Proyecto abandonado
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“La cosa está grave. El proyecto abandonado es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Muy poca gente la entiende, y los que la defendemos somos menos aún.
No es lo mismo una constitución viviente y vigente que nace como ley suprema como sucedió en Estados Unidos, a una constitución como la mexicana de 1917 que nació como un proyecto aspiracional con una agenda para realizarse en el futuro.
En igualdad de riquezas materiales y proporción territorial, la Constitución de los Estados Unidos produjo la economía más poderosa del mundo. México no ha podido salir del tercer mundo a pesar de ser su vecino. La diferencia es la cultura de sus habitantes, y en el fondo las reglas de juego. Énfasis en ciudadanos, versus atracción fatal hacia el poder autoritario.
Nuestra constitución crece y crece como institución aspiracional, pero para garantizar justicia y orden es contraproducente. En 1917 de una república centralista íbamos a pasar a ser una federación, con democracia, con estados soberanos, municipios libres y ciudadanos con garantías individuales respetadas.
Después de 100 años de masajear el proyecto de país descrito, la Constitución deja de ser nuestra bandera, es un proyecto borroneado. Vamos de reversa acelerada hacia el desorden total. Nadie pelea por la Constitución. Al contrario, gobierno tras gobierno avanzan las reformas para desnaturalizarla, y Andrés se aprovecha.
El presidente electo sale con la mamila de que tiene que escoger entre “inconvenientes”. Vaya salida falsa, vaya un argumento falacioso, vaya excusa tonta. Su medicina más fácilmente nos matará que nos curará, pero nadie a su alrededor tiene el valor de contradecirlo.
Aún no toma posesión y ya da pruebas que no conoce la constitución. En su cabeza anida un proyecto extra-constitucional. Las ONG’s que lo apoyaron rompieron con él el jueves pasado con motivo de la Fiscalía y su iniciativa para la seguridad.
PAN y PRI crearon leyes nacionales, como la del INE. PAN y PRI hicieron de las elecciones competencias de acarreos y reparto de lonches. PAN y PRI hicieron de los municipios simples gerencias dependientes de gobierno estatal. En vez de reparar los errores, Andrés se aprovecha del desorden y acelera la tendencia anti-democrática y antí-federalista.
Lo que yo sé, es que el orden constitucional eficaz es el que se construye de abajo hacia arriba, como lo ejemplifican los Estados Unidos. Cuando veo mexicanos u hondureños montados en una barda fronteriza pienso que migran hacia donde se respeta un orden natural que genera prosperidad. ¿Por qué rechazan los hondureños nuestra oferta de asilo político? Sencillo. México es otro Honduras, pero grandote.
No se vale argumentar que las opciones son todas inconvenientes. Mejor que admita que se dió por vencido en respetar las reglas democráticas, que prefiere arropar sus decisiones con consultas ridículas, o que confiemos ciegamente en que él sabe su juego.
Esto último que acaba de hacer es un pecado grandote. Poner la seguridad de los ciudadanos en manos de la Secretaría de Defensa es un ultraje a la idea del orden constitucional y del compromiso de respetar las garantías individuales. La Guardia Nacional no es una guardia civil, sino todo lo contrario.
Introduce la fuerza castrense en la vida diaria del ciudadano. Si Morena le da mayoría de votos para eso, agárrense.
Las preocupaciones serias se empiezan a apilar. Si en tiempos priístas y panistas brotó una política centralizadora y de gran simulación, ahora vemos que en vez de darle reversa, Andrés aprovecha la indefensión ciudadana para crear una telaraña de poder centralizando su mando. Lo malo, ahora empeorado.
Si de opciones inconvenientes hay qué hablar, puedo afirmar que eso fue la elección de 2018. Un país deteriorado, con una constitución vulnerable nos dio a escoger entre varios candidatos, todos inconvenientes. A ver qué proponen ahora los grupos ciudadanos divorciados de Andrés para reparar su error. Y aún no toma posesión.
javierlivas@prodigy.net.mx