Los Relámpagos de Jorge, literatura sin solemnidad hecha en Saltillo

El Círculo de Escritores Jorge Ibargüengoitia fue de los primeros proyectos que la nueva administración del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo difundió y apoyó. Su objetivo es el de proporcionar a los autores locales un espacio para la maduración de ideas en proceso, textos que a lo largo de meses tomaron forma hasta su culminación.

Los Relámpagos de Jorge es el nombre que le dieron al trío de publicaciones que surgieron de dicha iniciativa, producto de la pluma de Laura Luz Morales, Livio Ávila y Ricardo Bernal bajo la mirada crítica de Jesús de León y la edición de Elsa Tamez.

La presentación se llevó a cabo el pasado lunes 23 de julio en el Centro Cultural Vito Alessio Robles en el marco del Festival Internacional de Cultura de Saltillo por su aniversario 441, en donde los cinco expresaron su opinión respecto a la colaboración que surgió y los procesos que llevaron a cabo para darle una conclusión satisfactoria a cada uno de los libros.

“Estos libros son el resultado de mucho trabajo”, expresó Tamez, “primero la chamba personal de cada autor y luego enfrentarse a la rigurosidad, perfección y experiencia del maestro Jesús. Lograr terminar una obra bajo las exigencias del maestro no debió ser sencillo y por eso celebro el resultado que posteriormente llegó a mis manos”.

Por su parte, Jesús de León destacó la enseñanza de Ibargüengoitia —a quien se dedica la colección editorial—, de no caer en la solemnidad.

“Porque ya sabemos que una de las principales fuentes de la solemnidad es la literatura. Sobre todo en la forma como nos enseñaron la literatura en primaria y secundaria, donde la única materia que nos aburría más que la literatura era la historia y quizá por eso Ibargüengoitia se vale de la anti-solemnidad para quitarle el respetable polvo académico a la literatura y a la historia”.

“No faltará quienes, en defensa de la siempre sacrosanta respetabilidad, argumenten que el anti-solemne le está faltando al respeto a los próceres, a las sagradas instituciones, al terruño y hasta a nuestra parentela. Y no es para tanto, uno busca descansar de las poses hieráticas y de saltar por ahí”.

Bajo esta idea se fueron puliendo los textos “¿Cómo crees que se enamoran los patos?” de Morales, “Cactus, nopales y rosas” de Ávila y “Crónicas y otros extremos” de Bernal, los cuales presentan, sin miedo a alejarse por completo de la solemnidad y sus correctas formas y modos, las inquietudes de sus autores.

Las publicaciones se pueden encontrar en formato digital y en físico a través del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo.

Crónicas y otros extremos
El libro de Bernal es sin duda el que, de los tres, presenta de manera más puntual la anti-solemnidad en la literatura que De León describió. En esta obra el escritor muestra los contrastes entre el Saltillo de ayer y el de hoy con un lenguaje de barrio, vulgar, en ocasiones grosero, pero siempre salpicado de detalles que no pasarán desapercibidos a los lectores que hayan sido testigos del crecimiento de esta urbe en las pasadas décadas.

“Algo que siempre generan los talleres del maestro De León son sorpresas, en mi caso caso generó este libro de crónicas urbanas”, explicó el autor, “me dijo que le variara a lo que iba haciendo, me aventé el experimento y salió bien”.

“Yo manejo el rollo del lenguaje callejero, el caló de la urbanidad, de las periferias y pues dijimos vamos a hacer algo, a ver qué tal pega. Sí pegó el chicle y a ver si no se despega tan pronto, porque a lo mejor cuando lean el texto dirán ‘oye, pos no lo pegaron tan bien’”, agregó entre las risas de los asistentes.

¿Cómo crees que se enamoran los patos?
El texto de Laura Luz Morales aborda las relaciones tóxicas, de aquellas parejas que no pueden estar separadas, pero al estar juntas se hacen daño. “Para ellos es muy difícil jugar en la vida, porque la vida es un juego y entonces ellos no lo ven como algo serio, como una madurez, y cuando piensan que están saliendo adelante, lo que hacen es todo lo contrario, es reencontrarse, caer en la adolescencia y arruinarlo todo”.

“Me habían contado muchas leyendas sobre el maestro Chuy de León y yo no había tenido el placer de estar en algún taller con él. Ahora sé que sí son ciertas muchas de ellas”, expresó sobre su experiencia la escritora, “en su mayoría lo son. Sí provoca terror, pánico y sudoración en algunos momentos pero creo que al final aporta al trabajo con esa manera de ser y esa forma directa de hacer las cosas, hace un gran favor porque nos ahorra mucho tiempo”.

Cactus, nopales y rosas
En cambio, Livio Ávila se desata en su antología de cuentos, en los cuales narra las historias que a él le gustaría leer y no ha encontrado. “Quiero sacar algunos demonios y a la vez burlarme de cuestiones sociales que me causan gracia”, comentó en la presentación.

Los diferentes matices de la sexualidad son el principal aspecto que mueve estos textos breves. Al igual que sus compañeros tampoco muestra temor alguno en dirigir sus palabras hacia la creación de escenas que a muchos podrían resultarles incómodas o inapropiadas, pero siempre con la intención de expresar las situaciones de una comunidad que aún hoy día se ve en muchas ocasiones obligada a permanecer oculta, controlada, solemne.

“En este libro hablo sobre la relación homosexual, pero a la vez mostrando que también pues hay percepciones distintas, además de la crudeza de situaciones duras para una persona que, por ejemplo, está reprimida”, comentó.