Elon, INE y aluxes, los últimos bochornos presidenciales
No obstante la parsimonia en la manera de hablar del Jefe del Ejecutivo nos hace reconsiderar seriamente nuestro concepto de la eternidad, la profusión con que de su boca escapan desatinos es tal que no me doy abasto para cubrirlas a razón de dos columnas por semana y eso, considerando sólo las de mayores repercusiones para la vida pública. Las pintorescas no pasan de un comentario en mis redes sociales.
Y eso que en el sexenio pasado nos convencimos de que no podíamos ya tener un presidente más zafio, más zopenco, más groseramente inculto y majaderamente ignorante que el Adonis de los Ladrones, Enrique “El Bello” Peña Nieto.
Pero: ¡Oh my dooooooog!
Luego de las primeras 50 mañaneras comprendimos que el nuevo mandatario haría ver al Príncipe de Atlacomulco como un erudito y superdotado intelectual.
Mantener esta columna al día con la agenda de sandeces presidencial me es poco menos que imposible, ya le digo. Por eso hoy me veo obligado a repasar brevemente los últimos bochornos nacionales gestados en Palacio Nacional. Corre:
ELON: El magnate de la especulación, genio del absurdo y amo del talento subrogado, Elon Musk anunció su intención de instalar una nueva planta de su automóvil Tesla en el vecino Reino de Nuevo León.
¿Y? Pues nada, que Tesla se asentará donde estaba previsto y habría sido un proceso terso de no ser porque nuestro Soberano Huelemoles intervino en las negociaciones, contaminándolas con su necedad y poniendo en riesgo toda la multimillonaria inversión.
Aduciendo la insuficiencia de agua que padece Nuevo León y aferrado a llevar este proyecto al sureste mexicano, AMLO amenazó con negar los permisos para esta planta.
Luego de un par de reuniones privadas se anunció por fin que Tesla operará donde estaba originalmente previsto, en tierras nuevoleonesas.
AMLO subió entonces a su palestra a tratar de convencernos de que “accedió” imponiendo ciertas condiciones. ¿Qué condiciones? No nos lo dijo y nunca nos lo dirá, porque tales condiciones son inexistentes. Desafortunadamente, los países maquiladores recibimos a las empresas otorgándoles todo tipo de ventajas o de lo contrario salen volando a Asia.
¿Creyó López Obrador que tenía alguna carta con qué doblegar al dueño de Twitter? Pues sólo que fueran las tlayudas. ¿Qué otra razón habría para instalar Tesla en medio de la selva, en vez de hacerlo en un clúster automotriz, con toda la infraestructura, cerca de todos sus proveedores y con una ruta rápida hacia el destino final de las unidades producidas?
A pesar de que AMLO sólo le sumó ruido y polémica a las negociaciones y realmente puso en riesgo la decisión final, los devotos de la 4T sostienen que gracias al Presidente la inversión se quedó en México. Igual que con las remesas, igual que en el caso de García Luna, el mérito es de AMLO aunque él no haya tenido nada que ver y/o, lejos de ayudar, sólo haya entorpecido todo el proceso.
INE: “Nosotros llenamos el Zócalo 60 veces”, dijo AMLO en respuesta a la segunda marcha ciudadana masiva en defensa del INE. Y por si fuera poco, ya está organizando su contramarcha bajo cualquier pretexto. Creo que ahora es para celebrar “nuestra soberanía energética”.
A falta de cualquier proyecto tangible o programa de mejora social que pueda presumir el Gobierno Federal con números verificables, su fortaleza para hacer alarde es una y otra vez su popularidad y el músculo electoral.
¿Y cómo habría de responder el Gobierno de AMLO a la más espectacular demostración de desaprobación que jamás haya recibido como candidato o gobernante?
Obviamente, aludiendo a las marchas del pasado y convocando a una manifestación que, al igual que la anterior, se anticipa auspiciada por el Estado mexicano y las diversas entidades afines al Presidente.
Para nuestro acomplejado Tlatoani sería impensable poner a discusión su plan B con el cual pretende controlar al Instituto Electoral. Él ya lo decretó y vio que era bueno en gran manera. Pero lo cierto es que amenaza diversas conquistas ciudadanas que costaron décadas de lucha.
Desafortunadamente, dialogar con la oposición para el macuspano se reduce a una competencia para ver quién la tiene más grande. Todo un estadista.
ALUXE: Todos tenemos una tía, un abuelo tal vez, que quizás no sean malintencionados, pero tampoco son las mentes más distinguidas del árbol genealógico, y son muy dados a la propagación de información inexacta, bulos, fake news y conspiranoias en los grupos de WhatsApp y otras plataformas digitales.
Y aunque en estricto sentido es una práctica perniciosa, ya ni les reñimos por esto, antes nos alegramos de que a su edad participen de la vida digital, aunque periódicamente tengan que abrir otra nueva cuenta de Facebook porque se les olvidó su password.
Pero otra cosa muy distinta es que un jefe de estado, en concreto, el Presidente de la República donde por suerte o por desgracia tuvimos a bien nacer, se comporte como la “tía de los piolines” y desde sus cuentas oficiales comparta públicamente la primera babosada que le envía su sobrino más lerendo.
Me refiero sin más a la incierta imagen que el presidente López Obrador compartió vía Twitter afirmando que se trataba de un ser mítico, un críptido llamado “aluxe” y que al parecer ya se alió a las filas de Morena.
Fue comidilla internacional porque la imagen circula en redes por todo el mundo desde hace varios años y se le ha dado cualquier cantidad de otras interpretaciones, pero sobre todo por lo ridícula y tristemente irónico que resulta que el presidente de un país en vías de desarrollo ande propagando “evidencia” de mitos y supersticiones ancestrales que no se atrevería a presentar el bodrio del History Channel porque de plano le daría oso.
Algunos de los más destacados conductores, comediantes y líderes de opinión de EU y el Reino Unido se cebaron en este desacierto, básicamente porque el resto del mundo no se va a comportar como la secta adoctrinada de AMLO, que todo le perdona y le justifica. Y si el líder la deyecta, júrelo que la opinión pública internacional no va a tener piedad y lo va a exhibir como la tía crédula, timorata y supersticiosa que está empeñado en ser, en lugar del hombre de estado que todos desearíamos que fuese.
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