Una historia que resucita

Especial
/ 2 octubre 2015

Ayer se estrenó en México la película "La Cristiada".El relato de un hecho histórico (1926-1929) la "Guerra de los Cristeros" sepultado impunemente por el silencio de los historiadores `oficiales' y por un sistema político que se vio amenazado por esa verdad histórica.

Es la historia por la Libertad Religiosa en México y LA LIGA DEFENSORA DE LA LIBERTAD RELIGIOSA. Organización que no dependía de ningún partido ni de la propia Iglesia Católica  y cuyo fin era: "detener al enemigo, reconquistar la libertad religiosa y las demás libertades que dimanan de ella. las justas revindicaciones a las que tienen derecho los mexicanos para poder vivir como católicos y que nadie en una república democrática puede poner en tela de juicio".

`La Liga' luchó con medios no-violentos, como un boicot que incluía la abstención del pago de impuestos y minimizar el consumo de productos del estado (consumo de gasolina, participar en la lotería, etc.). Sus líderes Anacleto Gonzalez Flores (el Ghandi mexicano), René Capistrán Garza y otros fueron perseguidos y el primero de ellos fue martirizado y hoy es beato.

La cerrazón de Plutarco E. Calles y sus leyes anticlericales iniciaron la persecución de la Iglesia Católica y forzó a una resistencia armada para defender las libertades democráticas. Nadie imaginó que esa resistencia se convirtiera en una epopeya invicta en la que durante tres años dieron su vida miles de campesinos católicos para defender su Fe y su Libertad con su vida y con las armas. Su heroico testimonio fue silenciado mediante unos acuerdos criminales entre Calles y unos ingenuos obispos mexicanos que convinieron en una "paz de sepulcro" y un "no se hable más de eso".

"Cuando en Junio de 1929 la Iglesia y el Estado hicieron la paz -afirma Jean Meyer en "La Cristiada"- los únicos vencidos fueron los campesinos. Para  la Iglesia la colaboración con el Estado era un mal menor, para el Estado la colaboración con la Iglesia era un mal irremediable.Después el Estado armado, blindado, burocratizado por todos los aparatos (incluso el de la Iglesia) y por una fuerte capa social privilegiada, asentó su omnipotencia".

"Cuando el pueblo ha comenzado a derramar su sangre por el Reino (de Cristo) se inicia una gran aventura mística que engendra esta multitud anónima de santos rústicos.son campesinos que van tranquilamente a la muerte y se despiden de los suyos con un `Adios. ya no nos veremos en este mundo'.de pobres diablos, pasan a ser mártires que afirman `¡ Que fácil está el cielo ahorita ¡' y descubren su dignidad eminente, la de los pobres que caminan al cielo .".

"La Cristiada" es una película que honra nuestro pasado y nos compromete con la verdad y la libertad... un compromiso cuya ausencia ha generado nuestra desgracia social, nuestro deterioro cultural y nuestra vergüenza al comparar nuestros valores e ideales actuales con los de esos mexicanos que comprometieron su vida sin ambigüedades, excusas y medias tintas... Hay que verla para volver a ser lo que fuimos y lo que podemos ser.


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