Roberto Saucedo, el saltillense que encontró su vicio en los toros

Lo salvaje lo trae en la sangre. Inició en la charrería a la edad de 5 años, pero desde los 14 monta toros. Desde entonces, la pasión y disciplina lo han llevado a convertirse en una indiscutible figura en la escena deportiva de Saltillo. ¿Quién es?, ¿qué piensa?, ¿qué lo inspira? Quédate a leer esta entrevista.

26 octubre 2024
Roberto Saucedo, el saltillense que encontró su vicio en los toros

Fotografía: Cortesía de David Alejo

En marco de la celebración del Rodeo Saltillo 2024, VANGUARDIA tuvo la oportunidad de entrevistar a uno de los máximos referentes del rodeo y de la charrería de la ciudad: Roberto Saucedo. Un joven que a sus 32 años ha conseguido importantes reconocimientos tanto en el deporte nacional por excelencia como en el bull riding.

Saucedo, además de ser uno de los jinetes estelares del Super Bull Anual Internacional 2024, en el que tuvo la dicha de montar a Cat Bird –el todo más importante de México en los últimos 10 años– luego de obtener la mejor calificación de la ronda clasificatoria, está compitiendo en el Nacional Charro 2024 de San Luis Potosí, al ser parte del equipo zacatecano “El Soyate”, uno de los más reconocidos de México, propiedad del cantante Pepe Aguilar.

En un pequeño recorrido por su vasta trayectoria, hablamos de su primer contacto con los toros, su título de campeón del Super Bull Internacional en 2019, sus múltiples campeonatos estatales como charro y como vaquero, así como de los momentos más difíciles que tuvo que enfrentar en algún momento.

Si bien esta charla la publicamos como parte de las conversaciones que semana a semana tenemos en A La Vanguardia, también es cierto que si te interesa el tema western, puedes encontrar algunos perfiles similares en nuestra revista vaquera, Rodeo Capital.

$!El saltillense participó a mediados de octubre en el Festival Rodeo Saltillo como uno de los favoritos en la monta de toros.
¿Cuánto tiempo tiene como jinete de toro?
17 años, gracias a Dios. Poquito tiempo y lo que falta. Comencé a los 13-14 años. Podría decir profesionalmente, pero en la etapa juvenil todavía. Ya después a los 16 brinqué a mayor luego, luego. Me precipité y me monté desde antes.
¿Cómo fue si primer contacto? ¿Cómo dijo ‘voy a empezarle al bull riding’?
Bueno, es que en realidad soy charro. Yo de ahí derivé al rodeo, pero tengo también toda mi vida charreando. Yo estuve en el equipo de Don Macario González en los Charros de Saltillo toda la vida, ahorita gracias a Dios estoy en un nivel más profesional, charreo con ‘El Soyate’ de Zacatecas, que es de Pepe Aguilar. Soy el jinete de Pepe Aguilar y gracias a Dios ahí andamos. Entonces de ahí derivé a lo que es el rodeo.
Yo montaba yeguas en la Charrería, después me fui a un charros contra vaqueros y desde ahí empecé a montarme a los toros.
Si pudiera describir el momento en el que está sobre un toro, ¿cómo sería?
Adrenalina.
Se siente bien padre, pero es inexplicable, la verdad. Porque te cierras en tu mundo, escuchas nada más a tus compañeros que de a diario lo hacen contigo, a los más cercanos son a los que les pones la atención, porque te acostumbras a ellos más que nada.
Entonces, estando arriba del animal te concentras completamente en él y en ti. Y pierdes la noción de lo demás. Muchas veces la gente nos dice “te gritamos, te aplaudimos” pero en realidad que no los escuchas de lo mismo enfocado que estás. Es muy difícil escuchar a la demás gente que no estás acostumbrado a que estén contigo siempre.
¿Cuál es algún valor que haya adoptado del rodeo y de la charrería a su vida cotidiana?
Son muchos, es disciplina, es constancia, dedicación, respeto, esfuerzo, honestidad contigo mismo.
Creo que engloba todos los valores completamente porque si no los tienes, no vas a ser nada, la verdad. S
implemente, para empezar, es la disciplina. Si no tienes disciplina, es como un trabajo echado a perder, porque no vas a venir con la disciplina que tienes que tener. Nunca vas a poder competir como tal, porque si te vale no lo vas a hacer como se debe de hacer, más que nada.
¿Alguna vez intentó otra suerte en la Charrería, además del jineteo de yegua?
Sí, también he coleado, he hecho el paso de la muerte. A la soga no le sé nada. Pero de las jineteadas en la charreada, jineteé yegua, hice el paso, el toro, he coleado, he calado también. Casi la mayoría, nada más lo de soga no.
¿Cuál fue su suerte favorita?
Los toros, sin duda. Ya cuando probé los toros me encantó la verdad. Créame que duré nueve años jineteando yegua y ahorita tengo yo creo ya los mismos nueve años sin jinetearla.
¿No la extraña?
No, no, ahorita ya no. Nombre, hay yeguas muy cabronas, por así decirlo. Perdón por la palabra, pero la verdad que ahorita ya no. Ya le tengo más amor a los toros, ya desde que lo pruebas, es mi vicio. Mi vicio es montar los toros.
¿Cuál es su motor o inspiración más grande para hacer lo que hace?
Principalmente Dios, mis hijas, mi familia y lógicamente, uno mismo. Si uno no cree en uno mismo también hay muchas veces que no vale nada, ¿sabes? Porque hay mucha gente que cree y mucha que no creen.
Pero como dicen “si tú no crees en ti, nadie va a creer en ti”.
Fue campeón del Super Bull Anual Internacional en 2019...
En el 2019 quedé. Pero seguimos participando, gracias a Dios. El año pasado completé mis toros. No entré a la ronda corta, pero nos ha ido bien desde el 2019 en adelante. En el 20 quedé en tercero; el 21 quedé en cuarto; y de ahí para adelante. Así, quedándome y cayéndome pues, pero seguimos activos.
¿Cómo es una preparación previa a una competencia de ese tipo?
La preparación la tenemos de todo el año.
Como estoy muy activo, yo charreo cada ocho días; cada ocho días ando de viaje, cada ocho días voy a charrear, cada ocho días voy a competencias. Entonces, es de prepararse desde el inicio de temporada hasta fin de temporada sin dejarlo de hacer. Porque, por ejemplo, yo monto mañana aquí en el rodeo Super Bull Internacional y el domingo viajo a San Luis. Tengo el Nacional Charro.
Mi preparación es de diario, es levantarme a las 5 de la mañana, hacer ejercicio, alimentarnos bien. Es, como te digo, la disciplina. Es la responsabilidad que uno tiene para poder hacer las cosas bien.
Tengo 32 años y gracias a Dios, solo he tenido dos accidentes fuertes, por así decirlo. Hace nueve años me perforaron un pulmón y hace ocho años me quebraron la nariz. Fueron seguiditos casi, pero, gracias a Dios a mi preparación y a que no tengo vicios, creo que he salido muy pronto de mis lesiones.
¿En algún momento le cruzó por la mente dejar todo esto?
El retiro no lo he pensado ahorita. Y ojalá que no me llegue pronto tampoco, porque me siento en la etapa de que todavía puedo.
No lo pensé ni en el momento en que pasó el accidente, la verdad. Me dieron un tiempo para reponerme, que fueron 8 meses después de mi operación. Te soy sincero, yo en seis meses ya estaba listo, pero por mi voluntad me esperé un año completo porque yo quería seguir haciéndolo, Yo decía “esto es lo mío”.
Y me recuperé, digámoslo, al mil por ciento. Y gracias a Dios seguimos haciendo las cosas de la misma manera, y un poquito mejor porque agarras más experiencia. Entonces, ya te evitas esos golpes porque sabes cómo reaccionar y, pues, te sirve de experiencia.
¿Cuál considera su logro más grande?
Mi mayor logró dentro del rodeo fue el Rodeo Fest del 2019, porque son competidores de alto nivel. Vienen brasileños, norteamericanos, canadienses, costarricenses, los mismos compañeros de aquí mexicanos, saltillenses que son mucho muy buenos. Creo que es uno de los mayores logros.
Cuernos Chuecos también del 2021, quedé campeón.
Hablando de rodeo he quedado campeón estatal y regional. A los nacionales no he podido ir porque se me cruzan con las charreadas, pero todo bien. No estoy exento a poder ir de vuelta.
Y dentro de la charrería creo que el mayor logro es llegar al equipo en el que estoy ahorita, que ya soy triple A. El año pasado quedamos en tercer lugar nacional. Nunca había participado en una final nacional, porque había ido a varios nacionales, pero a la final no. Entonces sí tengo muchos logros que Dios me ha permitido tenerlos,.
Seguimos y buscamos más todavía.
¿Cómo ve a su equipo (El Soyate) para el nacional charro?
Andamos muy fuertes, para serte sincero. Hemos charreado bien. Las últimas dos charreadas nos ha ido un poquito mal en cuestión de que nos faltaron unos puntitos.
Ganamos varios torneos de este año, entonces pienso que el equipo anda muy bien para volver a llegar a la final y primeramente Dios que nos permita ganarla ahora sí.
El año pasado nos quedamos a nada de ser campeones nacionales, pienso que este año podría ser bueno por cómo hemos charreado todo el año.
¿En su familia hay alguien más que se dedique a esto?
Absolutamente nadie. Mi sobrinito, el hijo de mi hermano, es el que viene siguiendo los pasos, pero de ahí en fuera nadie más. Fui el único loco de mi familia.
Fuimos muy deportistas en mi familia. Jugué americano también toda la vida. Terminé de jugar en Auténticos Tigres de Nuevo León, de la Universidad de Nuevo León. Ya de ahí me dediqué 100% a esto.
¿Cómo fue la reacción de su familia?
No pues... ninguna. Lo hacía a escondidas.
Empecé haciéndolo a escondidas. Ya cuando se enteran de que lo hacía, pues con el Jesús en la boca, como dicen. No me dejaban y a cada rato me decían que ya, que ya y que ya.
De hecho cuando pasa el accidente mi mamá me dijo “ya párale, ya viste que no está fácil ya déjale ahí”. Pero pues, como te digo, es mi vida, es mi pasión. Y ya no lo pude dejar. Se me hizo un vicio y ya no hay manera de hacerle, no es gripa para que se quite.
¿Tiene algún ídolo o alguien del rodeo/charrería que lo inspire?
Sí, mi ídolo principal soy yo.
Pero, sí me ayudó mucha gente. Héctor Cardona de aquí de Saltillo, me ayudó mucho tiempo. De hecho, mi primer equipo para montar en el rodeo él me lo regaló. Estoy bien agradecidísimo la verdad porque me apoyó bastante.
Carlos Hernández, también de aquí de Saltillo, ya jinete retirado. Él quedó campeón nacional en el 2008. Y, pues, muchos jinetes... bastantes.
La verdad que te inspiras en muchos, ves la dedicación y esfuerzo que le ponen y quieres seguir los pasos y quieres llegar a donde ellos han llegado.
Y dentro de la charrería, pues Don Macario González. Fue el primero que me abrió las puertas. Yo de cariño le digo “mi abuelito”, pero ese viejón me abrió las puertas toda la vida en Charros de Saltillo. Es mi inspiración de la charrería porque fue campeón nacional de charro completo y de charro por equipos.
Un viejón de mucho respeto. Para admirarse como persona y como charro, ahí está Don Macario.
¿Algún mensaje que quiera enviarle a los jóvenes que andan entrándole al mundo del rodeo?
Sí, pues simplemente es que si les gusta que le echen muchas ganas y que se dediquen al 100%.
Y que todo se puede, o sea, digo... estudiar, trabajar, montar. A lo que se quieran dedicar. Simplemente es la base del éxito echarle ganas y la dedicación.
Si ya agarraron este deporte y si lo piensan agarrar para toda la vida como yo, es que le echen ganas y que no se rajen, porque a pesar de que sea un deporte extremo, si hay mucho peligro. Pero llegas a ese punto en el que tu consciencia ya se basa en que lo hagas perfectamente y te liberes de los golpes o evites esas fracturas, lesiones. Simplemente el entrenamiento es lo que te ayuda.

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