Mourinho vs. Guardiola, segundo acto
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"City y United ya tienen una rivalidad enorme, pero será todavía más grande con José y Pep involucrados", dijo el ex delantero del Barcelona Thierry Henry
Enemigos íntimos desde hace más de un lustro, Josep Guardiola y José Mourinho mantuvieron una espinosa relación, condenados a luchar año a año por los mismos títulos. Ahora, además, compartirán ciudad: Manchester.
En su rivalidad hubo "recados" de uno a otro en las ruedas de prensa, ataques frontales, otros más sutiles, goleadas sobre el césped e incluso caricias en pleno partido, pero siempre con la distancia y la "lejanía" de no vivir en la misma ciudad. Ahora, toda esa enemistad se concentrará en las calles de Manchester, con Mourinho al frente de United y Guardiola en el banquillo del City.
Si el futuro del español se conocía desde hacía ya varios meses, la llegada de "Mou" a Old Trafford no se confirmó hasta hoy.
"City y United ya tienen una rivalidad enorme, pero será todavía más grande con José y Pep involucrados", dijo el ex delantero del Barcelona Thierry Henry, que trabaja ahora como experto en Sky Sports.
"La próxima temporada será eléctrica en los banquillos", vaticinó por su parte el ex futbolista Gary Lineker en Twitter, donde se acordó además de otros nombres. "Mourinho, Klopp, Guardiola, Conte, todos frescos y aplicados... y Wenger por supuesto".
Muchos de los mejores entrenadores del mundo estarán en Inglaterra el próximo año, pero nadie salvo Mourinho y Guardiola saben lo que es un cara a cara tan visceral, personal y prácticamente diario como el que mantuvieron en las temporadas 2010-2011 y 2011-2012. A sendas personalidades tan fuertes se unió la rivalidad entre Real Madrid, el equipo del luso, y el Barcelona, el conjunto del catalán.
El 26 de abril de 2011, antes de un Real Madrid-Barcelona en el Santiago Bernabéu por la Liga de Campeones, Guardiola explotó.
"Mañana a las 20:45 nos enfrentamos en el campo. Fuera del campo, él ya ha ganado", dijo refiriéndose a Mourinho. "Ha ganado durante todo el año, durante toda esta temporada y en el futuro. Le regalo su Champions particular fuera del campo. En esta sala él es el puto jefe, el puto amo, es el que más sabe de mundo y no quiero competir ni un instante".
Al día siguiente, Mourinho, disgustado con la actuación del árbitro tras el 2-0 para el Barcelona, no se mordió la lengua: "Guardiola es un entrenador fantástico de fútbol, pero ha ganado una Champions que a mí me daría vergüenza porque la ganó con el escándalo de Stamford Bridge. Y si este año gana, la gana con el escándalo del Bernabéu".
Nada, salvo el éxito -ambos tienen dos Champions, Mourinho suma además ocho Ligas y Guardiola, seis- une a dos de los entrenadores más cotizados del mundo. Sin embargo, hubo un tiempo en el que estaban en el mismo bando.
"Sólo recuerdo cosas positivas", dijo una vez Mourinho sobre sus cuatro temporadas como ayudante en el banquillo del Barcelona, a finales de la década de los 90. "Él me conoce y yo le conozco", opinó Guardiola, jugador del Barcelona en aquella época.
Su primer cara a cara fue en la temporada 2009-2010, en un Barcelona-Inter de Milán por las semifinales de la Liga de Campeones.
El equipo italiano perdió 1-0 en el Camp Nou, pero se clasificó a la final por el 3-1 de la ida. Mourinho acabó celebrando el triunfo saltando en el césped del coliseo azulgrana entre una famosa lluvia de aspersores. Antes, había acariciado la nuca a Guardiola en la banda en pleno partido.
Después de ganar aquella Champions con el Inter, Mourinho fichó por el Real Madrid y sufrió un doloroso 5-0 en su primera visita al feudo de Guardiola como entrenador blanco. Aquella temporada acabaría con el Real Madrid ganando al Barcelona la final de Copa y con los azulgrana eliminando a los de la capital en las semis de la Champions.
La temporada siguiente arrancó con Mourinho metiéndole el dedo en el ojo a Tito Vilanova, ayudante de Guardiola, en la Supercopa. En ese año, el Real Madrid ganó la Liga y puso fin a tres años de dominio del Barcelona.
Guardiola abandonó el banquillo del Barcelona al final de 2012 y se tomó un año sabático antes de fichar por el Bayern Múnich. Poco después se reencontraría con Mourinho, ya en el banquillo del Chelsea, en la Supercopa de Europa. Para entonces las aguas ya estaban más calmadas.
Nunca hubo amor en Manchester entre los hinchas del United y del City. Y la próxima temporada nada parece indicar que los ánimos entre los aficionados se vayan a suavizar con Guardiola y Mourinho.