Apuntes personales sobre el “yo chiquito” y la entrega al flujo de la vida (tomado de algún “Pacofest”)

Opinión
/ 4 julio 2024

En el proceso personal descubrimos que hemos construido una identidad, un falso yo, un yo psicológico. Esta identidad está hecha de pedazos, un yo chiquito formado con retazos de creencias, imágenes, interpretaciones. Este yo pequeño está formado desde la carencia y esa sensación de carencia nos lleva a buscar la unidad. La búsqueda se vuelve el motor de nuestro proceso y nos da calma.

Al ocuparnos en experiencias transpersonales (experiencias que trascienden la identidad), aprendemos a vivir sin la fracturación, sin el ser chiquito que está compuesto por retazos. Ese ser chiquito (la personalidad, el ego) siempre es conflictiva y es ese conflicto que nos lleva a buscar, a ser buscadores.

Al encontrar, dejamos de buscar. En este punto de nuestro camino empezamos a desidentificarnos de los mecanismos de defensa, comportamientos habituales que hemos construido para funcionar en el mundo desde el yo pequeño. Al hacer esto, al desapegarnos de hábitos, comportamientos, identificaciones, creencias, e interpretaciones, logramos, en el mejor de los casos, entrar al flujo de la vida.

Puedo decir que, a través de mi camino y proceso, ese flujo de vida ha llegado a ser el lugar donde pongo mi fe. Sé que es un lugar en donde nada es predecible, pero donde todo es seguro. La vida lleva nosécuántosaños, y sigue y seguirá. Tal vez no será como mi yo pequeño quisiera o cree que debe ser, pero es un hecho que seguirá.

He escuchado a adultos medianos y mayores lamentarse porque, “¿Qué mundo les vamos a dejar a los hijos?” y también porque, “¿Qué van a hacer estas generaciones nuevas con un mundo sin agua, etc.?” La verdad es que no tengo respuestas a esas preguntas. Lo que si tengo es la fe de que si la humanidad, y la Tierra, han continuado a pesar de haber pasado por pandemias, guerras, tragedias, gobernantes, anarquía, dictadores, plagas, sequías, inundaciones...seguramente “seguirá continuando”. Es evidente que no sé cómo, y que no me tocará.

Mientras tanto, hago mi trabajo para traspasar mi yo chiquito y entregarme al flujo de la vida.

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