Testimonios de la barbarie
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El miércoles pasado iba circulando por Periférico Echeverría, pasando V. Carranza vi un anuncio de los llamados espectaculares.
Ahí pude leer: "Botero, 80 años. Testimonios de la Barbarie. Museo Arocena, Torreón, Coahuila".
El anuncio estaba pintado con graffiti en la parte de abajo; a un lado del letrero aparece una mujer obesa, de las que pinta Botero; no supe si los "testimonios de la barbarie", que menciona el anuncio se refieren al graffiti ahí plasmado o a la imagen de Botero que nos recuerda que Coahuila es el tercer lugar en obesidad. Qué gran consuelo, ya no somos el primer lugar.
La barbarie de del graffiti no respeta nada. En días pasados VANGUARDIA presentó las imágenes de petroglifos con valor histórico, adornados con pintura de vándalos; algunos fueron llevados en el pasado al Museo del Desierto. Por cierto, cuentan que un grupo de médicos se reunió en Saltillo para un Congreso; visitaron el Museo del Desierto y un muchachito les daba la explicación en el recorrido.
"Este dinosaurio tiene 25 millones de años con 3 meses y 10 días". Uno de los médicos le preguntó al muchachito: -'Oiga joven, ¿y cómo sabe con tanta exactitud la edad de ese dinosaurio?' -Ah, respondió el joven, `porque cuando yo entré a trabajar aquí me dijeron que ese dinosaurio tenía 25 millones de años, y hoy cumplo tres meses y 10 días trabajando aquí'. El muchacho se ganó las propinas de los doctores.
En General Cepeda se encontró una cola de dinosaurio" el nombre científico es Lambeosaurio. Nota: No confundir con político lambiscón de la vieja guardia. Urge que trasladen esos restos a otro lugar antes de que venga un "artista" del graffiti y lo "decore" como a los petroglifos.
Decíamos que el graffiti sigue sin respetar ningún lugar. Señales de alto, macetas, fachadas de casas, equipamiento urbano, y hasta en las alturas casi inaccesibles de anuncios.
El graffiti afea la ciudad, da una imagen de descuido, de vandalismo e inseguridad.
Las multas que aplique el Municipio o el Gobierno Federal les tienen sin cuidado a quienes hacen esas pintas. Quizás ni conocen las penas: Dañar patrimonio histórico, puede acarrear de uno a 10 años de cárcel, además de una multa de 100 mil a un millón de pesos.
"La solución más viable radica en la concientización". Coincido con el delegado del INAH en que la concientización es la mejor alternativa. No se puede estar vigilando todo el tiempo todos los lugares.
El abstenerse de pintar el patrimonio histórico, la propiedad privada o bienes públicos debe nacer de una motivación interna, de un convencimiento del daño que se hace y de que está mal hecho.
El problema es: ¿Cómo lograr que quienes actúen de esa forma se concienticen? Esto nos lleva a terrenos de la moral, terrenos que a pocos les gusta pisar.
La falta de orden equivale a hacer el mal, lo que para unos está bien, para otros está mal. Para quitar esa confusión, existe una ley superior, un consenso dela humanidad, en lo que todos están de acuerdo.
Es la ley que está escrita en el corazón de cada uno desde que nace, es la Ley Natural la que unos llaman conciencia, la que nos remuerde cuando actuamos mal.
Concientizar entonces sería educar en formar el criterio para juzgar y diferenciar entre el bien y el mal. El mal aparece cuando se busca un bien particular a costa de un bien superior o del bien común, el código de conducta correcto. Por ejemplo, buscar expresar mis dotes de artista en espacios públicos o históricos.
Fuimos creados libres, Dios no hizo robots y en esa libertad elegimos esforzarnos y conquistar la bondad, o actuar mal causando sufrimiento, incluso de ese sufrimiento Dios saca cosas buenas.
Quien no ha sufrido no puede ser empático y comprensivo con los demás. El sufrimiento forja a los verdaderos hombres y mujeres.
jesus50@hotmail.com