¿Sabías que muchas veces el éxito en tu trabajo o en tus relaciones depende de tu jefe?
Aunque no lo creas todos tenemos un jefe, inclusive las personas retiradas, los jóvenes y los niños. Nuestra especialista en salud mental nos da más detalles sobre él, ¿te imaginas de quién hablamos?
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29 marzo 2023
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Existe una parte en tu cerebro que desempeña la función de un jefe, existen jefes buenos que te llevan al éxito y jefes no tan buenos que te pueden hundir y meterte en problemas.
Tu jefe interno se llama el Lóbulo Frontal y se encuentra localizado en la parte anterior del cerebro y ocupa aproximadamente el 30%, está mucho más desarrollado en los humanos que en los animales, en los chimpancés ocupa el 17%, 3.5% en los gatos y 1% en los ratones.
Algunas de las funciones más importantes de su trabajo son: Te permite estar enfocado, controlar tus impulsos, opera como un freno que te previene de decir o hacer cosas estúpidas.
Todo el mundo tiene pensamientos raros, estúpidos o desagradables, nunca nadie debe escucharlos. Las personas con una buena función en el lóbulo frontal no los sueltan.
El Lóbulo Frontal está involucrado en funciones como organización, planeación anticipada, con la empatía, aprender de los errores que cometemos para no repetirlos una y otra vez.
Cuando hay problemas en el Lóbulo Frontal podemos tener poca capacidad de atención, ser desorganizados, no controlamos los impulsos, procrastinamos, llegamos tarde a las citas, no pensamos las cosas antes de hacerlas o decirlas, tendemos a ser brutalmente honestos lo cual no ayuda mucho porque las relaciones humanas requieren tacto. Falta de empatía, tienden a ver lo negativo, mienten, se meten en conflictos, buscan el drama y terminan tomando muy malas decisiones.
Algunas cosas que impactan al lóbulo frontal son los hábitos poco saludables como fumar, la obesidad, golpes en la cabeza, algunos tipos de depresión.
¿Cómo mantienes una buena relación con tu jefe para tener éxito en tu vida?
1. Definir tus objetivos; tienes que decirle al cerebro qué quieres.
2. Ejercicio físico.
3. Dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos simples.
4. Respiraciones profundas.
5. Medicamentos o suplementos como Ginkgo siempre prescrito por un médico.
6. No decir todo lo que piensas.
7. Trabajar para inhibir tus impulsos negativos.
Ejercicio: ¡Apretar y Sonreír!
1. Antes de actuar impulsivamente, ante una situación de miedo o enojo, inhala profundamente por la nariz.
2. Sostienes el aire un par de segundos. Exhalas por la nariz
4. Simultáneamente, aprietas fuertemente los glúteos y al mismo tiempo pones una ligera sonrisa.
5. Te mantienes apretando, sonriendo y respirando de 1 a 3 minutos.
Este ejercicio vale oro y te ayudará a evitar conflictos. Practica cada día para que te acostumbres a usarlo antes de que ocurra la situación.
¡Ama a tu cerebro! Cuando tu cerebro funciona bien, tú funcionas bien.
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Fuente:
Literatura del Cerebro ©AmenClinics usada con permiso.
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