Los Cargadores permanecerán en San Diego

Fútbol Americano
/ 26 enero 2016

El equipo de los Rams jugará en un estadio nuevo que se construirá en la zona de Inglewood, un proyecto valorado en mil 800 millones de dólares

San Diego.- Tras varios meses de rumores y polémica, los Cargadores permanecerán en San Diego. Y es que la NFL no aprobó la mudanza de los sandieguinos, pero sí la de los Carneros de San Luis, por lo que la Liga volverá a tener sede en Los Ángeles con el retorno del equipo  que partiera de la ciudad angelina en 1994.

El equipo de los Rams jugará en un estadio nuevo que se construirá en la zona de Inglewood, un proyecto valorado en mil 800 millones de dólares y que se espera esté concluido en un plazo no mayor de dos años, por lo que la nueva franquicia disputará sus encuentros en el legendario Coliseo de Los Ángeles por lo menos hasta 2018, cuando se espera esté listo el moderno escenario. 

Cabe mencionar que junto con el equipo del rayo, estaban también los Raiders de Oakland como posibles candidatos a mudarse de sede. Ambas franquicias presentaron una propuesta para la construcción de un inmueble en el condado de Carson, pero los dueños de la NFL votaron a favor del primer proyecto.

Para conseguirlo, se necesita que por lo menos 24 de los 32 propietarios de equipo de la NFL voten a favor de cualquier movimiento para ser aprobado y, al final, los resultados fueron 30-2. A pesar de esto, el futuro de los Cargadores sigue incierto, dado que podrían sumarse al proyecto de los Carneros y compartir sede para 2018, de no llegar a un acuerdo la directiva con el gobierno sandieguino en este año.

“Mi objetivo desde el inicio de este proceso era crear las opciones necesarias para salvaguardar el futuro de la franquicia de Cargadores, respetando la voluntad de mis compañeros dueños de NFL. 

Hoy hemos logrado este objetivo con el compromiso alcanzado por la propiedad de la NFL”, señaló el propietario del equipo, Dean Spanos, en un comunicado. Y agregó: “Los Cargadores han sido aprobados para trasladarse a Los Ángeles, en la localidad de Inglewood, en cualquier momento durante el próximo año.

Además, la NFL otorgó un apoyo adicional de 100 millones en asistencia para la construcción de un nuevo estadio si es que hay una posible solución que se puede colocar antes entre los votantes de San Diego. Voy a estar trabajando en las próximas semanas para explorar las opciones que ya hemos creado nosotros mismos: determinar el mejor camino hacia adelante para los Cargadores”, finalizó el escrito.

Después de estos hechos, se abren las posibilidades de que ambas partes, tanto directiva como gobierno, puedan llegar a un acuerdo, ya que tendrán un año más para sentarse y entablar pláticas, incluso se maneja podrían llevarse a cabo unas votaciones públicas para el mes de junio o noviembre y así determinar la viabilidad de un nuevo recinto.

“Si el señor Spanos tiene un sincero interés en alcanzar un acuerdo justo en San Diego, nosotros vamos a seguir comprometidos a negociar de buena fe. No estamos interesados en una farsa por los Cargadores, si insisten en irse a Los Ángeles”, declaró el alcalde sandieguino, Kevin Faulconer.

Todas las franquicias inmiscuidas en este embrollo alguna vez pertenecieron a Los Ángeles. Los Chargers estuvieron en 1960, pero se mudaron a San Diego en 1961. Del otro lado, los Raiders estuvieron de 1982 hasta 1994, cuando partieron a Oakland.

Mientras que los Rams lo hicieron de 1980 a 1994 para luego pasar a San Luis. La novela no tiene fin En los últimos años, la directiva sandieguina encabezada por Dean Spanos ha manifestado su interés de abandonar San Diego, de no concretarse la construcción de un nuevo estadio, ya que el Qualcomm les resulta obsoleto. 

Cada año, principalmente a partir de la recesión económica norteamericana de 2007, era la misma historia, una campaña mediática para ejercer presión a la ciudad respecto a la necesidad de estrenar un nuevo inmueble. Según los Spanos, el objetivo  era ofrecer un espacio más moderno y cómodo a los aficionados, ya que el “Q”  no luce buenas condiciones desde hace tiempo, volviéndose prácticamente obsoleto en comparación a otros inmuebles que albergan equipos profesionales. 

Además, los Spanos están conscientes de que es la única manera de que regrese el Súper Bowl a la ciudad, el cual no se realiza desde 2003, cuando los Bucaneros derrotaron a los Raiders de Oakland en la edición XXVII. A través de los años, los gobiernos del condado no han mostrado  interés alguno. No fue hasta finales de 2015 que el actual alcalde, Kevin Faulconer, hizo público un proyecto que no convenció a la familia Spanos y éstos enviaron una solicitud oficial a la NFL buscando emigrar a Los Ángeles. 

El proyecto de un nuevo estadio de Falcouner, tiene un costo superior a mil 100 millones de dólares, con un plan de financiamiento en el que 750 millones de dólares provendrían de aportaciones privadas, 362.5 millones por parte de los Cargadores, 200 millones por parte de la NFL, 187.5 millones en licencias de asiento personal y 350 millones en contribuciones públicas. 

El moderno inmueble estaría ubicado en la zona de Misión Valley, donde actualmente se encuentra el Estadio Qualcomm y albergaría un total de 70 mil personas, con la facilidad de crecer a 73 mil en un Súper Bowl, además de contar con un semi-techo y, por supuesto, la mejor tecnológica en pantallas y sonidos. 

Pero la directiva hizo caso omiso de esta propuesta y prefirió unirse al proyecto de Carson, junto con los Raiders, quienes buscan volver a Los Ángeles. Pero la NFL declinó la petición, dejando a los “Malosos” en Oakland y a los “Voltios” en San Diego, donde buscarán restablecer las negociaciones con la ciudad o mudarse en el siguiente año. 

COMENTARIOS

Selección de los editores