El impacto económico regional de la planta de Tesla
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En estos momentos todo el ámbito económico de nuestra región y más allá gira en torno a la inversión anunciada por Tesla (Elon Musk, su director general) para la construcción de una planta productora de automóviles eléctricos en el vecino estado de Nuevo León, pero muy cerca de nuestro estado, tan cerca que la sentimos como nuestra.
Como suele suceder en este tipo de situaciones, hay quienes sienten que ya hay una bonanza económica que nos pondrá casi a niveles de vida de Estados Unidos y hay los que argumentan que tampoco es para tanto. Kia Motors invirtió 3 mil millones de dólares en junio del 2022, casi un tercio de lo que invertirá Tesla (10 mil millones de dólares), y aunque fue un detonante económico para la parte norte del área metropolitana de Monterrey, sus efectos tampoco fueron relevantes más allá de un radio de 30 a 50 kilómetros, aunque con excepciones. Sobre todo, no hubo tanto alboroto.
Los libros de economía regional están llenos de ejemplos de inversiones “detonantes” y lo que generan en los lugares donde se establecen. De inicio, los precios de la tierra y la vivienda en esta semana aumentaron cuando menos 50% en los 50 kilómetros alrededor de la anunciada ubicación de la planta, que está en el triángulo de los municipios de Santa Catarina y Villa de García en Nuevo León y Ramos Arizpe, en Coahuila. La expectativa es que haya un periodo de turbulencia de precios, que de acuerdo con los expertos durará entre 8 y 14 meses a partir del anuncio. Después de este tiempo, los precios de la tierra y la vivienda se estabilizarán, para dar paso a un nuevo nivel de precios que prevalecerá en el futuro.
En este mismo sentido y por la misma razón, es de esperarse que este tipo de inversiones genere incrementos importantes en la inflación. Estimaciones propias ya dan por seguro que nuestros precios en lo que resta del año estarán entre 2 y 4 puntos porcentuales por arriba del promedio nacional.
Vea también la situación desde esta perspectiva: de acuerdo con lo anunciado por Tesla, la planta de Nuevo León tendrá 35 mil empleados cuando alcance su máxima capacidad dentro de tres años, esos son los empleos directos. A ello agréguele tres empleos indirectos para cada uno de los directos y tendremos 105 mil empleos más. Ya van en total 140 mil empleos, seamos generosos y quitemos 50 mil porque las empresas existentes pueden ser proveedores, el número será de 90 mil empleos, y que cada trabajador tenga en promedio tres dependientes económicos, estamos hablando de 270 mil personas más en la región, cuando menos, que el día de hoy no están aquí.
Habrá desde luego una elevada migración para cubrir las demandas de empleo y otra parte será cubierta con recién egresados de escuelas y universidades. Todo esto preocupa, porque en este momento la situación de la vivienda es de escasez en los tres municipios involucrados y con los nuevos precios, será casi imposible encontrar dónde vivir para quienes lleguen a la región.
Muy pronto se saturarán los espacios de tierra disponibles a lo largo de la carretera a Monterrey. Tanto vivienda como áreas industriales estarán ocupándolos. Sin embargo, serán necesarias más vías de comunicación para albergar un tráfico vehicular mayor al actual en 10 mil unidades diarias entre vehículos de carga y particulares. Bajo estas condiciones, se necesitarán dos acciones inmediatas: un tercer carril de ida y venida en la carretera libre, y desde luego la implementación del tren suburbano que tanto se ha prometido mucho.
Sin ambas acciones, será un martirio esta zona de Coahuila y Nuevo León. Las inversiones tendrán que fluir rápidamente para poder evitar una catástrofe ambiental, debido al aumento de vehículos y los potenciales accidentes causados por el exceso de tráfico. El tren será una excelente opción para evitar el desplazamiento de personas en autos y además será una oportunidad de modernizar el transporte de una de las regiones de mayor crecimiento económico en el país.
El impulso que se le dará a la juventud contrastará con las desventajas de la gente retirada. Tesla se caracteriza por ser una empresa que, por la naturaleza de sus actividades productivas, se enfoca en la contratación de jóvenes. La innovación y las ideas “nuevas” son la base del negocio y característica principal de los jóvenes. En esta perspectiva, los recién graduados de carreras técnicas tendrán un espacio importante para poder ejercer.
Sacando los porcentajes de las fábricas existentes de Tesla, un tercio de los trabajadores serán administrativos y dos tercios, técnicos. Para los retirados de la vida laboral y que viven de sus pensiones, habrá situaciones complicadas. Los costos de vida se incrementarán a tasas más aceleradas que los propios ajustes pensionarios, por lo que los ingresos de este sector de la población se verán pulverizados.
Este caso ya se vivió en Nuevo León con las inversiones coreanas que incrementaron el precio de la tierra y la vivienda en la zona de Pesquería. Habrá una reconfiguración de la demografía de la región, pues para los jubilados será hasta un buen negocio rentar sus casas y emigrar a otras ciudades del país que son más baratas. Ya en Monterrey se ha dicho que el fenómeno Tesla hará crecer poblacionalmente a la ciudad de Linares, pues hay gente que está dispuesta a dejar su casa y rentarla para tomar ventaja de la situación. Está cerca y tiene costos de vida mucho más baratos que Monterrey.
Lo que a mí más me llama la atención y que no se ha mencionado que la tecnología que se implementará en esta planta será única a nivel nacional. La robotización y automatización de procesos será una de las grandes ventajas para la región, que podrá aprender y aplicar esta tecnología en otras empresas y sectores. De esta forma, todo nuestro ecosistema productivo tendrá nuevas ideas para aumentar la competitividad y transformar positivamente nuestra economía. Sin embargo, esto también reducirá las posibilidades de empleo de aquellos que no se capaciten y avancen en sus conocimientos.
El futuro ya llegó, se llama Tesla y sus efectos ya se sienten. No es hora de pedir que las autoridades actúen, pues de ser así vamos muy tarde. Nada es casualidad y menos la inversión de 10 mil millones de dólares de esa empresa. Simplemente ya habíamos avanzado, aunque todavía nos falta mucho. No es hora de celebraciones, sino de acciones.
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