Theremin, un instrumento que suena sin tocarse
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Fue inventado por entre 1917 y 1920 el científico y músico ruso Lev S. Termen. Crear sonido sin ningún contacto físico es algo fuera de lo común, dice Mendoza.
Ciudad de México. Uno de los placeres de hacer música radica en la relación física que se establece con los instrumentos. Frotar una cuerda, accionar un teclado, soplar por una boquilla o golpear una superficie, son acciones que permiten al ejecutante alcanzar este fin.
El theremin es un instrumento prácticamente desconocido, pero su sonido ululante se asocia mucho a las películas de ciencia ficción de los años 50. Una particularidad lo distingue de otros instrumentos: se toca sin tocarse. El instrumento es una caja con dos antenas que produce sonido acercando o alejando las manos de las antenas, sin llegar a tocarlas.
Fue inventado entre 1917 y 1920 por el científico y músico ruso Lev Sergeyevich Termen (llamado Leon Theremin en Estados Unidos), quien hacía experimentos de radiofrecuencia. "Es algo así como la interferencia que hacían las radios de bulbos -dice en entrevista Ernesto Mendoza, quien se ha dedicado a propagar sus virtudes en México-. Aprovechó esto como una forma de controlar el sonido y se le ocurrió que podía crear un instrumento musical a partir de esta propiedad física del sonido".
Mendoza, quien se presentará hoy con el peculiar theremin en el ciclo Rara Avis en el Centro Nacional de las Artes, cuenta que Termen presentó el instrumento en la Feria de Tecnología de Moscú de 1929, agrega el joven músico. "Incluso Lenin conoció al inventor y quedó fascinado. El gobierno ruso le permitió hacer una especie de campaña porque el instrumento fue visto quizá como una bandera política, porque se decía que la electricidad era buena para el comunismo. Sin embargo, su creación obedeció a fines meramente musicales, porque su inventor era chelista".
No es un instrumento muy común...
No, siempre ha estado en círculos elitistas, por ejemplo en los círculos avant garde, debido a que no es un instrumento del que se hayan hecho producciones masivas. Unicamente en los años 30, la RCA fabricó 300 aparatos, que contra otros instrumentos es muy poco. Además, no hay escuelas para aprender a tocarlo. Fue hasta los años 90 que empieza a resurgir y compañías de instrumentos electrónicos como Moog empiezan a fabricarlo en serie. Actualmente hay varias compañías.
¿Y la sensación de tocarlo, sin tocarlo?
Físicamente no hay ninguna sensación. La sensación más bien proviene de un estado emocional, porque el crear sonido sin ningún contacto físico es algo fuera de lo común. Es como magia, como crear el sonido a partir de mover únicamente las manos, pero físicamente no produce ninguna corriente eléctrica o algo así.
¿Se afina?
Bueno, lo que uno hace es afinarse con el instrumento. Alrededor del theremin hay un campo magnético entre las antenas; conforme acerco o retiro las manos a las antenas, el volumen se hace más fuerte o más bajo, en el caso de la antena horizontal, y más agudo o más grave si la acerco o la alejo de la otra. No hay un lugar fijo donde estén las notas, pues el sonido varía con el más pequeño movimiento; lo único que se hace es ajustar el tamaño del campo magnético a la distancia que tiene el brazo de la antena para encontrar las notas moviendo los dedos. Todo esto se maneja de oído.
¿Qué vas a tocar?
El segundo movimiento del Concierto para contrabajo y orquesta, de Lars Eric Larson, una pieza de Heitor Villa-Lobos, un fragmento de El carnaval de los animales, de Saint-Saëns, obras de Fauré y Debussy, un par de piezas de Ernesto Lecuona, una canción de cuna de Bulgaria y otras obras, todas de diferentes cortes. Me van a acompañar Pablo Miguel en el piano y sintetizador y Carlos Gómez en la guitarra.