Pemex, vulnerable ante el terrorismo
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México, DF.- Pemex y sus organismos subsidiarios muestran huecos en los sistemas de seguridad física de sus instalaciones.
Aunque el Ejército y la Armada intensifiquen la vigilancia sobre las instalaciones estratégicas de la paraestatal para evitar actos terroristas o sabotajes, en las entrañas de todo su sistema hay vulnerabilidad y no existen garantías de seguridad.
Información oficial de Pemex muestra que los principales problemas son el escaso control de acceso a las instalaciones en general, especialmente fuera de las ciudades; equipos de informática obsoletos que no permiten monitorear adecuadamente las instalaciones ni las operaciones de la empresa; además de que el "Plan Rector de Seguridad Física" no cumple ninguna de las cuatro filiales.
Esta situación, según la propia paraestatal "dificulta minimizar el impacto en el negocio de cualquier amenaza interna o externa, proteger información estratégica y activos, así como lograr la continuidad del negocio", tal y como ocurrió con las recientes explosiones en seis puntos diferentes de ductos de Veracruz y Tlaxcala.
Por ello, la seguridad de instalaciones estratégicas como 364 campos de producción, 6 mil 80 pozos, 199 plataformas, 6 refinerías, 12 centros procesadores de gas, 8 centros petroquímicos, 77 terminales de almacenamiento de refinados y 20 de gas LP, estaría en entredicho.
Hacienda ignora peticiones
Esta problemática no habría trascendido de no haber sido por las explosiones de julio de este año en ductos de Guanajuato y Querétaro, que obligó a las filiales Pemex Exploración y Producción (PEP), Pemex Refinación (PR), Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) y Pemex Petroquímica (PPQ) a solicitar ese mismo mes recursos presupuestales para fortalecer sus sistemas de seguridad. Pero todas las solicitudes fueron registradas, pero no atendidas por la Secretaría de Hacienda, que las clasificó como "sin asignación presupuestal" para 2008.
Por ejemplo, PEP, filial encargada de la búsqueda de hidrocarburos en mar y tierra, solicitó mil 372 millones de pesos para "desarrollo de proyectos de investigación y aplicación de nuevas tecnologías para resolver la problemática específica que plantean los procesos de explotación de hidrocarburos y contar con equipos de cómputo para planes contingentes".
El organismo advierte sobre la necesidad de resolver el problema de la obsolescencia del equipo de cómputo que opera desde hace 33 años, y que desde hace 18 años "han estado solicitando una mayor atención a sus necesidades informáticas, porque dentro de los activos más valiosos para cualquier empresa, está el de proteger su información".
También solicito recursos para garantizar que la producción de hidrocarburos se transporte, distribuya y comercialice sin interrupción y "que la administración de la integridad de su infraestructura asegure la continuidad operativa", lo cual tendrá que esperar porque no le fueron autorizados recursos para ello ni este ni el próximo año. Pemex Refinación
En el caso de PR, el diagnóstico señala que actualmente la base instalada de computadoras personales en todas las áreas de la filial se compone de 13 mil 512 equipos, de los que 6 mil 48 cumplirán en 2007 cinco o más años de antigüedad, considerándose como tecnología obsoleta con un rango de operaciones limitado, "lo que incrementa el riesgo de seguridad y de fallos en los sistemas computacionales y aumenta la posibilidad de perder información y de no poder monitorear adecuadamente la seguridad y operación de las seis refinerías.
Analistas de Gartner Research, en su reporte "Benchmarking PC Hardware Reliability", advierten que el equipo de cómputo adquirido antes de 2004 presenta un índice anual de fallas de 7% en el primer año, incrementándose anualmente y llegando a un índice anual de fallas de 15% en el cuarto año, que continúa con esa tendencia durante su vida útil. Lo anterior implica que un equipo con más de cuatro años de antigüedad presenta un índice acumulado de fallas de al menos 53.3%.
En la petroquímica las cosas no son diferentes: en las auditorías realizadas a PGPB por la Auditoría de Seguridad Industrial y Protección Ambiental (ASIPA), que incluye visitas del Reaseguro Internacional, programas de inspección, mantenimiento y pruebas a los sistemas de procesamiento y servicios auxiliares existentes, se detectó el incumplimiento de los requerimientos técnicos normativos vigentes, sobre todo por obsolescencia tecnológica, por lo que "aún no se ha podido garantizar la confiabilidad de centros procesadores, tanto en términos operativos como de seguridad". La Cangrejera
Por ejemplo, en la planta petroquímica La Cangrejera, una de las más grandes del sistema, se ha detectado que "el control de acceso y asistencia del personal del complejo se efectúa mediante un sistema de tarjetas que son marcadas manualmente en relojes checadores a la entrada y salida, sistema que actualmente se considera obsoleto, inseguro y de poca credibilidad". Además, los equipos de seguridad y de proceso con los que actualmente se cuenta, resultan obsoletos, ya que presentan problemas por su uso cotidiano y como consecuencia los resultados obtenidos son poco confiables.
Es decir, a pesar de existir un "Plan rector de seguridad física de Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios", cuyo objetivo es salvaguardar la integridad física del personal, instalaciones, bienes y valores de Petróleos Mexicanos; protegerlos de actos de terrorismo, sabotaje, riesgos, daños o robos causados por acciones, intenciones o fenómenos naturales; y, garantizar el desarrollo normal de las actividades administrativas y operativas, hay vulnerabilidades que no logran superarse.