Block de Notas (24): ¿se debe visitar todos los días el retrete?
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Caray, qué rápido pasa el tiempo real. Ja, es una burla, en contraposición con eso de hoy, el mundo virtual. Nada más eso, el absurdo del “mundo virtual”. En fin. Renuevo mi discurso: qué rápido pasa el tiempo. Hoy es la entrega de este “Block de Notas” con el consecutivo 24. Y la verdad, me sorprende. Es decir, siempre llevo notas de lo que me interesa, sean buenas o malas, sean útiles o inútiles... vaya, del tema que sea. Así de sencillo. Pero hoy me sorprendo que este texto sea el numerado 24. En fin.
Y este Block de Notas lo inauguré con un tema escatológico, el cual hoy, ya tiene muchos adeptos y lectores como usted que me preguntan harto al respecto: cagar y orinar, gran placer. No siempre. Un lector de la Ciudad de México, académico él de la UNAM, me manda el siguiente email el cual reproduzco íntegro: “Maestro Cedillo, gran tema en el cual pocos o nadie se interesa. Pero es la historia de la humanidad. Hay un museo del inodoro, del retrete, está en Nueva Delhi, India. En inglés se llama, ‘Sulabh International Museum of Toilets’. En resumen, es la historia del retrete en los últimos 4 mil 500 años, y cagar y orinar van con la historia de la humanidad. Gran tema maestro...”.
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La trama es grande, histórica, bíblica; y es crucial y definitiva en la salud. Vamos pues, si usted no caga ni orina, se va a morir. Así de sencillo. Ahora bien, como ya le hemos visto, el llamado “trono”, el inodoro, el retrete, provoca grandes pensamientos. O libros completos. Como el de Henry Miller: “Leer en el retrete”. (Navona Editorial. Barcelona, España). Sí, don Henry Miller leía más en el “Toilet” (ensayo publicado originalmente en 1952) que en las bibliotecas...
¿Cuánto es el tiempo digamos “normal”, que deben pasar de días para ir o no ir al retrete?, ¿no deberíamos de ir diario? Es decir, si usted diario come, pues hay que ir diario al baño. A cagar. Para desgracia de los humanos y debido a la pésima alimentación de hoy, lo anterior es casi imposible. Y lo anterior, ir al baño, lo emparento con mi hermano, el mecánico unido a la eternidad desde hace años, Alberto Cedillo. El cual iba al baño, sí, pero los minutos se convertían en horas... leyendo.
Allí, en ese peculiar lugar que los mexicanos llamamos “El trono”, mi hermano leyó casi toda la obra de Juan García Ponce, hoy injustamente olvidado. Nunca leyó poesía. No le gustaba. Pero si le gustaban y mucho, los cuentos. La narrativa. Y escogió de mi biblioteca al gran García Ponce y lo hizo suyo. Y eso de que mi hermano leyese en el retrete, para muchos mexicanos no es novedad. Y de hecho, forma parte de su cultura. Por eso hoy estoy recapitulando cuando inicié esta saga de textos e iniciamos con el ensayo arriba citado de Henry Miller, más conocido por sus textos de erotismo, como “Trópico de cáncer”, por ejemplo.
Ahora bien, hay tantas referencias que tengo en mis cuadernos de esto: el inodoro, el retrete, la inmundicia, las moscas, los gusanos, la cagada, la mierda, el orín, la nada... que sin duda, va a ser un libro de ensayo de su servidor; pero, usted y nadie más lo va nutrir. Con sus comentarios, sus lecturas, sus apuntes.
ESQUINA-BAJAN
Vamos a avanzar: hay unos versos que vamos a analizar y leer a vuela pluma, son del texto sin título, pero sí encabezado en todas sus ediciones como “El lobo aullaba bajo las hojas”. Claro, son de Jean-Arthur Rimbaud. Forma parte del libro “Versos nuevos y canciones”, la traducción la cual sigo es la de David Conte en editorial Visor:
¡Que yo duerma! Que yo hierva
En el altar de Salomón.
Corre el caldo sobre orín,
Mezclado con el Cedrón.
Caramba, contra estos versos no hay defensa. Se sienten en los huesos. Pero vea usted todo lo que pueden producir en nuestro intelecto: uno está siempre en el hervidero de la vida, pero no en cualquier construcción, sino en los mismísimos altares construidos por el mítico rey Salomón en Jerusalén. La referencia a la herrumbre, a la escatología plena es clara y precisa y no pocas veces se utiliza en la Biblia: el orín, los meados.
Lea usted: “conforme a tu fe, será hecho”. El verso de la Biblia es puntual y sigue siendo bello y certero. No, no es magia. Ni operarán milagros. Es decir, el mundo y la naturaleza de Dios no se pueden alterar. Simplemente le vendo la idea de que este precepto bíblico como el siguiente, son válidos y actuales hoy, si usted los pone en letra redonda en el aquí y el ahora.
El siguiente es igual de bueno al primero: “Haced tesoros dentro de sí (de ti), donde la polilla ni el orín (óxido, en otras versiones) corrompen; donde los ladrones no minen ni roben”. (Lucas 12:33). ¿Lo nota? El orín, los meados, los excrementos, la cagada, la mierda, es parte suya y mía, y está en nuestra vida misma y diaria. ¿Tenerle miedo al buen lenguaje? Para nada. Es la vida misma. En la Biblia siempre será el problema una buena traducción.
LETRAS MINÚSCULAS
“Un olor a retrete desciende de lo arcano,/ y mi pie temeroso, al borde de un pantano,/ roza sapos nocturnos y caracoles fríos”. Sí, el gran Charles Baudelaire.
Encuesta Vanguardia
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