El rey Chilo se disfraza de mendigo

Especial
/ 2 octubre 2015

    Cuando los socialistas ganaron por primera vez las elecciones en Suecia, llegaron a un acuerdo con las demás fuerzas políticas para no implementar el modelo republicano; todos coincidieron en que un rey resultaba más barato que mantener al presidente de una república.

    Y vaya que lo anterior es una realidad si comparamos lo que cuestan las monarquías de Suecia, Noruega o Dinamarca con lo que han costado la mayoría de los presidentes, dictadores y sátrapas de las repúblicas latinoamericanas.

    Basta citar que la fortuna de uno de los hijos del dictador paraguayo Alfredo Strossner, Gustavo, fue calculada en mil 600 millones de dólares. La riqueza del nicaragüense Anastasio Somoza Debayle, hijo de otro sátrapa, 6 mil millones de dólares. Y por esas cifras está la riqueza de los hijastros de Fox.

    Cierto es que las repúblicas bananeras, los gorilatos y democracias como la nuestra han generado más reyes millonarios que las monarquías parlamentarias europeas. Nuestra democracia es la más cara del mundo y, sin embargo, no ha transitado a una verdadera democracia.

    En España, el dictador Francisco Franco duró 40 años en el poder y antes de morir nombró a un rey que en muy poco tiempo avaló los partidos políticos, el parlamento, una nueva constitución, las elecciones libres y una transición democrática. Todo ello sin el costo en vidas, recursos económicos, aparato burocrático y el concurso de onerosos presidentes.

    Rey de opereta, le llamaban los republicanos en el exilio a Juan Carlos de Borbón, pero un rey que de inmediato les abrió las puertas de España para que regresaran tras 40 años en el destierro, incluido al Partido Comunista, mismo que estuvo proscrito por muchos años más en las repúblicas democráticas latinoamericanas.

    Y que conste que no se trata de una aspiración monárquica o la añoranza de un imperio mexicano. No se puede añorar lo que de facto tenemos; reyezuelos en diferentes niveles y ámbitos que ejercen el poder de manera despótica y corrupta, a pesar de que en México ya no existe la presidencia imperial, razón del surgimiento de virreyes estatales y feudos municipales.

    Ahí tiene usted el caso de ese señoritingo feudal que tiene nombre de calle y que ya se comporta como el reyezuelo de Saltillo. Ya lo dijo Platón hace más de 24 siglos, que la oligarquía es la derivación corrupta de la aristocracia y don Isidro López Villarreal es el mejor ejemplo que tenemos a la mano; viaja como rey, es déspota con los ediles opositores cual monarca intolerante, de igual forma, como todo rey es nepotista, dinástico y con un cadiee palafrenero, asimismo, como el rey Hassan, también se disfraza de mendigo.

    Y está bien que el rey Chilo se disfrace de mendigo para viajar como lo hacen sus súbditos en las combis de la muerte. Pero ruegue al cielo que no vaya a suceder lo que nos pasó con el primo Jorgito, que se pasó de méndigo y se encumbró al nivel de un rey millonario en dólares, por supuesto, con cargo a los súbditos de siempre.




    TEMAS

    COMENTARIOS