El precio de El Quijote hace 400 años

Opinión
/ 2 octubre 2015

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En su aparición inicial, la diferencia de precio entre la primera y la segunda parte de El Quijote fue de apenas un maravedí y medio

Cuando en 1605 apareció por primera vez para su venta al público la I Parte de Don Quijote de la Mancha, su precio sin encuadernar o en rama, como entonces se vendían los libros, fue de 290 maravedís y medio. Diez años después, en 1615, la II Parte tuvo como precio 292 maravedís.

Como se observará, la diferencia en valor monetario entre la I y la II Parte de la genial obra cervantina fue de apenas un maravedí y medio. Es decir, escasamente un medio por ciento. Prácticamente nada y menos aún si se considera que entre uno y otro tomo transcurrió una década. Ahora el asunto está en saber qué exactamente era un maravedí o qué y cuánto se podía comprar con él.

Para entendernos, ha de decirse de entrada que en la época de Cervantes había en España monedas de oro, de plata y de vellón o cobre. Las tres se cuantificaban en maravedís y tenían sus respectivas equivalencias. La de oro, llamada indistintamente ducado o escudo (o también duro, el famoso peso) equivalía a 272 maravedís. La de plata, denominada real, era igual a 34 maravedís.

Si se multiplica 34 por 8, el resultado es 272. De donde se desprende que un real –como vimos la moneda de plata- equivalía a la octava parte de un escudo, ducado o duro. En otras palabras un escudo, ducado o duro era igual a ocho reales.

Hace cuatro siglos, en 1615, cuando vio la luz la primera edición de la II Parte de El Quijote, su precio de 292 maravedís era el equivalente a poco más de un escudo o ducado. Exactamente un escudo y 20 maravedís. O bien ocho reales y 20 maravedís.

Pues bien, según referencias históricas que se tienen, como la que cita Andrés Trapiello, uno de los biógrafos modernos de Cervantes, hacia 1580, es decir, un cuarto de siglo antes de la publicación de la I Parte de El Quijote y 35 años antes de la aparición de la II, una señora y su sirvienta necesitaban para vivir en Madrid, Sevilla o Valladolid unos 150 maravedís diarios. En otras palabras, este par de damas habría necesitado destinar un día y medio de su gasto para vivir, a fin de poder comprar, en rama, la I Parte de El Quijote.

La próxima semana continuaremos con este tema. Con ejercicios comparativos, muy interesantes, más cercanos ya a los años en los que ambas partes de El Quijote fueron publicadas.

jagarciav@yahoo.com.mx




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