o censo de la población de oso negro que merodea por los bosques del estado.

Y sólo se conoce que la Sierra de Zapalinamé, la serranía de El Burro en Múzquiz y la Sierra Maderas del Carmen que abarca las regiones norte, desierto y carbonífera del estado, son los sitios con mayor presencia de estos animales

$!Los osos llegaron primero y nosotros los invadimos

En el capítulo Manejo y Conservación del Oso Negro, incluido en el libro Situación Actual de los Grandes Depredadores, se lee que solo cinco estados mantienen poblaciones reproductivas de oso negro y estos son Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

El documento añade que aunque se han realizado pocos estudios poblacionales, las densidades reportadas por lo general son bajas.

“No tenemos registros específicos de cuántos osos hay”, reitera Sergio Marines.

¡Ey, oso! ¡Estás en cámara escondida!

Hoy abundan las fotografías de osos negros que fueron captados en distintos puntos de Coahuila, sobre todo en el sureste, trepados en árboles, paseando en plazas públicas de pueblos, caminando en medio del desierto, buscando comida en el fondo de arroyos.

Gilberto Carranza Martínez, es el fundador de Ursus MX, una organización que desde 2018 se dedica a registrar en imágenes, mediante cámaras de fototrampeo, los movimientos de oso negro en las profundidades mismas de la Sierra de Zapalinamé.

Carranza Martínez asegura que al menos en este año se ha observado en la montaña una mayor actividad del oso negro, respecto a otros animales.

“En cada revisión de cámaras que hacemos el animal que se muestra más activo es el oso, tanto ejemplares machos muy jóvenes, machos muy grandes adultos, camadas de cachorros con las hembras... Se ha incrementado el número de osos, pero no es que la sierra esté infestada”, aclara.

Gilberto, cuya aventura comenzó después de un encuentro con un oso en 2018 mientras sendereaba por el Cañón de San Lorenzo, dice que a la fecha Ursus MX mantiene seis cámaras en puntos secretos y remotos de la Sierra Zapalinamé vigilando los movimientos de los osos y otros animales, desde muy pequeños como serpientes, ratas, zorrillos, muchas ardillas, muchos conejos, hasta águilas, venados, zorros y pumas.

Pero de todos los animales que las cámaras han logrado captar últimamente el oso negro ha tenido más registros.

$!Con el avance de la mancha urbana, el hábitat del oso negro es invadida. Especialistas llaman a definir medidas preventivas para evitar ataques.

El lunes 17 de octubre Ursus MX compartió en sus redes un video de unos osos negros jugando en el bosque, video que de inmediato se viralizó.

Ésta es sólo una de las más de 4 mil imágenes de fauna que en cuatro años ha logrado reunir esta organización en su filmoteca.

Gilberto dice que el objetivo de esta filmoteca es que en un futuro no muy lejano sirva a los investigadores de fauna para el estudio de la fauna, particularmente, del oso negro.

“Las cámaras nos aportan datos como el día, la fecha, la temperatura, ubicamos las coordenadas, son datos muy exactos. Estamos abiertos a colaborar con ellos y compartirles nuestros datos”.

¡No selfies! Situación de riesgo para humanos y osos

Los ambientalistas coinciden en que la cada vez más frecuente incursión del oso negro en el área rural y urbana de la región conlleva una amenaza inminente tanto para la especie como para los humanos.

“Ya tenemos interacciones con ellos, lo que sigue es que se presenten ataques hacia nosotros, eso es lo que tenemos que evitar. Son animales muy fuertes que pueden causar daño y el último paso es tener que sacrificarlos. No queremos que los maten”, advierte Liliana Coronado Limón, subdirectora de Conservación del Patrimonio Natural y Bienestar Animal de la SMA.

Hay que tomar en cuenta, apunta Francisco Cruz García, profesor investigador de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, doctorado en manejo de vida silvestre y desarrollo sustentable, que el oso negro es el carnívoro más grande que hay en México.

En vida silvestre puede llegar a pesar entre 90 y 200 kilogramos y desarrollar grandes garras.

“Sigue siendo un animal salvaje, en cualquier momento puede reaccionar y muy fácilmente lastimar a una persona”, previene.

A propósito, en el libro Situación Actual de los Grandes Depredadores se lee que al ser una especie carismática y debido a la falta de información y educación, frecuentemente la población alimenta a los osos.

Lo anterior ha resultado en dos situaciones negativas para la conservación de la especie.

1) El incremento en el número de ejemplares habituados a los humanos y que asocian a las personas con alimento de fácil acceso.

2) Las autoridades se ven forzadas a intervenir en respuesta a la presión mediática, sin embargo, realizan el manejo sin contar con la capacitación, equipamiento ni planeación adecuada.

Tal y como sucedió en Castaño, Coahuila, donde una osezna fue asesinada por un grupo de pobladores, ante la presencia de la policía, cuando intentaban capturarla.

$!Equipo de rescate de osos. En 2012, 22 de estos animales fueron rescatados. En este año van 32. hasta octubre.

Ante los cada vez más frecuentes avistamientos de osos la SMA ha recomendado a la población no alimentarlos, no darles agua, no tirar basura en calles ni arroyos y, sobre todo, no interactuar con ellos.

“Eso de que ‘ponte atrás porque quiero tomar una selfie’, te puede dar un arañazo”, dice Eglantina Canales, la Secretaria del Medio Ambiente en Coahuila.

Por fortuna, hasta ahora, no se ha presentado en México ni en el estado un ataque de oso negro sobre seres humanos.

Plástico, el otro veneno

La acumulación de basura en parajes y orillas de carreteras en rancherías, así como en la periferia de la ciudad, representa otro peligro para el oso negro, animal cuyo olfato es superior al de los perros, que al no encontrar alimento ni agua en su hábitat, se encamina a los centros de población atraído por el olor de los desperdicios.

“La basura, digamos, son sus alimentos chatarra, y la basura tiene dos problemas: primero, nunca va a estar disponible en grandes cantidades y, sobre todo, no va a ser de calidad, porque puede ser comida que ya esté descompuesta y muy escasa”, explica Eglantina Canales Gutiérrez, titular de la SMA en Coahuila.

“Ellos van a lamer un plástico, ¿cuánto le pueden sacar?, el problema es que como no saben que es plástico, porque no fueron a la clase de química, se lo comen y van a tener problemas de obstrucción en los intestinos. Imagínate que te comas una bolsa de plástico o una bola de papel de aluminio o unos empaques de unicel, no va a ser muy saludable”.

Agrega que en autopsias realizadas a osos se ha encontrado papel de estaño o plástico en el estómago.

El libro la Situación Actual de los Grandes Depredadores habla del caso de un oso atropellado que fue remitido el 20 de junio de 2013 por la Profepa a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UANL para una necropsia.

El individuo era un macho de aproximadamente 2 años de edad que se encontraba en malas condiciones físicas.

Presentaba obstrucción intestinal por bolsas de plástico y restos de basura, así como una alteración respiratoria aguda, asociada a una infección de tipo viral consistente con Adenovirus Canino.

Leonardo Daniel Figueroa, integrante del staff de Saltillo Ecológico, dice que durante sus brigadas de recolección de basura, reforestación o senderismo por las montañas, ha encontrado desechos en sitios inverosímiles.

“En lugares que dices, ‘caray, era más complicado traerte las bolsas de basura hasta esta zona que subirla a tu vehículo y dejarla en un basurero’”.

Información de la Dirección de Servicios Primarios de Arteaga indica que sólo en la pasada Semana Santa se recolectaron cerca de 104 toneladas de basura, que los visitantes a la sierra botaron en parajes y orillas de carreteras.

$!Avistamiento de osos en Mirasierra, a la altura de Otilio.

Sobre las condiciones en las que se han capturado algunos ejemplares encontrado en la ciudad, la secretaria de Medio Ambiente responde:

“A veces en muy malas condiciones físicas, animales francamente muy desvalidos, se nota en su pelo, en su corpulencia, están muy flaquitos”.

Conflictos con productores

Las correrías del oso negro en comunidades rurales han sido por años motivo de conflictos con los propietarios de ganado afectados por los embates de este animal sobre sus hatos.

En este contexto, el libro Situación Actual de los Grandes Depredadores dice que la amenaza principal es la habituación de los osos a los asentamientos humanos, lo que favorece su presencia en zonas urbanas y suburbanas, provocando en ocasiones pérdidas de ganado, cultivos y apiarios.

A la par el documento subraya que la eliminación de ejemplares de oso negro, por parte de productores agropecuarios, ha sido la principal amenaza que ha enfrentado la especie históricamente y una de las razones de la disminución en su distribución y posterior inclusión en la lista de especies en peligro de desaparecer.

“Los osos no son de juguete, son animales fuertes, poderosos depredadores y matan ganado en serio. Son enormes, imponentes, pero caminan quedito, sigilosos, son muy hábiles para cazar”, previene Canales Gutiérrez, la titular de la SMA.

“Entran a un corral de borregos y pueden matar 20 ó 30 en un ratito aunque no se los coman”.

El libro Situación Actual de los Grandes Depredadores refiere que en Coahuila, durante los últimos años, ha aumentado el número de conflictos con oso negro principalmente en localidades rurales de los municipios de Saltillo y Arteaga, asociados a cultivos de manzana y maíz, depredación de ganado doméstico y presencia de osos cerca de casas y cabañas.

$!Los osos llegaron primero y nosotros los invadimos

Datos de la propia SMA indican que de 2012 a la fecha la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas ha pagado, por instancias de esta dependencia, un millón de pesos en compensaciones a ganaderos que han perdido animales a causa del embate del oso negro.

“Normalmente los productores ganaderos enfrentan estos conflictos con sus propios medios, sin reportar a las autoridades y muchas veces incurriendo en delitos ambientales al eliminar osos y otros depredadores”, dice el libro Situación Actual de los Grandes Depredadores.

“Tenemos que empezar a vivir con ese respeto hacia la vida silvestre, hacia la fauna, hacia la flora, porque están siendo ya una realdad los encuentros tan seguidos con oso negro y van a continuar, ¿cuánto tiempo?, no sabemos”, expresa Fernando Toledo, responsable de Fauna y del Proyecto Desierto Viviente en el Mude.

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