La narco violencia invade Nuevo León; ¿qué riesgo representa?

La violencia constituye, a no dudarlo, una de las preocupaciones más importantes para la sociedad mexicana en este momento. Pese al reiterado discurso gubernamental que asegura “estar avanzando” hacia su erradicación, los datos duros se empeñan en mostrar lo contrario.

En particular hablamos de la violencia que generan los grupos de la llamada “delincuencia organizada” cuyo modus operandi, de acuerdo con la opinión de los especialistas en el tema, contempla el empleo reiterado y extendido de la violencia para mantener su poder en los territorios que controla.

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Este hecho se traduce en la multiplicación de los enfrentamientos, así como de secuestros, tortura y ejecuciones. Este último indicador, en particular, coloca a nuestro país como uno de los más peligrosos del planeta. Al respecto basta citar solamente un dato: de las 10 ciudades con mayor tasa de homicidios por 100 mil habitantes, en todo el mundo, nueve son mexicanas.

El dato no puede ser visto, en modo alguno, como un hecho anecdótico. Y menos aún cuando, como lo publicamos en esta edición, la violencia generada por la actividad de las organizaciones criminales va creciendo en nuestro vecindario y se convierte por ello en una amenaza cercana.

Y es que de acuerdo con la firma Lantia Intelligence el vecino estado de Nuevo León se ha convertido en el nuevo epicentro de la violencia en el noreste del país, debido fundamentalmente a la actividad de la organización denominada “Cartel del Noreste” (CDN). Se trata de la misma organización que, han reportado las autoridades locales en diversas ocasiones, ha intentado ingresar a Coahuila y asentarse aquí.

En su más reciente reporte relativo a la violencia del crimen organizado, Lantia Intelligence consigna, durante el pasado mes de mayo, 84 ejecuciones atribuibles a la referida organización criminal en Nuevo León. En contraste, en Tamaulipas se registraron únicamente dos y en Coahuila, una.

Un dato particularmente preocupante del reporte de la firma consultora es el relativo a que la crisis de violencia señalada no se registra en las zonas rurales o en los poblados pequeños de dicha entidad, sino en la zona metropolitana de Monterey, donde además del CDN operan al menos otros dos grupos delincuenciales que le disputan el control territorial.

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No se trata de un asunto trivial. Estamos hablando de una creciente violencia en la región donde el fenómeno del nearshoring está impulsando más la economía local debido a la llegada de un gran número de empresas que están relocalizando plantas, inversiones que podrían estar en riesgo si la situación no es controlada de forma oportuna.

Que Coahuila siga siendo, en este contexto, un espacio donde la violencia ha sido contenida, sin duda en una buena noticia y una ventaja competitiva. Pero también constituye un riesgo creciente el mantenerse como una isla en medio del mar de violencia circundante.

Cabría esperar por ello que las autoridades federales actúen con eficacia en la contención del fenómeno, pues el hecho de que la violencia crezca alrededor no es una buena noticia para nadie.