La leyenda de Pancho Valentino, novela de J.M. Servín

México.- Un luchador profesional, Pancho Valentino, y sus cómplices asesinaron a sangre fría en el siglo pasado al sacerdote Juan Francisco Fullana Taberner, en la Colonia Roma, para robar su dinero.

El homicida, conocido en el cuadrilátero como Pancho Valentino, fue protagonista de una historia narrada por los periódicos nacionales de los años 50. Su leyenda será recuperada en el próximo libro del escritor J.M. Servín.

Pancho Valentino, el confesor de curas es el nombre que llevará la novela histórica que el escritor y periodista prepara, como parte de su trabajo en el Sistema Nacional de Creadores.

"Escuché hablar de él por mi padre, que era asiduo cliente del Salón México en esa época. Se conocieron en los concursos de danzón y entablaron cierta relación. A partir de esos datos comencé a revisar el perfil criminal de Pancho Valentino, que representa cierto tipo de delincuente urbano", explicó el autor en entrevista.

El episodio que llevó a Valentino a las páginas de la nota roja nacional ocurrió en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en la Colonia Roma.

José Valentín Vázquez Manrique, nombre real de Pancho Valentino, entró a la sacristía del templo para llevarse la supuesta fortuna que el sacerdote escondía. No encontró nada más que su propia tragedia.

Mató al párroco del lugar y fue perseguido por la policía. Días más tarde se entregó a la justicia y se confesó con una carta en la que escribió las palabras del poeta mexicano Salvador Díaz Mirón, que decían: "Nadie tendrá derecho a lo superfluo, mientras alguien carezca de lo estricto".

Así se supo que el móvil del crimen tenía en el fondo una intención justiciera. La historia, consignada por diarios como "El Universal", "Excélsior" y "La Prensa" a lo largo de varias semanas, fue revisada por Juan Manuel Servín en el Archivo General de la Nación, para elaborar una ficción minuciosamente documentada.

"El crimen tuvo seguimientos periodísticos por grandes maestros de la nota policiaca como David García Salinas y tuvo una repercusión nacional. La revisión me dejó ver las diferencias entre cómo se escribía antes y cómo se hace ahora en ese tipo de noticias", comentó Servín.

"El lenguaje era más literario, reflejaba la pasión del reportero por su trabajo y su libertad para desarrollar la investigación. La historia podía leerse como una novela, con todas las carencias que puede tener la escritura hecha bajo presión, pero el reportero se convertía en cronista social".

El escritor, prevé concluir la novela a finales del año próximo y explicó que en ella recuperará no sólo el estilo periodístico de los años 50, sino también el argot de la delincuencia y los giros lingüísticos de la época, mediante testimonios de quienes la vivieron.

Interesado en la historia social del país desde los bajos fondos, Servín ha desarrollado una literatura realista en libros como "Al final del vacío" (2007), donde expuso algunas situaciones sociales, económicas y culturales que hablan del fracaso de las ideologías y del lado oscuro de los grandes capitales.

"No se si sea un realismo sucio o limpio, pero me interesan los problemas sociales que tienen que ver con lo transgresor y lo proscrito, aquellos fenómenos delictivos que se gestan en las grandes urbes en este tiempo", finalizó.