Reforzar defensas... a cualquier costo
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Hay quien se ha aplicado dos o tres y ahora hasta cuatro vacunas.
Y no todas son del mismo nombre y la última ya es negocio particular. Se acabó la gratuidad de las anteriores. Se piensa que, posiblemente, no eviten contagio; pero sí gravedad.
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Las enfermedades respiratorias invernales atacan con más frecuencia a los infantes y a quienes han llegado a mayor adultez.
Como son infecciones virales y no bacteriales, no es acertado recetar los antibióticos habitualmente acostumbrados.
Esa última vacuna comercializada no se ofrece a un precio accesible para la mayoría. Preferirán soportar los malestares de un contagio y hasta los riesgos de una gravedad. No pocos han perdido ya la costumbre de practicar las precauciones recomendadas.
No hay suficiente información acerca de los alimentos que pueden reforzar las defensas corporales y de las plantas medicinales que logran mejorar el sistema inmunitario. Veremos si en febrero loco y en marzo otro poco hay noticias de contagios evitados y de alivios aumentados.
‘QUE SEAN UNO PARA QUE EL MUNDO CREA’
El Octavario para la Unión de todos los cristianos ha empezado el día 18 y terminará el 25 de este mes de enero. Desde que lo practicó un pastor protestante, hay una decisión unánime de todas las comunidades, de las distintas denominaciones: que se realice cada año, en las mismas fechas, junto con los católicos. Quisieron hacer suya la oración de Cristo: “Que sean uno, Padre, para que el mundo crea”.
Es un proceso ecuménico que ha ido avanzando con diálogos y eventos de encuentro. Han caído muchas barreras levantadas en el pasado.
Los cristianos contemporáneos del Protestantismo y los del Catolicismo no se identifican ya con actitudes de épocas pasadas y oran, con gran esperanza, para que esa unidad, deseada por Cristo, tenga como fruto aceptar todos: un solo Señor, una misma fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre.
LA VIDA INTOCABLE
Está atacada en todas las etapas.
Aborto, infanticidio, homicidio, feminicidio, masacre, suicidio, eutanasia... guerra...
Son seres vivos, racionales que utilizan todos los medios para matar a seres de su misma especie. Se promulgan leyes permisivas anticientíficas que ven derechos donde no los hay y permiten lo inmoral y lo inhumano.
En eso que se llama guerra, la hazaña y la “victoria” es asesinar y destruir a quienes se consideran enemigos y a todo lo que hayan construido. Se niega la existencia ajena, tratando de cancelarla, valiéndose de la acometida inmisericorde de la fuerza o vuelo letal explosivo teledirigido.
Se ha hablado de desarme total y de rearme moral. La soberbia genera discriminaciones y menosprecios, descartes e indiferencias. De espaldas al amor universal, predomina el afán de lucro, de poder y de placer exclusivos, concentrados para dominio, manipulación y sometimiento de los excluidos.
El “no matarás” del Decálogo se actualiza ahora con nueva fórmula. “Cuida la vida ajena como si fuera la tuya”.
PLANETA HABITADO
En el espacio del estudio se ven libros, papeles y ropa en gran desorden.
“Oye, mariachi, tienes tu cuarto en desorden. ¿No te das cuenta que tu entorno es una prolongación de ti mismo? ¡No haces honor a tu tierra tapatía!”, acusa Porfirio. “Este es mi planeta, Porfis”. “Sí, la Tierra es también nuestro planeta; pero no es apto para la vida humana. ¿Sabes por qué?...”, “porque está habitado”, concluye Porfis. El “mariachi” recoge unos papeles que estaban en el suelo, los mete en una carpeta y los pone en la mesa...
Encuesta Vanguardia
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