Las memorias del corazón

En la reciente película de Netflix ‘Hunger’, el chef afirma que el amor es el ingrediente que le ponen los pobres a la comida para disfrazar la escasez de talento.

Seguro que cocinar no sólo es un talento, es un don. Nuestras abuelas, nuestras madres y hablo por las mayoras que tenemos un remoto aroma a la cocina hecha con ese ingrediente despectivo que es el amor ante los ojos un “dios” gastronómico.

Una sopita de fideos, con alguna sobrita de pollo, apio, un jamoncito o carnita del día anterior, cada cocina con su toque; el aroma supremo es ese que no olvidan tus sentidos.

Unos frijolitos, unos negros o coloraditos, bayos o pintitos, con cebolla acitronada, epazote o bien cominos y chile colorado, también pueden ser en bola como la tía Carmela, con hoja santa, dijo la abuela Lorenza o también con hojas de aguacate.

Las tortas de papa, los taquitos dorados, unas albóndigas con su chipotle, la milanesa de mamá con puré de papa de verdad.

Ninguno en nuestra infancia veíamos la presentación. Los sueldos mínimos y las familias grandes obligaban justo a eso, a hacer la comida con mucho amor.

La comida amorosa tiene un valor dentro de la memoria colectiva, ahora las nuevas generaciones tendrán otras emociones, debido a los cambios sociales y evolutivos en la vidas de muchas madres. Sin embargo, aún se puede rescatar este ingrediente subestimado como lo es el amor en lo que hacemos.

Ponerle corazón a las comidas habla de la intención de saciar no solo el hambre. El estómago no distingue pero los sentidos sí.

Alguna vez lloré cuando después de 15 años volví a probar una Tlayuda que me supo a mí madre, me supo a Oaxaca.

El recuerdo memorial , este alimento álmico, único, sensorial. Cierra tus ojos, imagina cómo entrabas a casa con la mochila colgada y te daba el aroma de la cocina de tu madre, de tus abuela, suspira y ve esa cocina de nuevo, mira el mandil, la mesa puesta, el fogón que abraza y te darás cuenta que la cocina con amor no es ese ingrediente desvalorizado, por el contrario es el ingrediente que hace que la receta sea perfecta.