Encuestas a modo
En las últimas semanas se han publicado muchas encuestas para la elección de Gobernador del próximo año, que tienen la característica de señalar como aspirante puntero a personas distintas, es decir, en una encuesta un aspirante tiene el cuatro por ciento de las intenciones y en otra encuesta que salió un día después, el mismo aspirante concentra el 30 por ciento de los votos.
La explicación a tales disparidades en las intenciones de voto, no es atribuible ni a la metodología, ni a la volatilidad de los votantes, sino porque las empresas que las levantan se venden al mejor postor, es decir, si un aspirante es el segundo o tercero en las preferencias de su propio partido, va y paga una encuesta que lo ponga encabezando los votos de su partido y de la elección general, para luego gastar más dinero en promocionar dicha encuesta a modo y sin soporte en redes sociales.
La mayoría de los aspirantes, salvo uno, le está tratando de vender espejitos a los electores, fabrican fake news para buscar a base de mentiras inclinar la balanza a su favor, pero el problema es que como todos los aspirantes recurren a la misma estrategia, terminan por quedar exhibidos.
Hay una que otra encuesta que miente de manera ligera, es decir, le asignan al aspirante patrocinador o a su partido unos cinco u ocho puntos porcentuales más de los que tiene en realidad, pero hay otras que ya están rayando en lo absurdo, en donde un aspirante que difícilmente pasa del 5 por ciento en la realidad, termina encabezando las preferencias con una diferencia de más de 15 puntos porcentuales de su más cercano competidor.
Esta práctica no es privativa de un partido, la están usando militantes del PRI, de Morena, del PAN y hasta de la UDC, candidatos de Saltillo, La Laguna, Monclova e incluso alguno que hace años ni vive en la entidad.
Por ende, cuando caiga en sus manos una encuesta, dude, porque para como están las cosas, lo más probable es que los datos no constituyan una realidad y que lejos de ser un instrumento de información, sea una pieza de propaganda, de un aspirante que está bajo en las preferencias, que busca hacerse un lugar haciendo creer que va en crecimiento.
En esta maraña de desinformación, la mejor manera de saber quién es en realidad el aspirante puntero, es revisando todas las encuestas, si observas que un aspirante sale como primero en unas encuestas y en donde no es primero es el segundo, independientemente de que el primero son otros personajes diferentes, ese es el candidato puntero, ya que eso quiere decir que en las encuestas donde sale arriba es muy posible que sean legítimas y donde sale en segundo son compradas, pero aún así ponen en segundo al candidato que es creíble que se encuentra en la parte alta, porque es el primero en las preferencias realmente y no el segundo.
En este momento dicho candidato es Manolo Jiménez Salinas, del PRI, que encabeza las encuestas serias e incluso cuando son compradas y que tienen que poner a quien las pagó en primero, no se atreven a poner al puntero más abajo del segundo lugar.
victorsanval@gmail.com
@victorsanval