Por eso tienes pocos amigos

Especial
/ 27 marzo 2015

    Cuentan que se quejaba un día Santa Teresa de lo mal que la trataba Dios con enfermedades, problemas, arideces, por lo que Jesús le dice: Teresa, así trato yo a mis amigos. Teresa le respondió: Ah, Señor, por eso tienes tan pocos.

    Hoy recordamos el 500 aniversario del natalicio de Santa Teresa de Jesús. Erudita, reformadora y escritora. Teresa de Jesús fue una mujer intrépida, de voluntad firme y buen humor, que analizó en sus escritos de forma crítica el papel dominante de los hombres en su época.

    Teresa encontró su camino en una época difícil para las mujeres, luchó por conseguir libertad como mujer y por su derecho a escribir lo que pensaba y sentía.

    Esa lucha por la libertad de expresión sigue vigente, México es uno de los países en donde es más riesgoso ejercer el periodismo, actividad peligrosa sobre todo para los de la página Policiaca y los corresponsales de guerra.

    Estamos catalogados entre los países en que menos se puede ejercer la libertad de prensa; el terreno que se había avanzado, cuando se podía criticar al Presidente, se está perdiendo, aunque, en esta época en México no te matan por decir que eres cristiano, o por vivir los valores cristianos, pareciera que existe un exceso de prudencia.

    Una regla no escrita, una dizque tolerancia mal entendida de no decir lo que se cree, un temor al qué dirán, a que no se vaya a ofender el que piensa diferente o cree en algo diferente.

    En realidad el intolerante es el que no permite que digamos nada de nuestras convicciones, si éstas difieren de las de él. Si bien no se trata de imponer nuestras creencias e incomodar a los demás, tampoco se trata de avergonzarse de lo que uno cree y quedarse callado cuando la situación amerite una justa intervención.

    Pero hacer eso es poco popular y, como decía Teresa: Por eso tienes pocos amigos.

    Los medios de comunicación y los que en ellos colaboramos tenemos una responsabilidad social: divulgar la verdad, los hechos tal como se presentan.

    Recordar en todo momento que el periodista no es el eje de nada, sino el eco de todo. Sin caer en especulaciones ni afirmaciones temerarias. Mantener informados a los lectores, formar un criterio.

    Así mismo, lo medios cumplen una función critica, un freno ante los abusos del poder, mediante la influencia que se ejerce al formar la opinión pública.

    Es preciso señalar lo que esté bien y criticar lo que está mal. Un funcionario público que realiza acciones indebidas, que afectan la buena administración y manejo del patrimonio de la comunidad, está sujeto al escrutinio público, en cambio su vida personal, la intimidad de su hogar, entra en al ámbito de lo privado mientras no afecte su buen desempeño como funcionario.

    Hay límites a esta libertad de expresión, la misma Constitución los otorga en sus garantías individuales.

    La intimidad de las personas, el derecho a un buen nombre y a una reputación, deben ser respetados y protegidos. La difamación constituye un daño difícil de reparar. El honor es más difícil de dañar, porque el honor es el concepto que cada uno tiene ante sí mismo.

    El honor depende solo de lo que cada quien haga o diga, no depende de lo que digan los demás, aunque hay límites a la libertad de expresión resulta difícil regularla. Precisamente la libertad a expresarse de cada individuo es lo que lo hace difícil de normar.

    No se puede cambiar la conducta por decreto, más fácil es formar la conducta de las personas y enseñar a expresarse con respeto y veracidad. Tengamos el coraje de expresar y vivir nuestras convicciones sin imponerlas a los demás.

    Nadie nos conocerá por nuestros pensamientos ocultos; expresar las ideas y los pensamientos es un privilegio y al mismo tiempo una grave responsabilidad. Para ello se requiere de una dosis de prudencia, pero también de valentía.

    Un valiente sin prudencia es un temerario; la labor periodística es un pilar de la libertad de expresión. Celebremos la libertad de expresión y cuidémosla.

    jesus50@hotmail.com

    Columna: Ecos de la ciudad

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