Locura comercial por Jeremy Lin en EU

Deportes
/ 29 septiembre 2015

Un joven invirtió un puñado de dólares en una figurita del jugador de origen taiwanés que sorprendió al revolucionar la NBA. Ahora la subasta, con una ganancia asegurada del 7.700%

Pocos casos como el de Jeremy Lin pueden graficar las ganancias que la monumental maquinaria de la industria deportiva es capaz de generar en horas. De ser un absoluto desconocido, este hijo de taiwaneses que juega en los New York Knicks se convirtió en una tendencia mundial en todas las mediciones que se puedan imaginar.

Mientras que en Google su boom marcó un pico de casi 100 millones de búsquedas -eran ínfimas hace poco más de una semana-, los negocios de venta de merchandising del guardia que calza la camiseta número 17 del conjunto de la Gran Manzana no tiene techo.

En los negocios de la ciudad norteamericana se ven filas que tienen como único objetivo adquirir la ropa oficial que viste el jugador, mientras que en Hong Kong, Taiwan y la misma China -a pesar de que el órgano oficial del Partido Comunista no está de acuerdo en que reemplace a Yao Ming- no se habla de otra cosa.

La organización de la liga norteamericana está feliz. Ante la baja de Yao, retirado a causa de sus lesiones y dedicado a integrarse a actividades de estudio y políticas en su país, el mercado de oriente necesitaba una nueva figura. Pero no aparecía nadie.

Hasta que Mike D'Antoni decidió promover al base a un rol central, y... voilá.

El entrenador bien podría reclamar el derecho a cobrar un porcentaje del enorme volumen de negocios que han desatado las actuaciones de Lin -por mínimo que fuera, probablemente se haría millonario-, empezando por sus ya legendarios 38 puntos a los Lakers de Los Angeles.

El jueves se conoció un ejemplo que basta para graficar el impacto de Lin en el bolsillo de una persona común y corriente: el coleccionista Yair Rozmaryn.

Compró una figurita del debut oficial de Lin, con la camiseta de los Golden State Warriors, una serie de la cual se imprimieron apenas 25 ejemplares. Parecía destinada hasta hace diez días al fondo del cajón del archivo, pero todo cambió dramáticamente.

"He tenido suerte", le dijo Rosemaryn al New York Times tras ver que su inversión de 180 dólares había incrementado su valor más de 77 veces al ofrecerla como subasta en e-Bay. Ahora vale nada menos que US$ 14.000.

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