Discriminación institucional: 'los negros no son mexicanos'

Nacional
/ 12 octubre 2020

Paula Cruz Guzmán sufrió la discriminación institucional, pues dudaron que fuera mexicana por su color

 El 17 de mayo del 2018, Paula llegó puntual a las oficinas de la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en la ciudad de Oaxaca, estado sureño de México. Era la segunda vez en su vida que iba por su pasaporte.

Presentó a la encargada del trámite de renovación su acta de nacimiento, que aunque extemporal era original, y también mostró su credencial del Instituto Nacional Electoral (INE), pero los documentos no bastaron. La funcionaria la miró de pies a cabeza y le cuestionó su nacionalidad mexicana. Le dijo que su color de piel, su vestimenta y sus facciones, decían lo contrario. Como Paula es negra, había “suficientes”para que la institución dudara si era mexicana.

Paula se indignó. Argumentó que en la región Costa de Oaxaca existen los pueblos afro con sus habitantes de piel negra, y quienes son mexicanos como cualquier otro, pero la funcionaria no escuchó. Le pidió fotografías de su niñez para comprobar que realmente era de Corralero, agencia de Pinotepa Nacional, comunidad habitada al 100% por pobladores afrodescendientes.

Paula Cruz Guzmán tiene 57 años y es considerada una de las líderes del movimiento de mujeres afrodescendientes en la costa negra de Oaxaca. Su nombre es conocido porque luchó por el reconocimiento institucional y la inclusión.

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Esta ejidataria es respetada en su comunidad y fue la primera mujer que tuvo un cargo de tesorera en un pueblo negro, así que es la primera mujer negra en hacer historia. Pero todo eso tampoco contó ese día para el gobierno mexicano.

Paula tenía que asistir al Décimo Cuarto Encuentro de Pastoral Afro en Colombia, para exponer su experiencia en la lucha por el reconocimiento constitucional en México, así que insistió por la renovación de su pasaporte directamente en la Secretaría de Relaciones Exteriores en la capital del país, pero ahí tampoco tuvo suerte, volvieron a dudar de su origen.

Allí le pidieron realizar todo un proceso de identificación de huellas digitales y viajar varias veces a la Ciudad de México, pero su situación económica precaria no le permitía darse ese lujo, así que terminó por desistir y no salir del país.

“Fue desgastante pelear para que me dieran el pasaporte. Fue indignante que dudaran de mí aun cuando presenté los documentos expedidos por una instancia federal. Creo que no soy la única a la que han discriminado en su propio país y en su propio estado. Entendí que ser negra es no existir, es no ser mexicana. Aun así, con ese tipo de discriminación institucional sigo peleando por mis derechos” dice a EL UNIVERSAL la integrante del Movimiento Afromexicano.

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