¿Quién mató al lobo feroz?

Madrid, España.- ¡Qué viene el lobo!, ¡Qué viene el lobo!, gritaba para gastar una broma a sus convecinos, `Pedro', del cuento "Pedro y el lobo", hasta que vino y se comió a sus ovejas. Una moraleja sobre la inconveniencia de decir mentiras concentra en el lobo la maldad del exterminio bovino.

Charles Perrault, y más tarde los hermanos Grimm, convirtieron a "Caperucita roja" en un clásico de la literatura infantil y al lobo al más malvado entre los animales: fiero, inteligente y astuto.

"Los tres cerditos" o "Los siete cabritillos" también tienen al lobo como el protagonista perverso. En "La Bella y la Bestia" son los que atacan a Bella en medio del bosque y en su intento de auxilio incluso la Bestia cae herida. También en la actual y exitosa serie televisiva infantil "Dora, la exploradora", se exhibe al querido `Swiper', el zorro, como el villano de cada episodio, pues siempre intenta robar alguna de las cosas imprescindibles para conseguir alcanzar la meta en cada una de sus aventuras.

EL DEMONIO EN EL CUERPO

Rafael Boró, de la Fundación Equanimal una organización no lucrativa que realiza activismo por los derechos de los animales, señala que "el zorro es un animal demonizado, porque entra en conflicto con los humanos al atacar a otros animales utilizados por el hombre, como ovejas".

La imagen de animal "taimado", indica el representante de Equanimal, puede deberse a que es un animal de pequeño tamaño y, sobre todo, "porque actúa solo, debe trabajar con cuidado, ocultarse y atacar de forma inesperada para tener éxito".

La psicóloga Nuria González explica que se trata de animales que representan el mal, "que suelen aparecer bajo un aspecto y condición diferente a lo que realmente son para conseguir lo que pretenden. En definitiva, transmiten la idea de que no hay que fiarse de las apariencias".

Xohana Bastida, editora de libros infantiles y juveniles de Ediciones SM, habla del  lobo, ese demonio que aterroriza a los niños a través de muchos de los cuentos infantiles, "que, dicho sea de paso, hasta hace no tanto no eran únicamente infantiles, sino que estaban destinados a todos los públicos", por una razón muy sencilla: los lobos eran los mayores predadores de nuestro continente, donde además las historias solían producirse en lugares muy próximos a bosques y espacios abiertos.

"Claro que, con el tiempo, y a medida que se iba construyendo un imaginario en torno al animal, la figura del lobo en los cuentos pasó a convertirse en algo muy simbólico, una especie de representante del miedo y de todo lo salvaje que hay en la naturaleza (también en la humana, claro)", reflexiona Bastida.

EL BIEN Y EL MAL

"Desterrar esa imagen solo es posible a través de un ejercicio de empatía", señala Rafael Boró. Y explica que al expandirse los núcleos de residencia humanos cada vez más, el hábitat del zorro, como el de otros muchos animales se restringe y debe salir a buscar comida en zonas donde hay humanos. "Los zorros temen a los humanos y lo hacen únicamente por necesidad", dice.

Para la psicóloga, la intención de los cuentos e historias infantiles es trasladar siempre una imagen "del bien y del mal". "En "Los tres cerditos" se transmiten otros valores como el del esfuerzo y la constancia al hacer bien un trabajo. La inmediatez y lo fácil se pone en cuestión. Y con ello se enseña a vencer obstáculos", indica Nuria González.

Ediciones SM tiene entre sus colecciones la de Jacobo Lobo, una saga de humor y misterio del autor holandés Paul Van Loon (Holanda, 1955). Los libros relatan la historia de Jacobo, un chico que cuando cumple siete años descubre que es un niño lobo y tiene que aprender a convivir con su nueva situación. Con el relato los niños aprenden a valorar la amistad y a respetar las diferencias.

Los libros, traducidos a siete idiomas, según la editora de SM, no parecen impresionar a los niños lo más mínimo, pese a que en su infancia más próxima el lobo era un elemento intimidatorio.

CONTROL DE LOS INSTINTOS

Bastida afirma que los libros están llenos de humor. "Creo que los niños saben muy bien que todos tenemos un lobo -un monstruo- dentro, que a veces se nos sale".

En este sentido, los libros de Jacobo Lobo parten de la misma metáfora que otros clásicos de la literatura infantil como "Donde viven los monstruos", de Maurice Sendak. "Lo que estos libros tienen de positivo es que no demonizan el `monstruo' o el `lobo' que todos tenemos dentro, sino que transmiten a los niños que es una parte de nosotros mismos, y que lo que hay que hacer es saber manejarla, controlándola cuando es preciso y dejándola suelta cuando podemos hacerlo", explica Xohana Bastida.

Tal y como cuenta la editora, para Jacobo, ser un lobo se convierte algo muy positivo cuando aprende a aceptarlo, pero eso no quiere decir que se deje llevar siempre por su parte animal. "Por ejemplo, en el primer libro, tiene que contener el hambre lobuna para no pegarle un mordisco al brazo de Luisa, su madre adoptiva. Sin embargo, aprende a hacerlo, y eso es una lección muy valiosa para todos, niños o no tan niños", dice.

Los relatos infantiles siempre cuentan con una moraleja, lo ideal es conocerla, aprovecharla y no dejar que nos intimide la meta ni los obstáculos del camino.

DESTACADOS:

* También en la actual y exitosa serie televisiva infantil "Dora, la exploradora", se exhibe al querido `Swiper', el zorro, como el villano de cada episodio.

* La psicóloga Nuria González explica que se trata de animales que representan el mal, "que suelen aparecer bajo un aspecto y condición diferente a la que realmente son, para conseguir lo que pretenden. En definitiva, transmiten la idea de que no hay que fiarse de las apariencias".

* "Creo que los niños saben muy bien que todos tenemos un lobo -un monstruo- dentro, que a veces se nos sale", comenta Xohana Bastida, editora de libros infantiles y juveniles de Ediciones SM, que distribuye una colección de libros de humor y misterio sobre Jacobo Lobo, un chico que con siete años descubre que es un niño lobo y tiene que aprender a convivir con ello.