Niños infectados en guarderías llevan el COVID a casa, alerta el CDC
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Hay datos que indican que los niños pequeños no diseminan el virus muy a menudo, aunque se piensa que los niños mayores lo transmiten tan fácilmente como los adultos
Los niños que se contagian de coronavirus en las guarderías y campamentos se lo transmiten a sus familiares, de acuerdo con un nuevo reporte que resalta que los menores pueden llevar el virus a sus casas e infectar a otros.
Los científicos ya saben que los niños pueden propagar el virus. Pero el estudio publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) “indica definitivamente — en una forma que estudios previos no han conseguido — el potencial de transmisión a familiares”, dijo William Hanage, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Harvard.
Las conclusiones no significan que deben cerrarse las escuelas y guarderías, pero confirman que el virus puede diseminarse en esos lugares y ser llevado a casa por los niños. Así que son necesarias las mascarillas, la desinfección y la sana distancia. Y las personas que trabajan en esos sitios deben ser cuidadosas y someterse a pruebas si piensan que pudieran estar infectadas, señalan expertos.
Estudios previos en Estados Unidos, China y Europa han concluido que los niños tienen menos riesgo de infección y menos riesgo de enfermarse gravemente si se contagian.
Hay datos que indican que los niños pequeños no diseminan el virus muy a menudo, aunque se piensa que los niños mayores lo transmiten tan fácilmente como los adultos.
En el nuevo estudio, científicos de Utah y de los CDC se centraron en tres brotes en guarderías de Salt Lake City entre abril y julio. Dos fueron en programas para infantes y el otro para niños mayores. La edad promedio de los chicos en los tres programas era de unos 7 años.
En dos de las instalaciones, los investigadores establecieron que un trabajador adulto infectado introdujo el virus sin saberlo.
El estudio concluyó que 12 niños contrajeron el virus en las instalaciones y lo transmitieron a por lo menos 12 de los 46 padres o hermanos con quienes estuvieron en contacto en casa. Tres de los niños infectados no tenían síntomas y uno de ellos lo transmitió a un padre que más adelante fue hospitalizado con COVID-19, dijeron los autores el estudio.
Ese tipo de tasa de transmisión —de alrededor de 25%— está a la par con los estudios sobre la propagación en los hogares que han abarcado tanto a niños como a adultos. También muestra que los niños sin síntomas o con síntomas muy leves pueden transmitir la infección igual que los adultos.
Hanage advirtió que no está claro si los hallazgos en los tres programas son generalizables. Además, el estudio no incluyó análisis genético de contagios individuales que podrían haber brindado un panorama más claro de cómo se propagó la enfermedad.
Sin embargo, muchos niños infectados experimentan molestias leves, y la realización de pruebas a chicos ha sido muy limitada, así que es probable que más del 25% de los contactos externos estuvieran infectados, agregó.
La epidemia podría empeorar y complicarse más este otoño boreal, dijo el doctor David Kimberlin, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Alabama, campus Birmingham.
“Esto debería ser otra llamada de atención a todos nosotros de que necesitamos ser diligentes y hacer todo de nuestra parte”, afirmó Kimberlin.