La propuesta de Marx
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Cinco afirmaciones del ideólogo de la Revolución Rusa que siguen vigentes no obstante el fracaso del comunismo
Eva Ontiveros/
¿Te gusta la idea de tener uno o dos días libres después de la semana laboral para usarlos como mejor te parezca? ¿Eres una de esas personas que no tolera la desigualdad, la injusticia ni la explotación?
Si ese es tu caso, estás del lado de Karl Marx, el escritor prusiano de origen judío que defendió esas y muchas otras causas en favor de los trabajadores.
No obstante, Marx se equivocó en muchas cosas: por ejemplo en sus predicciones sobre la muerte del capitalismo y en el surgimiento de una sociedad sin clases.
De hecho, muchas de sus ideas han servido de inspiración para experimentos sociales que a menudo han resultado desastrosos.
Pero Marx también acertó en otras nociones que han contribuido a que el mundo sea un lugar mejor.
Veamos cinco de las ideas más apreciadas de Karl Marx.
1. Él pretendía mandar a los niños a la escuela, no al trabajo
En la actualidad esta es una propuesta convincente para muchos. Pero en 1848, cuando Karl Marx estaba escribiendo junto a Federico Engels el “Manifiesto comunista”, el trabajo infantil era la norma.
Incluso hoy en día uno de cada 10 niños en el mundo está sometido a trabajo infantil, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (2016).
El hecho de que tantos menores hayan logrado pasar de la fábrica a las aulas tiene mucho que ver con el trabajo de Marx.
Linda Yueh, autora del libro The Great Economists: How Their Ideas Can Help Us Today (“Los grandes economistas: cómo sus ideas nos pueden ayudar hoy”), dice que una de las 10 propuestas del Manifiesto Comunista, escrito por Marx y Engels incluia la educación gratuita para todos los niños en las escuelas públicas y la abolición del trabajo infantil en las fábricas, donde los niños eran vilmente explotados.
Marx y Engels no fueron los primeros en abogar por los derechos de los niños, pero “el marxismo contribuyó a ese debate en ese periodo de finales del siglo XIX”, señala Yueh.
2. Él quería que tuvieses tiempo libre y que tú decidieras cómo usarlo
¿Te gusta la idea de no tener que trabajar todo el día, los siete días de la semana?
¿Y qué tal una pausa para el almuerzo?¿Te gustaría jubilarte y cobrar una pensión en la vejez? Si tu respuestas a estas preguntas son afirmativas, puedes agradecérselo a Karl Marx.
El profesor Mike Savage, de la London School of Economics, afirma: “Cuando te ves obligado a trabajar jornadas muy prolongadas, tu tiempo no es tuyo. Dejas de ser responsable de tu propia vida”.
Marx escribió que para sobrevivir en una sociedad capitalista, la mayor parte de la gente se vería obligada a vender lo único que tiene: su trabajo- a cambio de dinero.
Según él, ese formato llevaría a que el trabajador viviera sintiendo que ha perdido toda su humanidad.
Marx quería más que dinero para los trabajadores: deseaba que fuesen independientes, creativos, y sobre todo, dueños de su propio tiempo.
“Básicamente él planteaba que deberíamos vivir una vida que fuese más allá del trabajo. Una vida en la que tuviéramos autonomía, en la que pudiéramos decidir cómo queríamos vivir. Hoy en día, esta es una noción con la que la mayoría de personas estamos de acuerdo”, dice Savage.
“Marx quería una sociedad en la que una persona pudiese ‘cazar por la mañana, pescar después de comer, criar ganado al atardecer y criticar a la hora de la cena’, como dice la célebre cita. Él creía en la liberación, en la emancipación y en la necesidad de luchar contra la alienación”, añade Savage .
3. No todo gira alrededor del dinero. También necesitas estar satisfecho con tu trabajo
Tu trabajo puede ser una gran fuente de alegría “si puedes verte reflejado en lo que logras con lo que adquieres como producto de ese trabajo”.
El empleo debería proporcionarnos la oportunidad de ser creativos y mostrar todo lo bueno de nosotros mismos: ya sea nuestra humanidad, nuestra inteligencia o nuestras habilidades.
“Pero si tienes un trabajo miserable que no encaja con tu sensibilidad, terminarás sintiéndote deprimido y aislado”.
Marx fue uno de los primeros pensadores que relacionó la satisfacción laboral con el bienestar.
“Según él, ya que pasamos tanto tiempo en el trabajo deberíamos obtener algo de felicidad a cambio de nuestra labor.
“Sentir orgullo por lo que produces te llevará a la satisfacción laboral que necesitas para ser feliz”, decía Marx.
4. No soportes lo que no te gusta. ¡Cámbialo!
Si algo no funciona en tu sociedad, si sientes que hay injusticia o desigualdad, puedes armar barullo, organizarte, protestar y luchar por el cambio.
Karl Marx creía en la transformación y animaba a los demás a impulsarla. La idea se volvió muy popular.
Si hoy en día eres uno de esos individuos que creen en el cambio social, probablemente conoces el poder del activismo.
La protesta organizada ha provocado un gran replanteo social en muchos países: la legislación contra la discriminación racial, contra la homofobia, contra el prejuicio de clase…
Según Lewis Nielsen, uno de los organizadores del Festival del Marxismo en Londres, “necesitas una revolución para cambiar la sociedad. Así fue cómo personas comunes y corrientes lograron tener un servicio nacional de salud y una jornada laboral de ocho horas”.
Se suele decir que Marx fue un filósofo, pero Nielsen no está de acuerdo. “Eso hace a la gente pensar que lo único que hizo fue filosofar y proclamar teorías”.
“Pero si ves lo que Marx hizo con su vida verás que también fue un activista. Creó la Asociación Internacional de Trabajadores y estuvo involucrado en campañas de apoyo a trabajadores que estaban en huelga. Su grito de ‘¡Proletarios de todos los países, uníos!’ es un verdadero llamado a las armas”.
Nielsen cree que el verdadero legado de Marx es que “ahora tenemos una tradición de luchar por el cambio. Esto está basado en la teoría marxista, aunque los que protesten no se consideren seguidores de Marx”.
“¿Cómo lograron las mujeres el voto?”, pregunta Nielsen. “No fue porque los hombres en el Parlamento sintieron lástima por ellas, sino porque ellas se organizaron y protestaron. ¿Cómo logramos el fin de semana sin trabajo? Porque los sindicatos se declararon en huelga para conseguirlo”.
5. Ten cuidado cuando el Estado y las grandes empresas tienen una relación muy cercana… y vigila lo que hacen los medios.
¿Qué piensas de las relaciones que tiene el Estado con las grandes corporaciones?
Esas confluencias preocupan hoy en día a muchas personas, que buscan examinarlas más de cerca.
Pero adivina qué: Marx, junto con su amigo y compañero ideológico Engels, hizo exactamente eso en el siglo XIX.
“Ellos (Marx y Engels) analizaron con mucho cuidado las redes de cooperación que existían en aquel entonces entre gobiernos, bancos, empresas y los agentes clave de la colonización”, dice Vegh Weis.
“¿Su conclusión? Si una práctica, deplorable o no, resultaba ser buena para los negocios y para el Estado —como por ejemplo la esclavitud como medio de promover el impulso colonial—entonces la legislación sería favorable para dicha práctica”.
Las agudas observaciones de Marx sobre el poder de los medios de comunicación también son muy relevantes en el siglo XXI.
“Marx comprendía muy bien el poder que tienen los medios para influir la opinión pública. En estos días hablamos mucho de las ‘fake news’, que es algo que Marx ya hizo en su tiempo”, dice Vegh Weis.
“Estudiando los artículos que se publicaban llegó a la conclusión de que cuando los pobres cometían delitos, aunque fuesen menores, salían mucho más en la prensa que los escándalos políticos o los crímenes de las clases altas”, precisa la experta.
La prensa era también un vehículo útil para dividir a la sociedad porque nadie controlaba a los poderosos”, añade Vegh Weis.
Y otra cosa… el marxismo en realidad vino antes que el capitalismo.
Puede que esta sea una declaración un poco descarada, pero considere esto: antes de que la gente realmente conociera el capitalismo ya Marx había escrito sobre él.
La experta Linda Yueh dice que el término capitalismo no fue acuñado por Adam Smith, considerado un pionero de la economía.
“Así que puede que fuese Marx quien utilizase esta palabra por primera vez en su sentido económico en Das Kapital, escrito en 1867. Desde entonces se ha empleado como antónimo de marxismo. Aunque en cierto sentido, el marxismo vino antes que el capitalismo”.