Samuel el travieso

Uno dos y tres pasos tan chéveres. El cotorreo después de las mañaneras. El Pontífice nacional tiene un imitador deslavado.

Nuevo León entrampado. El mejor negocio de un gobernador es crear la necesidad. Lo aprendió en el 2022 con la crisis hídrica. Le dio el poder al director de la empresa estatal Agua y Drenaje, con sus respectivos proveedores, para llevar a las zonas deprimidas las pipas.

A lo largo de las partes serranas, de los antiguos paracaidistas y precaristas, pocos viajes para el consumo de limpieza de los sanitarios, las duchas y el lavado de los trastes.

Samuel García y Juan Ignacio Barragán Villarreal, han beneficiado empresas afines, fantasmas y de pago a favores políticos.

En la carrera de las decisiones, Samuel García, quien se comporta un día como rebelde y otro como imperial, construye imaginarias posibilidades con proyectos poco substantivos.

El estadio de futbol de los Tigres, la línea seis del metro y hasta la implementación, con el uso de los diputados federales de Nuevo León, para proponer en tribuna, la formación de La Nueva Constitución Mexicana, desechando la de 1917.

Preocupa el sesgo intelectual de Samuel García. Ni siquiera Nuevo Nuevo León tiene una nueva carta magna. Tan solo artículos sueltos, diseñados exprofeso, para darle más poder a quienes ya lo tienen.

Las travesuras de Samuel son ya preocupantes. Dignas de un estudio científico en los pabellones de psiquiatría y psicología. De un bromista como aquellos chamacos, de las épocas pasadas, cuando timbraban a las casas y se escapaban corriendo.