Cárteles mexicanos, ¿son organizaciones terroristas?
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No se trata de un asunto menor, sino de uno de la mayor gravedad, pues implica un punto de inflexión que se traduciría en dejar atrás la cooperación bilateral para combatir el fenómeno del narcotráfico
Mucho se ha comentado en las últimas horas sobre la posibilidad de que los cárteles mexicanos puedan ser declarados “organizaciones terroristas” por el gobierno de Estados Unidos. El señalamiento suena grave por sí mismo, pero no están claras las implicaciones de que tal declaración pudiera convertirse en realidad.
¿Qué significa exactamente tal posibilidad? Para responder a la interrogante sirve bien acudir a la cinematografía, específicamente a la película “Sicario, Día del Soldado”, en la cual se desarrolla precisamente esa idea.
El filme, protagonizado por Benicio del Toro y Josh Brolin, desarrolla una trama según la cual, luego de un atentado terrorista, perpetrado por un grupo de presuntos extremistas islámicos que ingresaron a Estados Unidos a través de la frontera con México, el gobierno del vecino país decide recurrir a “medidas extremas” para combatir el tráfico de personas.
De acuerdo con el guion, desarrollado por Taylor Sheridan, el principal problema en la frontera entre México y Estados Unidos está constituido por el control que las mafias mexicanas ejercen en dicha zona y que se traduce, sobre todo, en la introducción ilegal de personas a dicho país.
Las semejanzas con la realidad son realmente inquietantes, pues el núcleo del discurso de Donald Trump en contra de nuestro País es justamente ese: que los cárteles mexicanos representan una amenaza grave en contra de la seguridad interior del vecino país.
Más inquietante aún es la forma en que se traduce la determinación de declarar organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos en la película citada: el lanzamiento de una operación encubierta cuyo objetivo es provocar una “guerra” entre los distintos grupos criminales mexicanos como fórmula para aniquilarlos.
¿Qué tan cerca se encuentra dicha realidad de nosotros en estos momentos? A decir del presidente de Estados Unidos, se trata de una posibilidad inminente: “he estado trabajando en eso durante los últimos 90 días. Saben, la designación no es tan fácil, se tiene que pasar por un proceso y estamos bien metidos en ese proceso”, dijo ayer el neoyorkino.
El Gobierno de México ha reaccionado de inmediato advirtiendo que ha “establecido contacto” con sus homólogos allende la frontera, a fin de “tratar el tema y continuar con la agenda bilateral de la mejor forma”.
No se trata de un asunto menor, sino de uno de la mayor gravedad, pues implica un punto de inflexión que se traduciría en dejar atrás la cooperación bilateral para combatir el fenómeno del narcotráfico y transitar hacia un modelo en el cual la Casa Blanca tome decisiones unilaterales para el uso de la fuerza en contra de los cárteles mexicanos de la droga.
En este sentido, conviene recordar lo que se ha señalado en más de una ocasión: la discusión del tema se enmarca en el proceso electoral norteamericano y Donald Trump hará todo lo que le haga falta para conseguir la reelección en el cargo.
En otras palabras, estamos ante la posibilidad de que, como suele advertirse con frecuencia, la realidad supere a la ficción cinematográfica.
