El menudo más caro
La mala comunicación provoca situaciones incómodas, incluso a terceros
Cerca de mi casa hay un minisúper. En la entrada del lugar acostumbra sentarse un señor a quien los empleados se refieren como ”El señor”. Claramente es el dueño del negocio.
Él saluda a los clientes y los despide cuando se van. Alguna vez entré con un libro bajo el brazo y me detuvo para preguntarme de qué trataba.
La semana siguiente me mostró su ejemplar (se había comprado uno para comentarlo conmigo, me dijo) y en cada visita platicábamos de sus avances de lectura. En una ocasión, al salir con algo de mandado, me preguntó si ya había probado el menudo que venden ellos. Le dije que no.
-Llévese un litro, de cortesía.
-Hombre, cómo cree.
-De verdad, acéptelo como un regalo. Mire, yo voy de salida pero vaya con ese joven y dígale que le dé un litro, que yo se lo regalé (señaló a uno de los empleados).
No supe si era una estrategia de venta (hallarle el gusto y comprar más, o comprar posteriormente por sentirme comprometido a hacerlo) o era una especie de hermandad lectora. Le envié mensaje a mi roomie para preguntarle si quería menudo y dijo que sí. Le pedí que no desayunara porque le iba a llevar.
-Buenos días (le dije al empleado), el señor me pidió que viniera a recoger un menudo.
-Buen día ¿ya lo pagó?
-No, me dijo que era un regalo.
-Ah, es que aquí el menudo se vende.
-Claro. Pensé que él ya te había dicho. Bueno, mejor vengo cuando esté.
-¿Qué pasa? (Sale una mujer, al parecer la encargada).
-El muchacho vino a pedir un menudo, pero no lo quiere pagar.
-No, a ver: el señor me dijo que viniera por un menudo, que él me lo regalaba, pero así está bien, mejor vengo cuando esté él.
-Espera (dijo la mujer) déjame le marco (voltea con el empleado) a lo mejor sí es cierto.
-Chica (le dije) yo no acostumbro pedir comida engañando a los empleados. De verdad el señor me pidió que lo recogiera, pero así déjalo, no hay problema.
-Espera... ¿bueno?.. señor, aquí está un muchacho que dice que usted le regaló menudo... sí, uno altote... ajá... (cuelga).
-Sí, dáselo (le dice al empleado, que me hace un gesto antes de darse la vuelta, como si se lo fueran a descontar de su sueldo).
-No se apuren, así que quede.
-No, por favor llévatelo (me pide la mujer).
-Es que ya no lo quiero.
-Ándale, es que luego nos van a regañar a nosotros. (Esa no es mi bronca... le hubieras dicho eso, Astor)
-No te apures, le diré que sí me lo diste.
-No, es que el señor ve las cámaras. Regresa el empleado con el vaso de un litro de menudo. Me lo da de mala gana. Pienso que ese menudo me costó mucho más que si lo hubiera pagado. Llego a casa, le platico a mi roomie y le advierto que es probable que el chico le hubiera escupido. Él no cree en esas cosas y se lo come. Quizá no vuelva a ir al minisúper. Lo único que me pesa es que ya no podré platicar con el señor sobre nuestro libro. #TodoPorUnMenudo
Encuesta Vanguardia
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