Presentan ‘El vendedor de silencio’, retrato de los claroscuros de una poderosa voz
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Con la participación de su autor, Enrique Serna, así como de Armando Castilla, CEO de grupo Vanguardia, se llevó a cabo esta charla sobre el más reciente libro del escritor mexicano
“Su pluma tenía el poder de quitar y poner en sus sillas a cualquier persona influyente en la sociedad”, así describió Armando Castilla, CEO de Grupo Vanguardia, a Carlos Denegri, periodista mexicano que a mediados del siglo XX fue una de las voces más influyentes del país y cuya corrupción resalta como su oscuro legado, mismo que es retratado por el escritor Enrique Serna en su más reciente libro “El vendedor de silencio” (Alfaguara, 2019), cuya presentación corrió a cargo de ambos en el marco de la Feria Internacional del Libro Coahuila 2021 (FILC).
El evento se llevó a cabo este viernes 17 de septiembre en la Sala Manuel Acuña donde, tras una breve introducción, Castilla dirigió la conversación con Serna, a lo largo de la cual fueron desmenuzando algunos de los puntos más importantes de la novela, ficción a fin de cuentas, así como de distintos aspectos de la vida de Denegri, la sociedad mexicana en su relación con los líderes de opinión y la práctica del periodismo en general.
“Yo tenía la intención, sobre todo, de darle vida, humanizar, a este personaje. Porque yo desde hace unos 30 años, cuando leí algunas anécdotas sobre la vida de Carlos Denegri me sorprendió que hubiera podido existir una persona tan soberbia y al mismo tiempo tan vulnerable”, compartió Serna al respecto de sus objetivos en la creación de este libro.
“Porque Denegri era un hombre intoxicado de poder, que ejercía ese poder de una manera despótica, tanto en su ejercicio de la profesión periodística como en su trato con las mujeres, pero al mismo tiempo él tenía un punto débil, que era una proclividad hacia el precipicio, que lo arrastraba con más fuerza que la ambición y eso para mí lo convierte en un personaje trágico, y me pareció interesante narrar esta novela desde la conciencia del personaje, una conciencia en desintegración, porque la novela generalmente narra la lucha interior que se libra dentro del alma de la persona y en este caso yo quería mostrar cómo puede un joven, que era idealista, que tenía ciertos ideales de justicia social, por imitación de su padrastro Ramón P. Denegri, que fue uno de los introductores del marxismo en México, va a evolucionar, va a tener una serie de claudicaciones que lo meten en un proceso degenerativo hasta llegar a convertirse en lo que él es al final de su vida”, agregó.
Castilla destacó una parte de la investigación que Serna realizó sobre Denegri, donde tuvo que entrevistar a su hija, Pilar Denegri, conversación que aportó hacia el lado privado del periodista, central en la novela.
“Pilar me parece un prodigio de salud mental, porque a pesar de haber vivido una infancia tan atroz; ella fue, por ejemplo, la primera que llegó a ver el cadáver de su padre cuando lo acababan de matar. Es una mujer que hizo una carrera profesional, ha ocupado puestos importantes [...] y con mucha generosidad aceptó contarme a mí lo que había averiguado sobre la vida de su padre a lo largo de muchos años en los que ella estuvo entrevistando a gente que lo conoció y de hecho la historia principal que me contó es donde creo que se genera la misoginia de Carlos Denegri, que es un trauma infantil que se lo contó el caricaturista Rafael Freyre, que era un gran amigo de Denegri, que a su vez Denegri se lo había confesado en una borrachera”, comentó.
Al respecto de borracheras también salió el tema del alcoholismo, que afectó la vida de este periodista y que en aquella época era un padecimiento ligado al ejercicio periodístico, tan común que “Octavio Paz dice que ingresó al servicio exterior porque temía que si se dedicaba al periodismo se iba a volver alcohólico”, comentó sobre el tema Serna, “era casi una tradición que los periodistas inclinaran el codo, yo no sé si también era por una suerte de frustración profesional, porque la función que ellos desempeñaban era bastante indigna, por eso quise yo contrastar a Denegri y a otros personajes que fueron como él con figuras como Jorge Piño Sandoval, que se dedicó durante un año a denunciar todas las corruptelas de la camarilla que rodeaba al presidente Miguel Alemán [...] Este personaje aborrecía a Carlos Denegri, veía en él toda la encarnación de lo más nefasto del periodismo mexicano”.
Antes de concluir conversaron sobre el estado del periodismo en el México actual. Serna señaló a Carmen Aristegui como un ejemplo de buenas prácticas en este sentido y a nombre de su equipo, Castilla le increpó cuál es una de las lecciones que los periodistas pueden tomar de este episodio a través de “El vendedor de silencio”.
“Creo que la celebridad que se obtiene gracias a la estrecha complicidad con los poderoso se esfuma con una enorme facilidad, porque una de las cosas que yo me di cuenta cuando hice esta novela es que ya nadie sabía quién era Carlos Denegri [...] Era un hombre completamente olvidado”, concluyó.
Al terminar la charla —y después de una breve sesión de preguntas y respuestas—, misma que se transmitió a través de la página oficial de Facebook de VANGUARDIA, Serna pasó al exterior de la sala para firmar libros y convivir con sus lectores.