Rescata la Rondalla Romance Saltillense el género musical del amor
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Integrada por exalumnos de la secundaría Federico Berrueto Ramón, esta agrupación presenta su primera producción discográfica, en la que llevan la música de rondalla a un nivel mucho más profesional pero igual de romántico
Hace unos años algunos miembros de las generaciones de 1986 a 1992 de la secundaria Federico Berrueto Ramón, ex-integrantes todos del grupo de rondalla dirigido por el profesor Gerardo Muro, comenzaron a saborear la idea de reunirse de nuevo, grabar un disco, dejar algo para la posteridad, un producto de su pasión por la música romántica.
Pero el trajín de la vida adulta, los compromisos personales y otros factores dejaron este plan en mera idea, hasta que la lamentable muerte de Omar Nuche debido al COVID-19, uno de los más acérrimos propulsores de este proyecto, detonó el ímpetu pero llevar a la práctica lo que por tanto tiempo solo fue un sueño.
La Rondalla Romance Saltillense es el resultado de este esfuerzo, un homenaje a al maestro que los unió, al amigo que se adelantó, y también a esta expresión cultural tan saltillense, así como a las agrupaciones que le dieron el estatus legendario que actualmente ostenta, a la par de que busca rescatar esta tradición ante la menguante práctica de la misma.
En VANGUARDIA conversamos con Pedro Juárez, Diego Padilla y Luis Gerardo Marines, tres de sus 25 integrantes, quienes nos contaron un poco más sobre este ensamble que está presentando su producción discográfica “Homenaje a Saltillo y sus Rondallas”, que a través de 14 canciones ofrece un viaje por la nostalgia y las formas más románticas de cantar sobre el amor.
“Algunos nos alejamos de la música, en la manera formal, de ensayar, de practicarla”, recordó Padilla sobre el proceso de regresar a la música que para muchos de ellos representó, “en mi caso, soy cirujano dentista, ortodoncista, maestro universitario, realmente no había mucho espacio para la música. Alguno de los compañeros incluso tuvieron que volver a comprar guitarra porque ya no tenían”.
Otros, como Pedro Juárez, músico y docente, han dedicado sus vidas a este arte y de hecho fue su participación la que llevó a otro nivel esta producción. Él se encargó de los arreglos musicales así como de la dirección, gracias a la cual pudieron atender ciertos vicios en el ensamble con los que cargaban desde la adolescencia, cuestiones técnicas que parecerían irrelevantes pero que hicieron la diferencia entre el grupo que conformaron como estudiantes y con el que ahora están frente al público saltillense.
“En mi vida universitaria colaboré con varias rondallas, y no he dejado de lado la guitarra. Tal vez no como yo quisiera, la carga laboral a veces no te da chanza, pero sí hay compañeros que dicen que desde que salí de la Berrueto no volví a agarrar una guitarra”, continuó Marines.
“Que nos tuvo ensayando desde el mes de marzo, pasado, cada semana nos juntábamos un jueves para realizar ensayos y ahí la práctica de todos, la dedicación de ponerse a ensayar nuevamente para retomar, fue maratónica la verdad. Entramos al estudio en el mes de junio, entonces de marzo a junio fue una buena rutina de ensayos”, agregó.
Las grabaciones se hicieron en el estudio de la Sección 38, donde colabora Juárez, y contaron con el apoyo de Gustavo Badillo, ex-integrante del grupo de rock local KGB, quien radica en Cancún y desde allá, en su estudio, se encargó de la masterización, así como de la Secretaría de Cultura de Coahuila y del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo.
El disco cuenta con canciones como “Enséñame a querer”, “Solo te amo a ti”, “Dos enamorados”, “Solo puedo decir te amo” y “No la alejes de mí”, entre otras, así como una fusión especial con guitarra eléctrica para “Déjenme ser”, versión en español del clásico “Let it be” de The Beatles y un arreglo del tango “Cuando estemos viejos”, acompañado por el bandoneón del maestro argentino Norberto Vogel, quien grabó su intervención desde Buenos Aires.
Estos arreglos, recalcó el músico, no modificaron la esencia sencilla del género, no la dotaron de elementos extra, o composiciones compleja. Se mantuvieron fieles a la naturaleza de la rondalla, a pesar de estos toques extra.
“El disco es un regalo a nuestro Saltillo, la finalidad del disco es fomentar la tradición de las rondallas que está desapareciendo. El género está no como quisiéramos, está un poquito empolvado, hay que desenterrarlo porque a final de cuentas es una tradición, así como para Guanajuato son las estudiantinas y para Jalisco es el mariachi, ya todos asocian rondallas con Saltillo”, expresó Marines.
“Parte de la mística de la rondalla es ese romanticismo de chavos”, agregó por su parte Juárez, “de que el niño se enamora de la niña, la niña del niño, el niño le lleva la serenata. De hecho por eso se llama rondalla, porque ronda, vas en la noche a cantar y es parte de esa mística”.
“Y yo pienso que a pesar de que los géneros musicales siempre van evolucionando esa situación del romanticismo, del gusanito en la panza, eso ha sido siempre y seguirá siendo, entonces este es un género que llega directamente a ese punto. A los jóvenes que están enamorados y van con la niña, con el niño, a manifestarles su cariño. Eso va a seguir vivo pase lo que pase”, concluyó.
Si bien tenían planeada la presentación en público del álbum en agosto pasado, debido a las condiciones de la pandemia esto no fue posible, aunque esperan pronto reagendar el concierto. Sin embargo, sí tuvieron la oportunidad de cantarle “Las mañanitas” a Saltillo el pasado 25 de julio desde la Plaza Mirador, y el disco ya se encuentra a la venta en la Casa de la Cultura, en horario de oficina, y a través de Spotify y Apple Music, donde ya han alcanzado altos niveles de reproducciones.