La tragedia de los comunes: ¿Por qué no cuidamos los recursos naturales?

Vida
/ 15 julio 2020

En 1968, Garrett Hardin inicia una polémica con la publicación de su artículo La Tragedia de los Comunes, en la revista Science. Plantea que, cuando los recursos naturales son de acceso abierto o libre para todos, no existe ningún incentivo para preservar el recurso, ni para generaciones futuras, ni para la actual. 

Hardin cuestiona la política del laissez faire y la tendencia del pensamiento económico neoclásico que asume que las decisiones tomadas en lo individual serán las mejores decisiones para la sociedad en su conjunto. 

Los planteamientos centrales de Hardin tienen que ver con las decisiones “racionales” que la gente toma ante la ausencia de propiedad privada. Expone que mientras una persona maximice sus ganancias o sienta mayor beneficio hará uso del recurso sin importar si afecta o no el beneficio de otros, porque su racionalidad se basa en: “si yo no lo aprovecho, alguien más lo hará”. Así que lo mas sensato desde la individualidad es hacer uso del recurso sin pensar en lo común, ahí es donde ocurre la tragedia. 

El ambiente no tiene dueño, y esa parece ser su sentencia de muerte, echamos cargas sobre la Naturaleza sin que eso afecte directamente en nuestra economía privada o situación personal. Al final se abusa de los recursos naturales, porque al ser de todos, no son de nadie. Así acabaremos con el planeta entero.  

 Cambiar de perspectiva es medular para hacer posible el desarrollo sustentable, se trata en esencia de ceder a maximizar mis beneficios y ponderar los beneficios de todos. Para esto no hay soluciones técnicas, ni políticas ni leyes que obliguen, se trata de un cambio tan profundo que incluso en la perspectiva económica se deje de considerar “racional” sólo pensar en el beneficio propio y no buscar el bienestar colectivo, de quienes vivimos hoy y quienes habitarán mañana este mundo. 

Con las restricciones de movilidad en la ciudad por la contigencia del COVID-19 he observado que cada vez mayor cantidad de gente acude a pasear a sitios naturales que se encuentran a las afueras de Saltillo, para hacer ejercicio, acampar o simplemente relajarse. Hacen uso de ese bien común. Lamentablemente también es mayor la cantidad de basura e impacto que generan, incluso he visto quienes encienden bocinas a todo volumen. No creo que a las especies que viven ahí les agrade eso.  

En Zapalinamé el acceso y ciertas actividades es regulado porque es una zona protegida debido a su alto valor ambiental, es decir, se intenta regular para que no se llegue a una tragedia común por la destrucción de los recursos. 

En tu visita al campo, piensa en el beneficio de todos y no hagas que nuestras sierras sean una tragedia común. El reto es parecer invisible, que tu paso por la Naturaleza no altere nada, no tires basura, incluso aunque la guardes en una bolsa debes traerla hasta la ciudad, no dejarla allá. No prendas fuego en áreas prohibidas y respeta la flora y fauna de la región. Si ves vidrios a tu paso, recógelos porque al hacer efecto lupa pueden causar incendios.

En beneficio de todos, cuidemos nuestros recursos naturales. 

Reconexión Natural
Gabriela de Valle

 

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