Asegura Cónsul que la muerte de mexicanos por uso excesivo de fuerza, no es daño colateral
El diplomático destacó el caso de José Alfredo Castro Gutiérrez, cuya familia, después de poco más de tres años de litigio, consiguió que la ciudad de San Diego aceptara que hubo uso excesivo de la fuerza
La muerte de mexicanos por uso excesivo de la fuerza policial no debe ser vista como un daño colateral de la aplicación de la ley, ni el estatus migratorio debe ser factor para que sean víctimas de estos abusos, advirtió Carlos González Gutiérrez, Cónsul General de México en San Diego, California.
En entrevista, el diplomático destacó el caso de José Alfredo Castro Gutiérrez, cuya familia, después de poco más de tres años de litigio, consiguió que la ciudad de San Diego aceptara que hubo uso excesivo de la fuerza y acordara darle 800 mil dólares por concepto de reparación por su muerte.
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Castro Gutiérrez fue asesinado el 19 de octubre de 2020 por policías de San Diego, quienes le dispararon con un arma de fuego, le dieron una descarga eléctrica y lo impactaron con una bala de goma cuando sufría un ataque de esquizofrenia.
En ese mismo mes y año, recordó González Gutiérrez, se dio el caso de David Villalobos Valdovinos, quien fue asesinado por un agente de la Patrulla Fronteriza cuando intentaba cruzar hacia los Estados Unidos.
”El estatus migratorio no tiene absolutamente nada que ver con estos derechos (de los migrantes) y nadie puede considerar como un simple daño colateral de la política de control fronterizo, en el caso de Villalobos, que falleció a manos de la Patria Fronteriza, o como un simple daño colateral de la aplicación de la ley por parte de la Policía de San Diego”, indicó.
González Gutiérrez dijo que el caso de Castro Gutiérrez es importante porque sienta un precedente y lanza un mensaje, tanto a las autoridades como a la comunidad mexicana, de que los derechos de los connacionales deben ser respetados y, en caso de no serlo, se buscará que no haya impunidad.
Un ataque de esquizofrenia
El 19 de octubre de 2020, José Alfredo Castro Gutiérrez sufrió un ataque de esquizofrenia y pedía ayuda porque pensaba que alguien iba a ir a matarlo.
Su casera, María Castaneda, intentó tranquilizarlo, pero no lo consiguió.
La casera llamó al 911 y al menos siete policías del Departamento de Policía de San Diego llegaron al inmueble.
Por las conversaciones que tuvieron antes de intervenir, que quedaron registradas en las cámaras que llevaban en sus chalecos, ellos sabían que no se había cometido ningún delito, que el problema era médico, que nadie estaba en riesgo y que Castro Gutiérrez sólo tenía una barra de cortina en sus manos.
Los oficiales idearon un plan de intervención, sin embargo, en cuanto vieron que Castro Gutiérrez salió corriendo hacia ellos, le dispararon con un arma de fuego, le dieron una descarga eléctrica y lo impactaron con una bala de goma, ocasionándole la muerte.