Presidenta de nómadas y ovejas
Vienen días auspiciosos, donde cada uno de los mexicanos debe volverse varios
Les platico:
Para muchos, toda frontera norte es una muralla y cuando la atraviesan, más allá de ella hay duda y temor.
Las caravanas de los beduinos en el desierto, hace cientos de años, son ahora de migrantes que huyen de lo primitivo en que se convirtió lo que les prometieron como celestial.
Los gobernantes de esos países son herejes de la virtud.
Los presidentes que llegaron al poder por la vía democrática y se engolosinaron con el trono, terminaron rodeados de ovejas porque los que no quisieron cambiar su pelambre por la lana, se volvieron ovejas.
Alentaron a los que no quisieron quedarse y pudieron irse.
Creyeron vana y banalmente que los pájaros que anidan regresan siempre al hogar de su amo.
Y que lo mismo sucede con los canes bien alimentados.
Pero los pájaros emigraron y los canes también.
Dejaron sus nidos los unos para buscar mejores, y los otros encontraron lejos, más comida.
Y de pronto, los que llegaron al poder por medio de elecciones democráticas se juntaron con los tiranos golpistas del continente y formaron su propio foro.
La última vez que se reunieron fue en Brasilia, de junio 29 al 2 de julio.
Y de tantos hermosos lugares que hay en esa ciudad, eligieron un establo para sus foros.
El del año pasado fue en Sao Paulo, también en un establo.
Es que cuando esos políticos empoderados se juntan para contarse entre ellos sus “proezas”, lo hacen en establos, porque son los lugares perfectos para soltar el estiércol.
Están convencidos de que para domesticar a un pueblo, deben enseñarle a tenerle miedo a una mano izquierda alzada.
Sus acciones de gobierno inspiran temor-terror y transpiran rencor por todos sus poros.
Muchos traen colgado al cuello un rótulo de “traidor” pero ni cuenta se han dado.
Es que las ovejas de las cuales se rodean, balan, no hablan.
Los que se volvieron nómadas sí pueden hablar, pero ya se fueron.
Entonces, las mentes claras, informadas y resueltas, se van. Desconcertadas, pero se están yendo.
Y se quedan las domesticadas.
Unas porque todavía no les alcanza para irse.
Otras -las peores- porque pudiendo irse no se van, pues sus negocios se alimentan de los contratos y concesiones que tienen con el gobierno, al que solo critican y censuran bajito, en lo oscurito y en el anonimato, de dientes para fuera.
Siguen aquí, pero cada vez que pueden se dan sus escapadas al primer mundo, de vacaciones o al chequeo médico.
Siguen aquí, aferrados a los fragmentos de sus almas quebradas por la incongruencia.
Cajón de sastre:
“Declinó Creel en favor de Xóchitl, como estaba bien cantado o detonado. Vienen días auspiciosos, donde cada uno de los mexicanos debe volverse varios. Digo, si es que no queremos elegir a una presidenta de nómadas y ovejas”, remata la irreverente de mi Gaby.
Encuesta Vanguardia
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