La paga por El Quijote

Opinión
/ 30 marzo 2016

De haberse publicado en los días que corren el libro Don Quijote de la Mancha y no hace cuatro siglos, sin duda alguna su autor no sólo habría obtenido gran fama sino también una cuantiosa fortuna, como para vivir sin problema económico alguno el resto de sus días y los de varias generaciones de su descendencia, que por cierto no pasó de la segunda generación.

En el caso de Cervantes, éste no salió de pobre.

¿Cuánto recibió en vida el autor de El Quijote como compensación por haberlo escrito? No lo sabemos con precisión. Probablemente menos de lo que él había previsto, según apreciación de algunos cervantistas, quienes opinan que Cervantes creyó que en lo económico le iba a ir muy bien con este libro, de cuyo éxito literario, sin embargo, no alcanzó a estar plenamente consciente antes de su publicación.

Aunque no conocemos con exactitud lo que Cervantes recibió como pago por su obra máxima, se puede tener una idea aproximada a partir de datos ciertos relativos a otras de sus obras. Así, se sabe que por La Galatea, publicada 20 años antes que El Quijote, en 1585, por el librero Blas de Robles, nativo también de Alcalá de Henares como él, recibió de éste 120 escudos o ducados, equivalentes a 960 reales.

Ya vimos en otro artículo que un escudo equivalía a ocho reales y que más o menos por los años de publicación de La Galatea el salario de un peón era de dos reales por día. Por lo tanto, 960 reales eran la paga de 480 días de trabajo, es decir, de 16 meses. Algunos estudiosos del tema suponen que escribir La Galatea le llevó a Cervantes buena parte de los años 1582 y 1583; o sea, que durante ese tiempo ganó lo que un peón, o tal vez menos.

Mal negocio pues. En especial si se considera que cuando Cervantes ocupó el cargo burocrático de Comisario de Abastos entre 1587 y 1592, actividad a la que dedicó cinco años de su vida, de los 40 a los 45 de edad, tuvo asignado un viático de 12 reales diarios. Es decir, seis tantos lo que ganaba un peón.

También se conoce que por sus Novelas Ejemplares, publicadas en 1613, dos años antes de la II Parte de El Quijote, recibió 200 escudos (equivalentes como sabemos a 1,600 reales). A partir de este dato cierto, se presume que por cada una de las dos partes de El Quijote Cervantes no pudo haber recibido una cantidad menor a los 200 escudos que le fueron pagados por las Novelas Ejemplares. Cantidad ésta que no era enteca y acecinada, aunque tampoco lo bastante rutilante para salir de pobre, afirma Andrés Trapiello, uno de sus biógrafos modernos.

Como dato significativo vale la pena señalar que en la Aprobación de la II Parte de El Quijote, que suele venir en las ediciones del libro y aparece firmada por el licenciado Francisco Márquez Torres el 27 de febrero de 1615, éste certifica que el día anterior muchos caballeros franceses que vinieron acompañando al embajador de su país a tratar cosas tocantes a los casamientos de sus príncipes y los de España, apenas oyeron el nombre de Miguel de Cervantes, cuyo libro precisamente estaba censurando el licenciado, preguntaron por él, pues conocían bien sus obras y su fama, por lo que se vio obligado a darles noticia de que era viejo, soldado hidalgo y pobre, a (lo) que uno respondió estas formales palabras:

Pues ¿a tal hombre no le tiene España muy rico y sustentado del erario público? Acudió otro de aquellos caballeros con este pensamiento, y con mucha agudeza dijo: Si necesidad le ha de obligar a escribir, plega a Dios que nunca tenga abundancia, para que con sus obras, siendo él pobre, haga rico a todo el mundo (6)

jagarciav@yahoo.com.mx




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