Cien años del "Angel", símbolo de la Independencia

Nacional
/ 22 septiembre 2015

Su inauguración, el 16 de septiembre de 1910, "puso fin a los festejos del centenario de la independencia en medio de una gran fiesta con juegos pirotécnicos y desfiles", contó a dpa el escritor e historiador Agustín Sánchez González.

México, D.F..- Conciertos, triunfos deportivos, manifestaciones y hasta el cambio de gobierno en 2000, tras 72 años bajo un mismo partido político. Son numerosos los actos celebrados por los mexicanos bajo la Columna de la Independencia, inaugurada hace un siglo por el presidente Porfirio Díaz.

El emblemático monumento de Ciudad de México, llamado "El Angel" por la figura que lo corona -una reproducción de la "Victoria alada de Samatracia"- fue construido para honrar los ideales de libertad del pueblo mexicano.

Su inauguración, el 16 de septiembre de 1910, "puso fin a los festejos del centenario de la independencia en medio de una gran fiesta con juegos pirotécnicos y desfiles", contó a dpa el escritor e historiador Agustín Sánchez González.

Sin embargo, su edificación se planeó desde 1843, en tiempos del mandatario Antonio López de Santa Anna, en lo que hoy se conoce como la explanada del Zócalo en el centro histórico de la ciudad. El primer intento de construcción fracasó por la inestabilidad política, la misma suerte que corrió el segundo durante el segundo imperio de Maximiliano de Habsburgo.

Un nuevo proyecto encomendado por Porfirio Díaz al renombrado arquitecto mexicano Antonio Rivas Mercado vio la luz en 1902. El 2 de enero de ese año se colocó la primera piedra en su ubicación actual: el Paseo de la Reforma, la avenida más hermosa de México.

Según el libro "La construcción del monumento a la Independencia", la falta de estudios de suelo obligó a replantear la obra, así que en 1909 la ceremonia inicial de construcción volvió a repetirse.

En la actualidad, visitantes nacionales y extranjeros pueden observar la columna de 45 metros de alto rodeada de estatuas de héroes y otras figuras que simbolizan la ley, la guerra, la justicia y la paz.

En la cúspide reposa una escultura femenina alada recubierta con hojas de oro, muy similar a la "Siegessäule" o Columna de la Victoria de Berlín.

El mito popular decía que que "El Angel" era una pieza de oro macizo, pero ello se vino abajo junto con la escultura cuando en 1957 un potente sismo sacudió a la capital mexicana.

Aunque no fue pensado como mausoleo, en 1925 fueron traslados al monumento desde la Catedral Metropolitana los restos de 12 héroes independentistas por orden del presidente Plutarco Elías Calles.

"Incluso los de un extranjero: el vasco Javier Mina, quien vino a luchar por México", señaló Agustín Sánchez, condecorado en 2009 como el mejor investigador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Investigación del Instituto de Bellas Artes de México.

En agosto pasado, las osamentas de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, Leona Vicario y demás próceres que estaban en la base fueron removidos de "El µngel" y transportados al Palacio Nacional, donde permanecerán hasta fin de año para luego regresar a la columna de la independencia.

El escritor Carlos Monsiváis consideraba que la columna, que sobrevivió al terremoto de 1985, había perdido desde hace décadas su "significado libertario", transformándose en un emblema de la capital mexicana y sus luchas sociales.

A sus pies Plácido Domingo, Nelly Furtado o Juan Luis Guerra han hecho sonar su voz. Lo mismo ha sido punto de reunión para celebrar distintos actos: desde una marcha gay o sindical hasta el triunfo de la selección mexicana de fútbol.

Tal como sucedió hace un siglo, la tarde del 15 de septiembre un desfile pasará frente al µngel contando la historia mexicana. Por la noche el monumento se iluminará con un imponente espectáculo de juegos pirotécnicos que simularán salir de su interior.

Luego "Los Tigres del Norte" y otros invitados darán un concierto frente a él como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia mexicana, un acto a cargo del australiano Ric Birch, autor de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y Pekín 2008.

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