Coronavirus: las niñas y los niños en casa, en tiempos de cuarentena
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En México existen 198 mil escuelas públicas de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) que atienden en promedio 4.5 millones de niñas, niños y adolescentes, el 29% de la población total del país. Por el momento, no contemos las escuelas privadas para poder hacer un análisis de la situación.
El COVID-19 nos ha tomado por sorpresa a todas y todos. No es sencillo cambiar la rutina de un día para otro, aunado a que no todas las familias tienen el privilegio de poder quedarse en casa. El 23% de los mexicanos trabaja en auto-empleo, lo que quiere decir que no tiene prestaciones sociales ni un sueldo fijo, lo que significa es que si no hace algo todos los días no podrá tener ningún tipo de ingreso a su familia.
En otras palabras, casi un cuarto de la población económicamente activa no puede darse el lujo de darse en casa. Aquí está el primer problema que tiene que ver con la capacidad que tienen las familias de quedarse en casa y cuidar a sus hijos. Básicamente el 25% no puede hacerlo, deberá buscar a alguna persona que lo haga o en el peor de los casos, muchos de ellos optan por dejarlos solos a la falta de alternativas.
Por otro lado, las escuelas han optado por mandar trabajo y tareas a casa, con el afán que las alumnas y los alumnos sigan avanzando en el programa escolar.
¿Qué significa el homeschooling o estudiar en casa? La educación en el hogar es la decisión de las familias por optar a estudiar en casa, es muy popular en Estados Unidos y Europa. En América Latina y en México, no es algo muy común aún.
Cabe mencionar la ansiedad y desesperación que puede producir en las niñas, niños y adolescentes como en sus familias, es otro factor trascendental. Si bien para los adultos ha sido difícil hacer estos cambios en la vida cotidiana de forma abrupta, y nos asusta la incertidumbre; para las niñas, niños y adolescentes puede resultar más difícil.
Veamos que están haciendo en otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos a aquellas familias que no tengan una laptop (con hijos en nivel primaria) les están entregando una, y tienen las plataformas digitales para que las niñas y los niños estén llevando sus asignaturas en formato virtual, todo esto en escuelas públicas. En Francia, Inglaterra, Alemania y países escandinavos no son diferentes las formas en que están atacando el problema.
Si bien es cierto, que los países antes mencionados son los que tienen mejores índices en términos educativos. Es importante detenernos un segundo en este tema, la infancia y las escuelas, puesto no sabemos aún cuánto tiempo durará la contingencia y ni las repercusiones económicas y sociales reales que tendrá en la forma de vida para todos.
En este sentido, es sumamente necesario que autoridades, empresas y sociedad en general re-pensemos la educación de nuestras niñas, niños y adolescentes en estos tiempos de crisis, pero sobre todo con mira a lo qué pasará en los próximos meses y años.
Invertir en niñas, niños, adolescentes y jóvenes es invertir en el desarrollo sostenible de nuestro país. Pensar fuera de la caja e incluirlos en las propuestas de política pública en medio de esta crisis debe ser una prioridad para todos.
No se trata solamente de cómo entretenerlos en casa estos días, se trata de cómo los formamos para su futuro en tiempos de crisis.
@garciacecy_
ceci.garcia@dcamexico.org