Presenta Judith Fragoso la amalgama del ‘Tejido de barro’

El Centro Histórico de Saltillo es ecléctico. Con el paso de los años la arquitectura antigua y la moderna han comenzado a convivir de maneras inusuales, pero incluso ante la destrucción de los edificios históricos aún sobreviven algunos que conservan en sus fachadas elementos en los que podemos descubrir la esencia tradicional de la ciudad.

La arquitecta y artista Judith Fragoso encontró en estos elementos arquitectónicos, en el uso tan particular del ladrillo en la zona, una relación con el también simbólico sarape, que en sus patrones ostenta rombos y figuras geométricas similares a las de estos.

Así nace su primera exposición individudal “Tejido de barro”, que inauguró el pasado viernes en la galería del Pabellón II en el Museo del Desierto, donde presenta composiciones hechas a partir de collages fotográficos de dichas fachadas donde imita los diseños de este tradicional textil, piezas que a su vez fueron intervenidas y asesoradas en su construcción por la maestra tejedora Victoria Quezada.

“Este proyecto lo comencé a elaborar en el 2019, cuando todavía trabajaba para la Secretaría de Infraestructura, empecé a elaborar unos collage, que eran muy diferentes a lo que presenté hoy, pero entre las fotografías comencé a ver estos patrones y motivos que seguían las fachas, y así fue como a través de los meses empecé a dar con el sentido de parecerse al arte textil”, comentó en entrevista con VANGUARDIA.

La autora señaló que el proyecto nació de unas piezas más crudas, donde los retablos y fachadas se unían de una forma menos directa para aludir al patrón textil. Conforme avanzó la idea solicitó la ayuda de Quezada, quien fue vital en la creación de estas composiciones, pues su asesoría le permitió emular de mejor manera al sarape.

“Las posibilidades eran bastante grandes, mucho con qué jugar. Hay bastantes estilos de sarapes también, eso lo aprendí gracias a la maestra tejedora. Hay bastantes colores que se usan más allá de los tradicionales, hay un mundo detrás de eso y además habito en el Centro Histórico, al transitar sus calles podía ver la cantidad de patrones que seguían en sus fachadas”, explicó respecto a su interés por trabajar este tema.

Las piezas están basadas en un archivo personal de fotografías que, a modo de rompecabezas, fue editando y uniendo para crear cada imagen, las cuales una vez impresas y enmarcadas, recibieron la intervención de unos remates en tejido de lana, lo que hace que cada obra, en la distancia, den la ilusión de ser un sarape real.

“Quiero agradecerle a todas las personas que me creyeron desde el principio, quiero agradecerle a todas las personas que saben qué clase de personas soy, que me conocen desde hace muchos años y que no dudaron de mí, ni de mi trabajo, ni por ser una artista emergente ni por ser arquitecta y que este sea un paso más a vencer este sistema patriarcal que siempre beneficia a los hombres”, concluyó.