Riesgos en la economía

Petya Koeva, subdirectora de Investigación Económica del Fondo Monetario Internacional (FMI), afirmó el 10 de octubre pasado (El Economista) que “México es una de las economías más destacadas en el panorama mundial”, por el impulso de las remesas al mercado interno -no señaló los programas sociales del gobierno federal y el aumento salarial-, inflación con tendencia a la baja y aumento en inversión pública y privada.

Positivamente, las cifras de INEGI y Secretaría de Hacienda indican: crecimiento de los precios tiende a la baja con 4.45% en septiembre pasado a tasa anual (en enero 7.9% anual); confianza del consumidor en ascenso -mercado interno-; inversión fija bruta en 29.1% interanual a julio pasado; tasa de desempleo 3% en septiembre (155.4 mil puestos formales y eliminación de 425.6 puestos informales); al noveno mes recaudación tributaria con crecimiento anual de 8.9% (446.4 mil millones de pesos; total 3.2 billones de pesos); entre otras variables positivas.

Sin embargo, aunque la recuperación económica ya superó la caída de -8.3% en el año 2020, los riesgos actuales y para el año 2024 están latentes.

El déficit primario propuesto por la Secretaría de Hacienda (balance público ingreso-gasto que excluye costo financiero de deuda federal) para el año próximo de 1.2% del PIB, pudiera presionar los precios al alza o la reducción inflacionaria a ritmo más lento, por lo anterior el Banco de México sostiene la tasa de interés referencial al ahorro en 11.25% anual, reducción paulatina en no menos de 10%, lo que implica restricciones de crecimiento del Producto Interno Bruto. Mientras que la política monetaria es restrictiva, en año electoral la política fiscal se plantea expansiva.

También conflictos económicos y bélicos a nivel global pudieran amentar la volatilidad en los mercados financieros, lo cual podría impactar negativamente el tipo de cambio, aun con margen de maniobra relativamente aceptable.

Por otra parte, se ha reducido el efecto del impulso al mercado interno a través del gasto público en Estados Unidos, además se sostienen altas tasas de interés en ese país (entre 5.25 y 5.50%) y, si se agudizan los efectos nocivos de los conflictos bélicos en precios de materias primas, energéticos y granos, se puede inducir una recesión moderada en ese país que pudiera afectar la dinámica económica mexicana, por la estrecha relación entre las dos economías.

Naturalmente tarde o temprano se presentan ciclos económicos de crecimiento y decrecimiento, pero aparte en el Paquete Económico 2024 que propone el gobierno federal se indican posibles riesgos para no cumplir la meta de crecimiento del PIB entre 2.5 y 3.5%: conflictos geopolíticos que afecten negativamente abasto de insumos clave y volatilidad financiera; desaceleración de la economía estadounidense; crisis crediticia (interna y externa) por alto endeudamiento; fenómenos climatológicos, como El Niño, que afecten la actividad agropecuaria y daños colaterales al capital físico, con presiones inflacionarias y reducción de capacidad productiva; y efectos del tipo de cambio apreciado en menos ingresos públicos por venta de petróleo.

El FMI propone que el país aplique estrategias para impulsar la participación femenina en la fuerza laboral, mejorar y aumentar la infraestructura pública, profundizar la actividad financiera para facilitar el intercambio, continuar la lucha contra el lavado de dinero y seguir aplicando políticas macroeconómicas prudentes (La Jornada, 04/10/23).

Dada la orientación acentuada al mercado externo de la economía en Coahuila, aparte de los factores externos, un riesgo local son las discrepancias laborales en las empresas automotrices del vecino país del norte, con afectaciones en tiempos de producción de la multicadena del sector.

Aun con las eventualidades futuras, hasta ahora las cifras macroeconómicas indican que se tiene buen margen de maniobra para enfrentarlas, además hay pericia y experiencia de las autoridades económicas del país, quienes hasta ahora han dado resultados favorables.