Lucha anticorrupción: ¿qué tan eficiente es?
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De acuerdo con la titular de la Fiscalía Anticorrupción a nivel federal, María de la Luz Mijangos, la “eficiencia” en el proceso de combatir la corrupción en México no puede medirse solamente a partir del número de personas sentenciadas por este tipo de conductas.
“No sólo las sentencias condenatorias son reflejo de eficiencia. Hay otros mecanismos como reparación del daño o salidas alternas”, dijo la funcionaria al participar ayer en la tercera cumbre de fiscales anticorrupción realizada en Saltillo, durante la cual la fiscal señaló que el sistema debe “madurar” antes de que se le pueda evaluar.
En el caso específico de la Fiscalía Federal, la estadística conocida señala que en los últimos tres años dicha instancia solamente ha conseguido que se emitan dos sentencias condenatorias en casos de corrupción, lo cual puede conducir a la idea de que su eficiencia es muy baja.
Sin embargo, la funcionaria afirmó que este indicador no puede ser el único que se tome en cuenta para evaluar la eficiencia del combate a la corrupción, sobre todo porque “Hay muchos mecanismos de defensa de derechos humanos como es el amparo, y una vez que se hace la apertura a un juicio, se suspende” el procedimiento contra los imputados.
Nadie puede manifestarse en contra de que las personas imputadas por hechos de corrupción –o por cualquier otra conducta delictiva– tengan acceso a los mecanismos de defensa que establece la ley. Sin embargo, suena a excusa que se plantee, desde la Fiscalía Federal, que el bajo número de sentencias condenatorias se debe a que existen mecanismos de defensa que “dificultan” la actuación de la Fiscalía.
Y es que ese mismo argumento podría ser esgrimido por todas las fiscalías del País en relación con el proceso que debe seguirse en contra de cualquier conducta ilícita y con ello podría justificarse que no se castiguen los delitos cometidos en nuestro país.
El señalamiento es aún más relevante cuando estamos ante la representación de un gobierno que ha ofrecido “erradicar” la corrupción en México y ha hecho del combate a esta conducta uno de sus estandartes principales.
¿Cómo es que una Fiscalía especializada en el combate a la corrupción, de un gobierno determinado a erradicar este mal, no ha sido capaz de desarrollar una estrategia eficaz para llevar a juicio y obtener sentencias condenatorias en contra de quienes han cometido actos contrarios al interés público?
La respuesta ofrecida por la fiscal Anticorrupción del Gobierno de la República no suena realmente convincente. Lo peor de todo, es que justifica la ineficacia del resto de las fiscalías del País que tampoco tienen resultados relevantes y siguen defraudando la expectativa ciudadana.
Como se ha dicho en otras ocasiones, la respuesta que el Estado Mexicano ha dado a la lucha contra la corrupción no parece ser la adecuada porque, mientras se siguen ofreciendo excusas como la señalada por María de la Luz Mijangos, la ciudadanía sigue atestiguando cotidianamente los excesos cometidos desde el poder.