Hablemos de Dios 139: la famosa Generación del 27
COMPARTIR
TEMAS
Gracias. Gracias de corazón, palabra y pensamiento por leerme y atender estas notas, estas ideas, esta saga de textos donde tratamos de apresar a ese inasible Dios. Tratamos de hablar de Dios. Esta columna ya tiene su público y lectores bien definidos por uno de varios motivos: es trascendente, es cosa seria, es cosa interminable, otorga valor, nos pone a “girar la piedra” (la sesera, pues) y siempre, siempre será más importante esta serie de ideas y pensamientos (cuestión vital) a la ingrata e insana política como la que se practica lo mismo a nivel nacional, como aquí en el vecindario.
Gracias de nuevo. Decíamos en textos pasados que todo, todo lo podemos entender o bien, lo debemos explorar de la mano y obra de grandes autores universales si le aplicamos la clave o arista de Dios y la divinidad. ¿Quién o qué ser humano no se ha preguntado alguna vez y en su momento, al menos una vez y en un segundo, por el origen y el devenir de Dios? Sin duda, todos. Incluyendo dos castas raras que no se entienden ni a sí mismos: los ateos y los agnósticos. Pronto le abonaremos letras a esta discusión.
TE PUEDE INTERESAR: Hablemos de Dios 138: el don de la ubicuidad
Por lo pronto y rápidamente le propongo el siguiente ejercicio. Vamos a analizar someramente a una generación de escritores españoles. La tertulia pasada nos detuvimos rápidamente en el gran poeta Joseph Brodsky. Es la famosa promoción o “Generación del 27”, del siglo pasado. Todos ibéricos, todos ases, todos poetas y algunos de ellos, grandes filólogos. Aunque en varias antologías y varios estudiosos y críticos agregan a algunos otros escritores, básicamente dicho grupo, dicha generación son diez: Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, Gerardo Diego, el inmenso Federico García Lorca, Jorge Guillén, Emilio Prados y Pedro Salinas.
Varios de ellos y luego de la Guerra Civil Española, se exiliaron en México y aquí murieron. Si mis notas no me fallan, fue el caso de Salinas (vivió a matacaballo entre Norteamérica y Puerto Rico, insisto, no tengo la referencia precisa, pero también aquí en México. prometo consultarlo), Altolaguirre, Prados y Luis Cernuda.
Algunos de ellos jugaron la divisa de su sexualidad cuando todo, todo ello era muy penado en esos tiempos no viejos, sino recientes. Generación de escritores los cuales hicieron de la palabra no su vocación, sino su misma vida y arma ante la vida. Recuerde usted que en 1936 inició la Guerra Civil Española. Para 1939 esta había acabado con su larga cauda de cadáveres regados, sí, pero justo ese año iniciaba en Europa la Segunda Guerra Mundial.
Ante este escenario de muerte y peste sin fin ¿qué hacer, buscar e increpar a Dios? ¿Buscar y pedirle a Dios ayuda y piedad? ¿Qué hacer, caramba? ¿Usted qué haría señor lector?
ESQUINA-BAJAN
¿Empuñar un fusil o disparar palabras? En este escenario calamitoso, Pedro Salinas en el exilio acá en América, escribió un largo poema en verso libre: “Cero”, el cual fue su alegato en contra de las guerras fratricidas, las bombas y la pólvora como único ruido y aire respirable. ¿Dios? Pues Dios es el cero infinito, la nada, nadie. O el todo. Leamos al poeta en varios versos sintomáticos, pero esto no sustituye que usted lea el texto completo; una maravilla de hermetismo, lenguaje y alegato poético:
(La bomba) Cayó ciega. La soltó,
La soltaron, a seis mil
Metros de altura, a las cuatro.
**********************
Mientras,
Detrás de tanta blancura
En la tierra –no era mapa-
En donde el cero cayó,
El gran desastre empezaba.
Emilio Prados (1899-1962) nació en Málaga, se educó en Alemania, se exilió en México en 1939 y aquí murió. Dueño de una vasta obra de varios registros, en su poema “Canción”, nos habla de esa fractura siempre ininteligible entre Dios y hombre. ¿El hombre no entiende a Dios; Dios no entiende al hombre? Leamos: “No es lo que está roto Dios,/ ni el campo que El ha creado:/ lo que está roto es el hombre/ que no ve a Dios en su campo”.
TE PUEDE INTERESAR: Hablemos de Dios 137: ¿Qué opinan los grandes escritores?
Honor a quien honor merece, es el inmenso y gran poeta, filólogo y erudito y estudioso él, don Dámaso Alonso (1898-1990). Tiene un poema el cual desde su título, anuncia su contenido: “Soledad en Dios.” el poema es largo, imposible trascribirlo todo aquí para su deleite y estudio, pero si nos hacemos la pregunta ¿Qué o quién es Dios? el poeta responde: “tú la inmensa soledad del hombre.” Y sí, me recuerda la definición de Marguerite Yourcenar: “Dios... (es) El remedio que buscan los solitarios.”
Este mismo poeta y gran estudioso de san Juan de la Cruz, Luis de Góngora y Lope de Quevedo, por citar algunos, en un poema titulado “Insomnio”, increpa a Dios, lo hace desde la ira y rencor no contenidos. Aunque lo glosaremos la próxima semana, lea usted lo siguiente rápidamente...
LETRAS MINÚSCULAS
“... por qué mil millones de cadáveres se pudren/ lentamente en el mundo/ Dime, ¿qué huerto quieres abonar con/ nuestra podredumbre...”. Puf. Duro.
Encuesta Vanguardia
https://vanguardia.com.mx/binrepository/1024x1024/0c0/1200d801/none/11604/QCFQ/01-1_1-6859800_20230901223440.png
$urlImage